El mes de Noviembre se caracteriza por los gritos de lucha contra la violencia hacia las mujeres, gritos ahogados en la oscuridad del patriarcado, gritos de indignación e incredulidad de que, todavía a día de hoy, sigamos gritando por lo mismo, hombres y mujeres feministas…
Este tipo de violencia se ejerce sobre mujeres de cualquier país, cultura, religión y escala social. Además de cualquier entorno social o laboral. Lo único que hace falta en escena es la presencia de una mujer a la que humillar, ningunear, marginar, abusar, insultar, asesinar, mutilar, agredir, golpear, silenciar, atacar, aniñar, menospreciar… el momento y el lugar es lo de menos. Da igual que la mujer sea una niña, una adolescente, una mujer madura o una anciana; tampoco importa si es una mujer sana o enferma; ni si quiera hay excepción con las mujeres embarazadas ni con las que están de parto.
Y aquí me detengo porque, aunque evidentemente detesto cualquier tipo de violencia hacia las mujeres, este blog habla de maternidad, y existe una violencia que se ejerce dentro de los paritorios y también en muchos partos domiciliarios (vuelvo a repetir que el lugar es lo de menos siempre y cuando haya una mujer sobre la que ejercer violencia) que atenta directamente sobre las madres: Hablo de la Violencia Obstétrica.
Dos asociaciones argentinas pro parto respetado (Dando a Luz y Maternidad Libertaria) elaboraron una serie de preguntas para identificar fácilmente la Violencia Obstétrica y que las usuarias comenzaran a despertar y apoderarse de sus partos (o pelear contra los que se lo robaron). Aquí os dejo las preguntas:
TEST DE VIOLENCIA OBSTETRICA
Marco Legal: Ley Nacional N°26485, Ley Nacional N°25929
Mientras estabas internada en la clínica u hospital, con contracciones de trabajo de parto,
1. ¿El personal de salud hacía comentarios irónicos, descalificadores o en tono de chiste acerca de tu comportamiento?
2. ¿Te trataron con sobrenombres (gorda) o diminutivos (gordita-mamita-hijita) como si fueras una niña incapaz de comprender los procesos por los cuales estás atravesando?
3. ¿Fuiste criticada por llorar o gritar de dolor, emoción, alegría…, durante el trabajo de parto y/o el parto?
4. ¿Te fue difícil o imposible preguntar o manifestar tus miedos o inquietudes porque no te respondían o lo hacían de mala manera?
5. ¿Se realizaron alguno o varios de los siguientes procedimientos médicos sin pedirte consentimiento o explicarte por qué eran necesarios?
Rasurado de genitales – Enema – Indicación de permanecer acostada todo el tiempo – Rotura artificial de bolsa – Administración de medicación o goteo para «apurar» el parto – Tactos vaginales reiterados y realizados por diferentes personas – Compresión del abdomen en el momento de los pujos – Episiotomía – Cesárea – Raspaje del útero sin anestesia
6. En el momento del parto, ¿te obligaron a permanecer acostada boca arriba aunque manifestaras tu incomodidad en esa posición?
7. ¿Fuiste obligada a quedarte en cama impidiéndote caminar o buscar posiciones según tus necesidades?
8. ¿Se te impidió estar acompañada por alguien de tu confianza?
9. ¿Se te impidió el contacto inmediato con tu hija/o recién nacido antes de que se lo llevara el neonatólogo para control? (acariciarlo, tenerlo en brazos, verle el sexo, hablarle, darle el pecho, etc.)
10. Después del parto, ¿sentiste que no habías estado a la altura de lo que se esperaba de ti (que no habías «colaborado»)?
11. ¿Podrías decir que la experiencia de la atención en el parto te hizo sentir vulnerable, culpable o insegura?
Si la respuesta a cualquier de estas preguntas es sí, fuiste víctima de violencia obstétrica.
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Este test engloba muchas formas de violencia hacia las mujeres en trabajo de parto y me gusta repasarlo de vez en cuando para recordar que no sólo se trata de violencia cuando la mujer sufre insuperables secuelas físicas tras el parto, o cuando muere su bebé por una mala praxis, o cuando se siente violar por varios estudiantes sometiéndose a innumerables tactos uno detrás de otro… (que por supuesto no hay duda de la brutal violencia ejercida en estos casos). Sino que también existen micromachismos en este ámbito no menos inofensivos hacia la integridad de las mujeres.
Toda esta mierda, hablando claro, hay que pararla y hay que hacerlo ya. Es una pelea constante, una lucha sin final esta de la igualdad entre mujeres y hombres, pero no os vengáis abajo: mujeres; no os confiéis vosotros: víctimas del patriarcado; porque somos muchxs lxs que queremos que la historia cambie y cambiará.
Una de ellas es la matriactivista Jesusa Ricoy que desde su iniciativa The Roses Revolution nos transmite este mensaje:
Y así será, mañana 25N, hay todo un movimiento preparado contra la Violencia Obstétrica. ¿Cómo puedes participar? Muy fácil:
- Utiliza la imagen de la rosa como foto de perfil en tus canales sociales.
- Difunde mensajes contra la Violencia Obstétrica en Twitter con los hastag #StopViolenciaObstétrica #StopObstetricViolence
- Sigue las páginas oficiales del movimiento y compártelas con tus amigxs: Blog de La Revolución de las Rosas (España), Página Web, Facebook.
- Si tienes un blog, puedes escribir un post (o los que quieras) para concienciar sobre este grave problema y tus ganas de erradicarlo del mapa.
- Imprime testimonios de mujeres víctimas de Violencia Obstétrica y déjalos a las puertas de las maternidades donde sabes que se ejerce, junto con rosas.
- Y ¡todo lo que se te ocurra!
Cantando A Mamá este año se suma a la campaña, espero que tu también.
Por el fin de la violencia hacia las mujeres
Porque nacer sea un acto digno
Porque lo partos sean en libertad y respetados