¿Cómo superar la ansiedad de separación? (2ª entrega)

Lo prometido es deuda, aquí os traigo la segunda entrega del post «¿Cómo superar la ansiedad de separación?».

Os puedo contar que la semana pasada Zoe fue asimilando día tras día y poco a poco que cada mañana mamá la dejaba en «el cole» y se iba (para luego volver). Intentamos hablar del cole todos los días, nombramos el nombre de su tutora y el de cada niñx y cada vez que lo hacemos se pone contenta y cuando ve la mochila que le cosí la coge y corre a la puerta de casa gritando «coleeee». La entrada es tranquila, incluso va andando ella sola hasta el aula, aunque también hemos tenido algún retroceso.

El problema viene cuando siente que me voy, ahí comienza a desencadenarse la ansiedad de separación y es cuando sigo el ritual acordado: «Mírame a los ojos corazón, que te voy a decir algo importante: Mamá se va a trabajar. Te vas a quedar ahora con Maite y los amigos y volveré a recogerte después de la siesta ¿te acuerdas? ¿Quieres que cantemos la canción de despedida?». Normalmente mi hija contesta con un «Yiiii» y tras cantarla, nos despedimos con la mano.

El miércoles comienzo a currar tras casi dos años sin hacerlo y sé que ese día me derrumbaré. Todavía no he soltado ni una lágrima y sé que retener emociones no es sano, pero supongo que se debe a que tengo una barrera de frialdad en mi corazón que se mantiene intacta para aparentar seguridad y felicidad frente a mi hija y de este modo acompañarla como mejor se me ocurre en su ansiedad de separación. Sí tuve muchos días insomnio y estrés nocturno pero de momento ni una lágrima.

Imagen de Patricia Metola

Imagen de Patricia Metola

Para afianzar lo que ya llevamos trabajado y mejorar nuestras separaciones respetuosas, tengo en cuenta los siguientes ocho puntos, que añadidos a los de la entrada anterior nos están dando buenos resultados. Espero que os ayuden a vosotrxs también:

  • Dejar un objeto de seguridad al niñx. En el libro «Separarse de los padres sin lágrimas» que os comentaba, hablan de «la pulsera mágica», una que contiene todos los besos y abrazos de mamá para que cuando se sienta insegurx o triste se la toque y sienta el amor mágico que contiene. En esta línea, también podemos dibujar una cara sonriente en la palma de la mano de nuestrx hijx para que al mirarla se ponga contentx, o plantarle un beso en la mano también y cuando necesite nuestro cariño se la acerque a la cara para que el beso salte mágicamente a su mejilla. Todo esto puede formar parte del ritual de despedida y si se hace justo  antes de separarnos, mejor que mejor.
  • Intentar evitar el cambio de brazos. Siempre que os vayáis es mejor que el bebé esté en el suelo jugando o en los brazos del cuidador/a. Ya es bastante doloroso separarse de su madre o padre como para que encima sienta que le están arrancado de los brazos de quien más le quiere.
  • Ser claros a la hora de anunciar la vuelta. Lxs bebés no son conscientes del paso del tiempo y para ellxs es complicadísimo diferenciar entre «un ratito» o «un par de horas»… Mucho mejor es explicarles que volverás cuando se despierte de la siesta, por ejemplo.
  • Anticipar la despedida. Es bueno contarles de antemano lo que va a ocurrir. En mi caso, llevo a Zoe a su escuela infantil en coche y durante el trayecto le voy diciendo lo que ocurrirá para que no le pille de nuevas. Esto resta pánico a la situación ya que le suena lo que ocurre porque su madre se lo ha explicado con antelación.
  • Otro dato importante es mantener la mirada cuando les explicamos que nos vamos. Un ejemplo podría ser éste: «Zoe, mirame a los ojos que te voy a decir algo importante: me voy a trabajar y volveré después de tu siesta ¿te acuerdas? Pásalo bien con los amigos, mi cielo. Luego me lo cuentas ¿vale? ¡Adiós!»
  • No alargar mucho el momento del adiós. La despedidas ya son dolorosas de por sí, así que lo ideal es hacerlas cortas pero sin prisas, con seguridad y alegría. Una vez se desencadena la ansiedad de separación, ésta va en aumento, por lo que si no es posible quedarnos el tiempo necesario para que nuestrx hijx se calme del todo, lo mejor es cortar la situación de despedida y desaparecer. Duro, pero menos de lo que podría ser si salimos del aula cuando el pánico ya haya estallado.
  • Nunca retrasarse en la recogida. Cuando un/a niñx se acostumbra a recibir a su madre tras la siesta y ésta un día no aparece, el pánico puede desencadenarse. Por ello es importante que la rutina se mantenga lo menos flexible posible.
  • Normalizar el reencuentro. Una de las cosas que por naturaleza solemos hacer las madres y padres es llenar de besos y abrazos a nuestrx hijx al recogerle, y es que la culpabilidad es tan grande que queremos demostrarles una y otra vez que les amamos, y ellos esto ya lo saben; es más: ellxs nos quieren de manera incondicional también, hagamos lo que hagamos (fuerte, pero cierto). El caso es que si ellxs notan una exageración en nuestros sentimientos al recogerles pensarán que les estamos salvando, literalmente, de un lugar hostil y aumentará al día siguiente la ansiedad de separación. Mucho mejor es entrar relajadxs al aula y decir «¡Hola cariño, ya he vuelto! ¿Qué tal lo has pasado? Cuéntamelo todo de camino a casa». (Por supuesto sin dejar de besar y abrazar todo lo que nos dé la gana, pero ni más ni menos que de costumbre).

Pues esto ha sido todo por hoy, aunque hay infinidad de buenos consejos más al alcance de nuestra mano, en internet o libros especializados sobre el tema. Espero de corazón que el periodo de adaptación de vuestrxs peques sea lo menos traumático posible y que pronto entiendan que aunque estéis separadxs, les queréis siempre.

Por petición de algunas lectoras del blog, no quiero terminar sin mencionar algunos consejos para sobrellevar, nosotrxs lxs adultxs, nuestra ansiedad de separación. A mí personalmente me ayuda:

  • Conocer todo lo que pueda a la persona que se quedará al cuidado de mi hija en mi ausencia. El periodo de adaptación en la escuela que hemos elegido es respetuoso con las emociones de lxs adultxs también y fomenta la entrada al aula de las familias, promueven la lactancia materna, etc. Los primeros días acompañé a Zoe dentro de la escuela las horas que estuvo allí y eso me ayudó a observar a la tutora: cómo trataba a lxs niñxs, cómo les hablaba, la energía que les transmitía, cómo era su relación con mi hija… A mí me transmite una confianza que creo necesito para irme más tranquila al trabajo.
  • Pasar tiempo de calidad con Zoe. Las tardes intentad dedicarlas 100% a estar con vuestrxs hijxs. Ver cómo ríen, juegan y disfrutan a vuestro lado es sanador ¿me equivoco?
  • Pruebas gráficas. Si existe la posibilidad de que la persona responsable del cuidado de vuestrx hijx le haga alguna foto o vídeo en momentos felices dentro de la escuela, pedirle que os la envíe a través de wasap. El «no saber cómo estará» aumenta muchísimo la ansiedad y nos llenamos de paranoias. Esta opción acaba por completo con ellas.
  • Llevar al trabajo un objeto o fotografía de mi hija. La opción más sencilla es usar una fotografía reciente como salvapantallas del ordenador. Cuando estoy triste, la miro y recuerdo aquella tarde de risas y juegos compartidos y automáticamente siento felicidad.
  • Expresar las emociones. Llamar a mi pareja, a mi madre, mi hermana… personas con las que me puedo desahogar con naturalidad y contarles cómo me siento. Escribir en el blog me ayuda muchísimo a volcar y canalizar energías. (Si no tenéis blog, escribir en un papel o libreta es igual de sanador).
  • Borrar la palabra «culpa» del diccionario. Las madres (y padres, pero no sé por qué más las madres) solemos ungirnos bien en la culpa, es una palabra que acompaña a la maternidad de principio a fin y en periodo de adaptación cambiamos directamente nuestro nombre por el de culpable. Actúo según mis valores y creencias y lo hago lo mejor que sé, por lo tanto: NO SOY CULPABLE, soy responsable.

Quiero terminar con algo que oí hace poco y me dio mucho que pensar: Los bebés son seres altamente adaptables, acaban adaptándose a cualquier situación y entorno y son capaces de ser felices en cualquier lugar. Con esto digo que (para bien o para mal) nuestrxs bebés serán felices tarde o temprano en la escuela infantil y no dejarán de amarnos aunque nos separemos de ellos X horas al día. Esto no quiere decir que el impacto emocional que supone para ellxs experimentar ansiedad de separación sea inofensivo, de hecho dejará huella para el resto de su vida y en nuestra mano está, como adultxs, acompañar el proceso de la manera menos agresiva y más respetuosa posible, ¿no os parece?

El rencor o el odio son sentimientos de los que carecen nuestras criaturas, sin embargo de amor incondicional tienen excesos…

No dejéis de contarme cómo habéis gestionado la ansiedad de separación en vuestros hogares, me encantará saberlo. Abrazos a raudales. 

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¿Cómo superar la ansiedad de separación? (1ª Entrega)

Mi hija ha comenzado con el periodo de adaptación en la escuela infantil que hemos elegido para ella: un lugar donde tienen como principal objetivo acompañar y sostener las emociones de lxs niñxs de manera individualizada para que poco a poco sientan que donde sus padres les dejan cada mañana se trata de un lugar seguro, una escuela respetuosa con los tiempos de cada unx y donde se le da especial importancia a las necesidades emocionales de cada individuo (incluídos los padres y madres). Todo esto, que suena idílico, es la mejor opción dentro de las limitadas alternativas que la insignificante o nula conciliación familiar y laboral española nos permite; porque la mejor opción sin duda sería que Zoe pudiera explorar el mundo de la mano de su madre y su padre, figuras afianzadas de apego seguro para ella y no encerrarla durante 7 horas en ningún lugar.

Una de las emociones significativas del periodo de adaptación es la ansiedad de separación. No conozco ningún caso de niñxs que se quedan alegres y contentxs en la escuela desde el primer día, y si los conociera me preocuparía bastante porque indicaría que no muestran ningún grado de apego con sus padres o por lo menos no expresan su dolor, cosa que daría bastante qué pensar… La imagen que aparece en los telediarios o en el imaginario colectivo cuando nos hablan de «la vuelta al cole» es de rostros encharcados en lágrimas, bebés moqueando, aferrados a las piernas de sus progenitores, madres y padres con un nudo en la garganta tirando besos al aire y contando lo pronto que volverán…

Imagen de Beatriz Gaspar de Con Botas de Agua

Imagen de Beatriz Gaspar de Con Botas de Agua

¿Cómo superar este trance si no tenemos más opciones que pasarlo? Voy a dejaros en  este post a doble entrega, las ideas que a mí me están ayudando a sobrellevarlo.

Según el libro «Separarse de los padres sin lágrimas» de Elizabeth Pantley, lo importante es que el bebé o niñx cree vínculo con la persona que le cuidadrá y para ello es necesario que exista la posibilidad (por ambas partes) de hacer una adaptación acorde a las necesidades de cada niñx. Mientras esto sucede (o incluso mejor si se comienza a hacer antes de empezar a llevarle a la escuela infantil), es bueno seguir algunos de estos consejos.

  1. Jugar a juegos tipo «el escondite», «cu-cu-tras», etc. Lo más terrible para un bebé es pensar que su madre se ha ido para siempre y eso es lo que sienten cuando desaparecemos de su vista ya que no tienen noción del tiempo ni del espacio. De esta manera nuestrxs hijxs entienden poco a poco con estos juegos que aunque tú desaparezcas de su vista siempre reapareces. Se trata pues de un entrenamiento para su confianza. Estos juegos pueden evolucionar un poco más cada vez y decirles que «te vas a trabajar»,  entonces te despides y te marchas a otra habitación, al momento vuelves con un «ya he vuelto, ¿te lo has pasado bien mientras no estaba?»; poco a poco alargar el tiempo de separación.
  2. Contar cuentos donde haya separaciones y reencuentros. Una variación de lo anterior es contar cuentos a nuestrxs hijxs donde utilicemos como protagonista algún personaje que les guste mucho. Por ejemplo: «Bob Esponja se va al cole…». Externalizar la situación les hace entenderla mejor, desde una perspectiva diferente y además a la hora de dejarles en la escuela infantil es bueno recordarles el cuento «¿recuerdas que Bob Esponja también iba al cole?».
  3. Fomentar el contacto con otros niños y adultos. Si tenéis la opción de salir al parque o ir al mercado con vuestrx hijx os lo recomiendo. Zoe este verano ha disfrutado de lo lindo jugando con los niños y niñas de la urbanización, eso ha hecho que ahora se sienta segura entre iguales. El contacto con otros adultos ajenos a la familia también es bueno. Sobre todo es importante que vean a sus padres relajados hablando con otros adultos para que sienta que «son de fiar», al conocer a alguien nuevo es bueno que mantangáis el contacto con ellxs (en brazos, por ejemplo) y es importante hacer presentaciones, tipo «Mira Zoe, éste es Juan el papá de Alberto, hoy va a cenar con nosotros en casa». De igual importancia o más es no forzar jamás al bebé a establecer contacto físico con el/la desconocidx. El obligar a dar besos y abrazos es tremendamente perjudicial. Siempre respetar la autonomía de decisión del bebé a la hora de mostrar afecto.
  4. Crear rutinas tranquilas al despertar. Intentad despertaros con tiempo para preparar  el desayuno y salir sin prisas. Es bueno dejar preparada la ropa del día siguiente, las mudas y lo que haga falta llevar a la escuela infantil, la noche anterior, para ahorrar tiempo. La salida de casa debe ser relajada, si contamos con que lxs bebés van a «su pasito». Además si nuestrxs hijxs nos ven relajados ellxs también lo estarán.
  5. Evitar mostrar nuestra ansiedad de separación. Esto resulta complicadísimo pero según Elizabeth Pantley es fundamental. Nuestrxs bebés perciben nuestras emociones tanto como las suyas propias, de manera que si estamos nerviosos, aterrados y tristes ellxs lo estarán también; en cambio si estamos confiados, tranquilos y alegres les contagiaremos estas emociones de igual manera.
  6. Fomentar el pensamiento positivo. En lugar de mandar mensajes negativos al aire del tipo «No voy a tardar mucho» o «No llores, no estés tristes»; es mucho mejor reforzar la parte buena de quedarse en la escuela. Por ejemplo: «Te lo vas a pasar genial» o «cuando vuelva me lo cuentas todo, ¿vale?». Esto hace que el pensamiento tome un rumbo positivo que le acompañará a lo largo del día.
  7. Crear una rutina de despedida. Durante la adaptación es importante crear una rutina lo más constante posible antes de separarse. Puede ser un beso especial, una oración o en nuestro caso personal UNA CANCIÓN ;). (Si estáis atentxs, este viernes la publicaré en la sección «La Canción de la Semana»). Se trata de anticipar el momento y despedirnos en condiciones óptimas, que nuestrxs hijxs sientan nuestro amor incondicional. Nada de irse a hurtadillas cuando están entretenidxs con cualquier cosa. A ninguno nos gustaría que nuestra pareja saliera de casa sin dirijirnos la palabra ¿me equivoco?

Las 8 ideas restantes os las guardo para la segunda entrega que publicaré el lunes que viene, para empezar la semana con recursos. Uff, está siendo duro, pero con información, apoyo y muuuuuuucho amor todo acabará normalizándose. Espero.

Un abrazo fuerte a todxs los que seguís el blog, en especial a las mamás que sufren ansiedad de separación como yo. Os entiendo.

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La maternidad es un arte

Quiero compartir con vosotrxs la obra de arte en la que ha convertido nuestra maternidad la artista Nancy Coste. Cuando mi hermana me comentó que una fotógrafa buscaba a madres lactantes que quisieran posar totalmente desnudas y de manera voluntaria dando el pecho a sus bebés y niñxs, no lo pensé mucho tiempo: quería tener ese recuerdo, quería congelar para siempre este momento, mi maternidad. Cuando luego indagué sobre la artista me quedé fascinada por su trabajo y ya no hubo ninguna duda: LO HARÍA. Y lo mejor de todo era que mi hermana vendría a Madrid para fotografiarnos juntas con nuestra prole. La foto formaría parte de una serie llamada Milk en la que la lactancia materna es la protagonista. Podéis ver el resto de las imágenes en su página de facebook.

El día de «las fotos» quedamos cerca del estudio de Nancy y estábamos un poco nerviosas, pero en cuanto nos abrió la puerta y entramos en ese maravilloso ático supimos que estábamos en manos de toda una profesional. En el estudio no había nadie más, sólo ella con su amplia sonrisa y mirada transparente.

Me sorprendió la naturaleza con la que se desnudaron mis sobrinas y entendí que lo que allí se respiraba era arte del bueno, donde el pudor no tiene cabida y cualquier cuerpo es bello tras la cámara de Nancy Coste.

Durante la sesión me sentí genial, amamantando a mi hija rodeada de esos tapices del siglo XVIII. Pensé que merecíamos estar ahí, que nuestra lactancia era digna de admirar, que nuestros cuerpos eran líneas perfectas para la composición del mejor de los cuadros. Y pensé en todas las mujeres, poderosas musas de innumerables obras de arte, fuente de inspiración para todas las demás madres que se sienten perdidas, confusas, al borde del abismo a veces… Mujeres que se sienten superar por ellas mismas porque nunca imaginaron el poder tan grande que las aguardaba.

En la imagen te miro serena, protectora, segura, tranquila, pero a la vez desafiante, inalterable, loba, poderosa… Mi niña mira al cielo o a ninguna parte, juega con mi pecho mientras mama y se aprecia la plenitud y seguridad que encuentra en mis brazos. No la soltaré nunca y lo sabe. Siempre estaré ahí, sosteniendo su alma cada vez que lo necesite.

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By Nancy Coste

Tras varios flases, risas y alguna que otra acertada indicación de Nancy, ésta levantó su rostro tras la cámara y dijo «tengo la foto, ¡la tengo!». Nunca imaginé que días más tarde recibiría esta maravilla. Todo mi agradecimiento a la artista.

La maternidad es sagrada y merece ser tratada, como menos, cual maravillosas obras de arte.

*IMPORTANTE: Esta foto es propiedad de la artista Nancy Coste y está protegida al aparecer menores de edad en ella. Por favor, no difundas su contenido por separado ni la descargues en tu PC. Si deseas compartirla envía el enlace a la entrada de este blog. Muchas gracias.

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Helado de «teto»

Estos días en que el calor sofocante parece haberse instalado sin permiso en nuestros hogares de una forma aplastante, Zoe demanda muchísimo pecho. Necesita hidratarse más que de costumbre y anda todo el día persiguiéndome por casa gritando «teto», «mamá, teto». Desde siempre hizo masculina a la teta y le colocó una «o» al final, solo ella sabrá por qué. El caso es que el otro día me puse a hacer helados caseros para los adultos de la casa con soja y chocolate ecológico, y al colgar una foto en instagram, mi amiga Mariadelmar de Siénteme Crianza me recordó la brillante idea que ya había escuchado y leído años atrás en diferentes blogs maternales: ¿Por qué no hacer un helado con mi propia leche y ofrecérselo a mi hija?

En casa no tengo sacaleches, así que me dispuse a ordeñarme de manera manual. Al verme hacerlo, Zoe en seguida señalando mi pecho dijo «tetoooooo», así que me la puse al pecho que me quedaba libre y de esta forma las dos contentas: ella mamando y yo ordeñándome el otro pecho del que fluía la leche mucho mejor con la estimulación del contrario.

Al cabo de los días este ha sido el resultado: Un rico helado de teto.

la foto 1 Y Zoe encantada con la leche de su madre en formato sólido, bien fresquita para aliviar el dolor de la dentición que ahora además está en pleno auge con el nacimiento de los incisivos laterales. Al principio daba besitos al helado, pero en cuanto ha reconocido el sabor lo ha lamido y relamido como los mayores mientras declamaba un «mmmmmmm» de puro placer.

No lo dudéis ni un minuto, si queréis refrescar a vuestrxs bebés de forma sana y natural ofrecerles helados de vuestra cosecha propia. Yo repetiré la experiencia seguro. ¡Les encanta!

la foto 2

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Semana Mundial del Parto y Nacimiento Respetados 2014

Hoy arranca la Semana Mundial del Parto y Nacimiento Respetados 2014, que este año se celebra bajo el lema Birth is Empowering (traducible como “Nacer es empoderar” aunque la versión española ha quedado en “Parir es poder“) propuesto por La ENCA (European Network of Childbirth Associations – Red Europea de Asociaciones sobre el Nacimiento).

CARTEL SMPR2014

En ella, como cada año, asociaciones pro parto respetado de todo el mundo propondrán a lo largo de la misma, actividades relacionadas con el respeto al parto y nacimiento.

En el caso de El Parto es Nuestro la actividad propuesta es la proyección del documental NEIXER de Ana Victoria Pérez, una mirada reflexiva sobre el parto en nuestro país donde se suceden testimonios de usuarias y profesionales de distinta índole, con una bella estética. Una película para cuestionarse el sistema y mejorar la atención y el respeto del parto. Tras el mísmo, se abrirá además una charla-coloquio con el lema «Parir es Poder», donde lxs asistentes debatirán sobre lo que han visto y sus propias experiencias.

Yo coordinaré una de las proyecciones (en Madrid-Vallecas). Será el viernes 23 de mayo a las 17h. Os dejo aquí el cartel con los datos por si os interesa asistir. El acto es completamente gratuito. claro.

cartel proyección

Paralelamente, desde la asociación, se está haciendo un llamamiento global para elaborar un vídeo viral que circule por la red en el que personas anónimas defiendan el parto respetado añadiendo un mensaje a la frase «Parir es poder…». Si quieres participar es muy fácil:

Descárgate el pdf Parir es poder, imprímelo y añade tu mensaje. Utiliza un rotulador grueso y letras mayúsculas para que sea lo más visible.

Hazte un foto con el cartel sobre tu pecho (puede ser con la cámara del móvil). Envíanos la foto al siguiente correo electrónico: asturias@elpartoesnuestro.es Descarga también los otros adjuntos. Hacen referencia a la cesión de la foto. Si en ella sale algún menor, necesitamos que descargues también el pdf «Cesión fotos niños»,  en caso contrario con el pdf «Cesión fotos adultos» nos vale. Fírmalo y envianos la foto o el escaneado del mismo junto con la fotografía que te hayas sacado con el pdf Parir es Poder.

Animaos a participar, recordad que el cambio comienza en nosotros mismos. Un fuerte abrazo a todxs y ¡feliz semana!

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Hay canciones que no tienen ninguna gracia

nomusic

Hace unos días empezó a circular por internet un vídeo realizado por la XV promoción de matronas de Madrid recientemente graduadas, a través de la plataforma RegalaUnHit. Utilizando la melodía de la mítica canción Me sube la bilirrubina de Juan Luis Guerra, la hicieron suya, modificando la letra, como recuerdo de ese día tan especial.

Hasta aquí parece todo normal e incluso un bonito regalo para recordar, el problema se presenta cuando ves el vídeo y escuchas la letra (que para que no haya dudas, aparece transcrita a modo de subtítulos) y una se queda ojiplática, como poco. La canción dice cosas como:

  • «Haz esta puérpera enseguida», dejando claro que en la facultad no te enseñan a respetar los tiempos de cada mujer de parto, sino a hacer las cosas rápido en todos los casos.
  • «Niña, sube la oxitocina», sintética, claro está, para acelerar un parto cualquiera.
  • «Échale un guante a esa «dila», refiriéndose así a una mujer de parto en fase de dilatación a la que pretenden hacerle un tacto vaginal.
  • «El padre mira y se emociona, y luego el pobre se desploma», ridiculizando el papel del acompañante.

Y así una tras otra, entre muecas sobre actuadas y sonrisas burlonas. Todos bailando al rededor de una mujer de parto que nunca aparece en un espacio tranquilo donde abandonarse a su instinto.

Ante la dantesca estampa no tardaron las redes sociales y la blogosfera maternal en arder de indignación. Aquí os dejo unos ejemplos merecedores de ser leídos:

El caso es que las matronas en cuestión, se han puesto en contacto con la asociación El Parto Es Nuestro para justificar su actuación, donde dicen que «se trataba de un vídeo privado de carácter personal, nada más lejos que de ser un vídeo divulgativo» y que se hizo con carácter «absolutamente irónico, dado que nuestra meta principal es conseguir un PARTO RESPETADO en todo paritorio».

Y ahora yo me pregunto, como usuaria del sistema sanitario y madre: ¿Por qué haces un vídeo en el que desprecias a las mujeres en trabajo de parto cuando lo que defiendes es justamente un parto respetado? ¿Por qué haces ironía de tu profesión desmereciendo tu trabajo y el de las mujeres al parir a sus hijxs? ¿Qué hay de gracioso en ejercer violencia obstétrica, aunque sea «en broma»? ¿Te gusta realmente este regalo de graduación? ¿Qué le dirás a tus hijxs cuando vean este vídeo (que por cierto, sigue siendo público)? ¿Qué crees que siente una mujer embarazada al verte mofarte de ese momento único en su vida? ¿De quién fue la idea y por qué te prestaste a participar en ella? ¿Alguien se opuso o planteó otra letra más respetuosa creando verdaderamente un bonito recuerdo de graduación?

Quiero pensar que no todxs lxs residentes piensan igual, que algunx se opuso a participar en este dantesco vídeo y que todavía hay esperanzas para las mujeres que se pongan en sus manos. Quiero pensar que no ha sido más que una idea absurda de algún descerebrado inmaduro, el cual se está arrepintiendo horrores de lo que ha hecho y que necesitaba esta prueba de indignación masiva para reconducir su carrera hacia la atención respetuosa del parto…

En fin, no os pongo el vídeo porque me resulta inaceptable que aparezca dentro del blog Cantando a Mamá, esta canción no cuida lo más mínimo ni a mamás ni a bebés, por tanto me reservo que aparezca en este espacio.

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Facebook y la censura

Hace dos días Facebook censuró contenido de mi página de facebook. Se trata de esta imagen que compartí a través de World Protest Against Forced Cesareans, (una plataforma para denunciar la tremenda violencia obstétrica que sufrió la brasileña Adelir al ser sometida a una cesárea policial) en la que se aprecia un nacimiento en podálica.parto podálica

La imagen está sacada originalmente de la web birthinginstincts.com, concretamente aparece en su blog, ilustrando una entrada que habla de la perspectiva del padre en el parto. Las mujeres tenemos el privilegio de parir y los hombres de presenciar en primera linea el nacimiento de sus hijos, si lo desean. Esta imagen la quise compartir por varios motivos:

  1. Nos pone en el lugar del padre (o el acompañante) en ese momento único en la vida, dándonos otro punto de vista, para aprender y deleitarnos con su belleza.
  2. Me parece una foto que puede ayudar a empoderar a muchas mujeres que esperan bebés en podálica o de nalgas, a las que quizás desde el sistema sanitario las han condenado de antemano a una cesárea programada. De hecho, el comentario que acompañaba la foto era «Podemos parir», dando a entender el poder de las mujeres para parir bebés en podálica.
  3. La foto me parece preciosa, sin más.

Pero al parecer, unas piernas de bebé asomando por una vagina al nacer es contenido «poco apropiado» y por tanto censurable, en el canal social. Entiendo que no es una imagen habitual y puede resultar «chocante» de primeras, pero el contenido es totalmente apropiado, ya que se ha publicado en una página que cuida la maternidad consciente (¿qué mejor forma de consciencia que mostrar un nacimiento tal cual?) y desde luego nada violento. Por no haber no hay ni una gota de sangre en la imagen (y eso que es un parto real).

En fin, ya conocemos las polémicas Normas de Comunidad de Facebook y las innumerables fotos censuradas sobre maternidad y lactancia; pero a mí lo que me preocupa es que para que se eliminara la foto del facebook de Cantando a Mamá alguien ha tenido que denunciar la publicación. Es decir, me duele pensar que hay alguien a quien esta imagen le cause tal desagrado que es capaz de denunciarla para acelerar su censura. No se… toda la violencia subliminal que digerimos cada día con la publicidad sexista, los programas de televisión donde se insultan contertulios de manera descarada, los políticos y sus discursos totalitarios… todo eso está normalizado y aceptado; sin embargo un nacimiento sin violencia, respetado y consciente, donde los pies de un bebé asoman tímidamente por la vagina de su madre es algo inaceptable socialmente.

Creo que es importante que reflexionemos sobre este tema. El primer paso para cuidar la maternidad es entenderla como tal, normalizando sus procesos. El parto normal es esto, lo que aparece en la foto, una mujer abriéndose para dejar paso a la vida. Tan acostumbrados estamos al potro y el gorrito verde que cuando nos muestran un parto normal nos caemos de culo.

Sueño con el día en que, como ya sucedió con el cine americano en el que en una escena de sexo la chica se tapaba el pecho con la sábana, alucinemos al ver a una mujer pariendo boca arriba con los pies en los estribos.

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…Y el Amor nació

Ayer a las 7.25h nació mi tercer sobrino; el primer varón de la familia.

Fue un parto respetado, en el hogar de sus hermanas y donde la madre se sintió acogida por los acompañantes y el equipo profesional que eligió. Un parto rápido, intenso, doloroso y placentero, duro e imparable según palabras de mi hermana.

El pequeño Hari (que así es como se llama) nació mirando al pubis de su madre (al cielo, como decía la matrona) y él sólo rotó entero al sacar la cabeza para salir. Un chico bien listo, sí señor.

Mi hermana parió de pie, apoyando los brazos en la cama de su dormitorio y ella misma lo acogió entre sus brazos para sacarlo y ponerlo piel con piel sobre su pecho.

Hari nació bajo la atenta mirada de su hermana mayor que no quiso perderse ese momento mágico y más tarde fue ella quien cortó el cordón que lo unía a su madre. La hermana mediana festejó con su risa infinita la llegada de su hermano.

¡Qué alegría poder contarlo! ¡Qué feliz me hace escribir esta entrada! No os lo podéis imaginar. Este niño viene a sanar una etapa difícil, viene a poner paz al hogar y sobre todo está lleno de amor, como su nombre…

…y como el amor impregna el aire, os dejo aquí esta canción kundalini para que cantéis conmigo en nombre de mi sobrino Hari.

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Un mar de dudas al final del embarazo

En la recta final del embarazo las mujeres solemos inundarnos de dudas e inseguridades. Por muy informadas que estemos y por mucho trabajo de empoderamiento que hayamos realizado previamente, parece que al final, una neblina se alojara entre nuestra frente y el mundo que impidiera ver con claridad y fortaleza. Las dudas más frecuentes suelen ser:

Imagen de www.mamamimame.com

Imagen de www.mamamimame.com

¿Podré parir?
Estamos tan desconectadas de nuestra sexualidad y nuestros cuerpos que muchas veces no confiamos en nuestra propia capacidad para parir como mamíferas que somos. Cuando surja esta pregunta, quizás te ayude hacerte otra: ¿por qué desconfío de mi poder para parir, si las mujeres llevan pariendo al rededor de 800.000 años?

¿Y si algo sale mal?
Lo primero cuando surja esta duda es pararse y concretar. «Algo» es demasiado amplio. ¿A qué es a lo que tienes miedo? Haz una lista de todo lo que se te ocurra que «podría salir mal» y no dudes en preguntarle a tu matrona. Páginas de asociaciones con información fidedigna basada en la última evidencia científica como la de El Parto es Nuestro también pueden serte de gran ayuda. Te propongo otra pregunta: ¿por qué pienso que algo puede ir mal?

¿Cuándo sabré que el parto ha empezado?
Lo sabrás, no te quepa duda. Se puede hablar de parto propiamente dicho cuando la mujer siente contracciones rítmicas (a veces regulares) que se mantienen durante dos horas y no desaparecen cuando se relaja. Se considera parto a partir de tres centímetros de dilatación del cuello del útero. En cualquier caso: si el parto comienza y no me doy cuenta ¿por qué he de preocuparme?

¿Y si me paso de fecha?
La fecha probable de parto (FPP) es justo eso: probable. De hecho debería llamarse más bien «fecha IMPROBABLE de parto» ya que sólo el 4-5% de las mujeres paren el día asignado en las revisiones. También es importante tener en cuenta que desde la semana 37 y hasta la semana 42 se considera un parto normal, y eso son 5 semanas de margen, que no es poco. Según mi experiencia te propongo que cuando te pregunten, digas que estás de tres semanas menos de las reales, de esta forma evitarás la presión de tu entorno en lo que a FPP se refiere. Con la presión que se ejerce una misma ya tenemos más que suficiente. Cuando te surja esta duda, dale la vuelta a la pregunta y piensa: ¿Qué día elegirá mi bebé para nacer? ¿Soy capaz de abandonarme a la sorpresa?

¿Podré aguantar el dolor?
El dolor en el parto es algo en lo que pensamos las mujeres embarazadas, sobre todo al final del mismo. Si además somos primerizas, la incertidumbre es todavía mayor. En el imaginario colectivo reside la idea de que no hay nada más doloroso que un parto. Una idea equivocada desde el principio si entendemos el dolor como algo subjetivo ya que cada persona tiene una percepción distinta del mismo. Pero es que además, durante el parto hay otras muchas sensaciones (algunas muy placenteras) de las que nunca hemos oído hablar. A mí me ayudó muchísimo la lectura «El Dolor del Parto» de Verena Schmid. El dolor por un lado nos induce al cambio (de postura, de respiración…) y por otro nos conecta con nosotras mismas haciéndonos mirar hacia adentro. Es una herramienta necesaria para la transformación y forma parte de la dualidad de la vida. Te sugiero que te plantees la pregunta de esta manera: ¿Qué sensaciones acompañadas al dolor experimentaré en mi parto? O también ¿Qué se transformará en mí, si dejo pasear por mi cuerpo libremente el dolor? 

¿Y si me sucede lo mismo que la otra vez?
Una mujer que ha sufrido un parto traumático previo, o simplemente que algo se complicó en el último momento, suele tener aquello que sucedió muy presente en sus siguientes embarazos. El miedo es necesario, para mantenernos alerta y reaccionar con previsión pero no podemos dejar que se apodere de nosotras. Que te ocurra LO MISMO que la otra vez es estadísticamente imposible, así que olvida esa idea que solo te hace sufrir. Piensa que es un embarazo diferente, una criatura diferente, y sobre todo TÚ eres una mujer diferente a la que eras antes de este embarazo. También te aconsejo ir sin espectativas. Esto no quiere decir ir a ciegas, es necesario elaborar un plan de parto donde queden reflejadas tus preferencias, por supuesto; pero no te obceques en una idea porque el día del parto puedes pensar algo completamente diferente, y está bien. ¿Y si sucede todo lo contrario a lo de la otra vez? ¿Cómo nacerá estx hijx?

Como éstas, hay tantas dudas como embarazadas en el mundo y a cada una nos preocupan unas cosas diferentes. Yo recuerdo sentirme idiota, me decía a mí misma «pero toda esta mierda, ahora, ¿por qué? Si yo siempre he confiado en mi parto…». Qué difícil es abandonarse a la sorpresa, intentar dejar de controlar por un momento, y si el parto se caracteriza por algo, es que es incontrolable. Para empezar, las contracciones van y vienen sin tú poder hacer nada para impedirlo y cuando empiezan las ganas de empujar ya ni te cuento. El cuerpo tiene su lenguaje propio, va por libre y yo te recomiendo que lo dejes bailar a su manera. Su sabiduría es infinita. ¡Vas a flipar!

Cambia las preguntas en negrita por las preguntas en cursiva. No hace falta responder a ninguna de las nuevas preguntas. Sí es necesario hacértelas y la reflexión viene a continuación sin necesidad de responder.

Espero que te haya sido de ayuda este post. ¿Alguna duda que compartir?

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Blessingway: Una ceremonia prenatal para mi hermana querida

Hace unos días tuve el honor de asistir al Blessingway de mi hermana, o lo que es lo mismo, su ceremonia de bendición para el parto. No tenía muy claro si compartir todo lo que allí se vivió públicamente y le pregunté directamente. Me dijo que sí, así que allá voy:

Un Blessingway no es más que una ceremonia prenatal en la que la mujer embarazada reúne a su círculo de mujeres más íntimo o con el que tiene mayor conexión y crear así un clima de energía positivo para el futuro parto. Tenéis mucha más información aquí.

En el caso de mi hermana, reunió a mujeres muy dispares, desde amigas de la infancia y mujeres de su familia hasta personas muy significativas para ella que compartieron breves momentos de su vida. Muchas de nosotras no nos conocíamos, pero todas sentimos que teníamos que estar allí y la conexión se creó desde el minuto uno. Tras recibir una preciosa invitación ilustrada por ella misma, supimos que la ceremonia sería un domingo por la mañana en su casa y se pidió expresamente que las asistentes vinieran sin hijxs, así que dejé a la pequeña Zoe con su abuelo que hizo un trabajo de niñero excelente (como era de esperar); y que trajera cada una, una cuenta de collar.

invitación blessingway

Mi hermana me pidió con antelación que hiciera las veces de «maestra de ceremonias» así que intenté unos días antes ordenar en mi cabeza todo lo que tenía mi hermana en la suya y que me supo transmitir muy bien. La ceremonia se dividiría en cinco partes o deseos para el pequeño Hari a punto de nacer y cada una tendría su ritual específico:

Hari, espero que:

  1. No tengas miedo de…
  2. Nunca olvides a…
  3. Aprendas…
  4. Respetes…
  5. Ames…

Para cada ritual necesitábamos materiales específicos, y la noche anterior ayudé a mi hermana para tenerlo todo a punto. Los colocamos en orden de intervención según la parte en la que nos encontráramos y el tenerlos todos a la vista quedó muy bonito y misterioso.

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En el suelo dibujamos con velas rojas un corazón del que brotaban en espiral velas de color blanco. (Más tarde descubriréis el significado de tanta vela junta). Rodeamos la espiral con cojines sobre esterillas en el suelo y encima de cada cojín elaboramos a mano unas preciosas coronas de hiedra para cada una de las mujeres que acompañarían a mi hermana ese día.
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Cuando llegaron todas las convocadas comenzamos la ceremonia. Nos sentamos en círculo y para entrar en materia hicimos la relajación del útero que propone Mónica Felipe-Larralde y tras ella, empezaron las presentaciones. Para ello utilizamos la cinta de color granate que aparece en la foto de los materiales y mientras nos presentábamos, cada una se enrollaba  en la muñeca la cinta y se colocaba la corona. Al terminar pasaba el ovillo a la siguiente y así sucesívamente de forma que al final habíamos tejido entre todas una red. Pasé unas tijeras para que cortáramos los enlaces y cada una se anudara su pulsera de unión.

Una tarde, pasado el evento, una de nosotras colgó una foto de su pulsera en el grupo de WhatsApp y todas respondimos con las nuestra. Fue emocionante. Aquí os dejo una muestra:

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Y comenzaron los rituales:

  1. El primer punto o deseo para el futuro nacido era «Espero que no tengas miedo de…». A mi hermana se le ocurrió que podríamos escribir cada una con rotulador plateado o dorado en una piedra oscura un miedo nuestro que querríamos evitar para Hari. Así que nos pusimos a ello. Al terminar, salimos a la parcela para enterrar las piedras bajo un olivo. La sensación fue liberadora porque enterramos (literalmente) nuestros miedos.piedras-miedos
  2. El segundo, bajo el deseo «Espero que no olvides…», fue elegido para recordar a los bebés no nacidos, a esos seres de luz que sabemos que nos acompañarán siempre. Para ello, Sira pensó en que cada una talláramos el nombre de un bebé no nacido con un punzón en un palito de madera. Mientras esto ocurría sonaba de fondo ese quejido de canción la muerte cuando esperas vida de Rosa Zaragoza. Os podéis imaginar la carga emocional del momento. Después, cada una ató al palito un cascabel y más tarde salimos para colgarlos de las ramas de un árbol; así, cuando el viento sople, se harán presentes cada uno de ellos con el sonido del cascabel.
  3. Con el tercer ritual se pretendía que Hari aprendiera algo que nos hubiera gustado aprender a nosotras o que con el tiempo hemos visto que es un aprendizaje útil y necesario. Así que, con el deseo «Espero que aprendas…», se escogió para cada una un pedazo de tela con un agujero en uno de los extremos. En ella escribimos un aprendizaje para nosotras vital y después salimos a colgarlo del mismo árbol que los palitos. El resultado final parecía una instalación de arte moderno. Quedó precioso.ÁrbolAprovechamos aquí para hacer un descanso, tomar unos zumos, ir al servicio y ¿por qué no? hablar un rato y conocernos mejor. (Yo aproveché para llamar a mi padre y conocer detalles de la pelirroja, que curiosamente estaba dormida desde prácticamente el inicio del Blessingway). Tras el parón, continuaron los rituales ceremoniales:
  4. El deseo número cuatro tenía como enunciado «Espero que respetes…». En esta ocasión se honró al cuerpo, “Hari, esperamos que respetes tu cuerpo, como templo que recoge tu alma.”. Extendimos una tela blanca de 3 X 3 en el suelo del porche y con la ayuda de ceras de colores dibujamos todas al tiempo sobre ella. Hizo un día soleado de invierno maravilloso para pintar al aire libre.
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    Mientras esto ocurría, mi hermana entró de nuevo en la casa y preparó el momento más emotivo (en mi opinión) del día. Cuando la tela quedó multicolor y tras hacer en ella un gran corte en el centro, pasamos todas de nuevo al salón y allí nos encontramos un recipiente lleno de agua en el que flotaban flores y una silla en frente. 88fa253177387c8cd65da71ee574d1bfMi hermana entonces, dijo en voz alta: “Hari, esperamos que respetes tu origen, tu sangre, de dónde vienes. Y para honrar tu linaje, lavaré los pies de la madre que me parió” y tras esa frase se dispuso a lavarle los pies a mi madre. Mientras esto sucedía, de fondo se escuchaba Mi Columpio de Marwan (toda una Oda a la figura de la madre). 921ff85423fc6b0922bb1445a3823405IMG_4888
  5. Tras la llorera colectiva llegó el último rito del día bajo el enunciado «Espero que ames…». Mi hermana se sentó sobre un taburete en el interior del corazón hecho con velas y habló con su bebé. Le dijo que a pesar de las circunstancias en las que se encuentran, él era un hijo del amor sin dudarlo; «Hari es uno de los nombres de Vishnu, el relativo al amor. Es mi hijo, le amo y espero que ame la belleza de la vida tanto como su madre”. Tras esta introducción, cada una de nosotras nos acercamos a ella y le ofrecimos nuestra cuenta de collar, que poco a poco ella fue engarzando en un cordón de cuero color marrón. Conforme llegábamos al interior de la espiral debíamos encender una de las velas blancas que la conformaban, darle la cuenta y recibir a cambio una de las velas rojas del corazón con el fin de, llegado el momento del parto, encenderla en casa para aunar energías. IMG_4887Al acabar, mi hermana se colgó el collar con todas las cuentas engarzadas al cuello y rodeamos entre todas la espiral. “Grabemos este momento en nuestras mentes y volvamos a él el día del parto de Hari, encendamos la velita y creemos de nuevo este círculo de protección con nuestra energía”.Yo tenía un último regalo para mi hermana y mi sobrino a punto de nacer: una canción para el momento. La compuse unos días antes sin dificultad, brotó de mí la melodía y la letra como si fuera algo que no se podía decir de otra manera más que cantando. Aquí os dejo la letra y la música:

CANCIÓN PARA EL NACIMIENTO DE HARI

Siente el fuego naraja.
Mira el cielo azul.
Surge el miedo violeta.
Sigue tu corazón.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari vive en ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Vas a poder parir.

Tiende una mano abierta
justo en frente de ti.
Cúbrela con la mía
y respira feliz.

El futuro no existe.
El pasado se fue.
El presente es la fuente
que hoy bendice tu ser.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari viene hacia ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
y tú ya sabes parir.

Y la luna en el cielo
llena todo de luz.
Silba suave la brisa.
Ahora es todo quietud.

El momento se acerca.
Aquí todo está bien.
Con los brazos abiertos
mami espera tu piel.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari vino a ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
En un parto feliz.

Feliz

Tras escuchar la canción salimos todas a la calle y atravesamos la tela pintada, que representaba el cuerpo. Todas renacimos de alguna manera esa mañana de domingo. Gracias, hermana.

Espero que este maravilloso encuentro os inspire como futuras mamás para vuestras ceremonias prenatales. ¿Alguna se anima a contarnos su experiencia?

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