Nuestro Calendario de Adviento

Desde que soy madre me encanta la idea del Calendario de Adviento, de organizar la cuenta atrás hasta nochebuena y de llenarnos de planes geniales para cada día de Diciembre.

El otro día leyendo el blog de Beatriz Millán, me di cuenta de que Diciembre estaba al caer y no habíamos hecho el nuestro, así que el lunes, de vuelta del cole, encontramos una rama de árbol caída en el suelo y le propuse a Zoe hacer esa tarde nuestro calendario. La idea la cogí de este otro blog, pero por falta de tiempo nos quedó un poco más artesano que el original.

Llegamos a casa, pintamos juntas la rama de muchos colores y la dejamos secar. Después recortamos 24 cartulinas dobles brillantes de nuestro papel decorativo MALA de Ikea y con un rotulador permanente marcamos los 24 días. En la parte interior de cada cartulina escribí un plan para hacer en familia (decorar la casa de navidad, hacer galletas de avena, coger el naviluz, pintar y enviar christmas para la familia, ir a la biblioteca a por cuentos navideños…).

No hemos incluido ningún regalo físico ni golosinas. Para eso está ya Papá Noel y los Reyes Magos y todos los encuentros navideños familiares donde abundarán el turrón y la buena comida.

La idea del calendario es pasar tiempo de calidad en familia. A veces el plan es a lo grande (hoy vamos al circo a ver Navidades en el Price) y otras son planes más sencillos y no por eso menos especiales (hoy en casa jugamos con la caja de villancicos). También nos encantan los planes del tipo “ahora mismo, abrazo conjunto en familia” u “hoy pintamos algo que nos da mucho miedo y lo tiramos a la basura”. Al final se trata de usar el tiempo hacia el auto cuidado y el goce y placer en familia. Sentir que nos queremos y nos encanta pasar tiempo juntos.

Este es el resultado de nuestro Calendario de Adviento. Espero que os guste:

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Cosas de Navidad…

Llevo unos días sin publicar, pero hoy rompo el silencio del blog para traeros algunas cosas de navidad fáciles de hacer, ideas sencillas para hacer en familia en estas fechas tan chulis para lxs niñxs (nuestrxs hijxs y también nuestrxs niñxs interiores que lo agradecen un montón también, no digáis que no).

  • Aunque un poco tarde os muestro nuestro Calendario de Adviento. Este año lo hemos sacado de esta página tan chuli donde puedes imprimirte los recortables y colgarlos donde quieras. Dentro de cada «casita» nosotras hemos escrito una actividad relacionada con la Navidad para hacer en familia y en esta entrada os cuento algunas de ellas. Nuestro calendario lo hemos colgado en la estantería de la habitación y cada mañana abrimos la casita del día que corresponde:

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  • Otra propuesta deliciosa es hacer galletas de avena con formas navideñas. Esta idea la sacamos del grupo de juego basado en pedagogías activas que ofrece nuestra querida amiga Amaya en la tienda Monetes de Rivas Vaciamadrid. Nosotras hemos comprado unos moldes con forma de estrella, corazones y árboles de navidad. Aquí os dejo la receta, es sencillísima de hacer y muy rápida.

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  • Un árbol de navidad diferente. Esta idea la he sacado de la escuela infantil donde llevo a mi hija, en la que el equipo educativo un día nos pidió a los padres y madres una foto de familia tamaño 18 x 20 cm. ¿para qué? ¡Sorpresa! Un día al recoger a Zoe nos esperaba en la puerta de la escuela un árbol de Navidad hecho con ramas secas pintadas de blanco y unas bolas de lo más originales: nuestras fotos hechas tiras y ensambladas con alfileres abiertos de bronce. Probad en casa esta idea para decorar vuestros árboles con fotos familiares y buscad entre las bolas a los primos, los tíos, los abuelos…

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  • En este blog no podía faltar la música, así que uno de los días en nuestro calendario de adviento crearemos nuestra caja de villancicos. Esto no es otra cosa que una caja cualquiera (puede ser una caja de galletas vacía, por ejemplo) en la que se meten unos papelitos con dibujos-pistas sobre un villancico concreto. Por ejemplo: el dibujo de una campana para cantar “campana sobre campana”, o el de un pez para cantar “los peces en el río”. Lxs niñxs pueden coger algún instrumento para hacer de percusión y la caja se puede decorar con espumillón o dibujos navideños. El juego consiste en sacar un papelito al azar y entonar el villancico que corresponda ¡A cantar!

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  • La próxima actividad se la robé a mi tocaya Beatriz Millán (por cierto: ¿habéis visto el lavado de cara de su blog? ¡A mí me requetechifla! No dejéis de pasar por allí, que tiene infinidad de cositas bonitas relacionadas con la maternidad y la vida familiar en Madrid). El año pasado ya hicimos estos bonitos copos de nieve de papel y este año pensamos repetir. Además de quedar preciosos es una forma más de permitir a nuestrxs hijxs usar las tijeras con supervisión y seguridad. Practicar con las tijeras hace que perfeccionen su psicomotricidad fina y fomenta la autonomía entendiendo conceptos como seguridad con materiales afilados o cortantes. ¡Gracias Beatriz!

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Espero que estas cinco actividades os inspiren y disfrutéis estas fiestas en familia. ¡Hasta la próxima!

La Navidad es una fiesta preciosa porque festeja la maternidad.

Ya es Navidad y vuelven, como cada año, las sensaciones de emoción, nervios, encuentros, se respira la magia…

No soy creyente, nunca lo he sido. No sigo ninguna religión. No he hecho la comunión ni la confirmación. Estoy bautizada por pura presión familiar y cultural pero nunca fui a clase de religión ni catequesis. Cuando asisto a una ceremonia religiosa no sé seguir las oraciones ni los himnos. No me he casado por la iglesia (ni por lo civil). No me he leído la biblia. No celebro jamás los «santos» de las personas que conozco, de hecho no sé ni cuándo son…

Sin embargo la Navidad me parece una fiesta preciosa.

Me quedo con la grandiosidad de que el nacimiento de un bebé sea motivo de festejo de una importantísima parte del planeta. Me encanta la idea de que una mujer encontrara un pesebre a mitad de la noche, con la ayuda de su compañero (la Doula perfecta) y sin más compañía que la mirada oscura de dos animales robustos que aportaron el calor necesario para esos primeros momentos. Imagino un parto intenso, precipitado, íntimo y lleno de amor. María sosteniendo a su hijo Jesús al nacer y colocándoselo sobre el pecho, y un atento José cubriendo con sus ropajes a madre e hijo mientras le propina a su compañera un beso en todos los morros. El bebé trepando por el torso desnudo de su madre hasta engancharse al pecho con una perfecta competencia innata de supervivencia.

Después de un tiempo de intimidad, de soledad familiar, empezarían a llegar pastores de la zona ofreciendo comida y enseres a la recién parida y José les recibiría entre susurros para no romper la magia del momento.

Descanso en la huída a Egipto. (Francisco de Zurbarán)

Descanso en la huída a Egipto. (Francisco de Zurbarán)

Quizás se empezaría a correr la voz, como ocurre en las pequeñas pedanías, y la gente relacionaría la claridad de la noche con el milagro de la naturaleza. Dirían «una estrella ilumina el pesebre donde ha nacido el niño». El acontecimiento llegaría después a las aldeas cercanas y luego a las lejanas y se propagaría la noticia (exagerada y con mil matices de realismo mágico) mucho más allá hasta llegar a Oriente donde tres viejos astrónomos, tras escucharla, decidirían viajar al lugar donde la gente decía que una estrella brillaba más que ninguna para marcar el lugar del nacimiento de un bebé. Los astrónomos llevarían presentes valiosos a la familia para compensar la intromisión pero  María y José les recibirían con gratitud y el pequeño Jesús regalaría sonrisas a todo aquel que quisiera conocerle.

Desde aquellos días hasta hoy se repite la tradición de festejar su llegada al mundo. Y es que el nacimiento de aquel bebé, que podía ser el de cualquiera en realidad, es motivo de celebración. Un nacimiento hace que paremos, que conectemos con nuestra naturaleza, con nuestro instinto primario, hace que nos miremos a los ojos (profundamente), que nos volvamos a oler, a tocar, a sentir de la forma más primitiva… Dar vida es un regalo que nos transforma y al mismo tiempo nos conecta con algo antiquísimo.

¡Feliz Navidad! Seas quien seas, estés donde estés.