La canción de la semana #4 – Después De (Rosa Zaragoza)

Rosa Zaragoza

Rosa Zaragoza

Hoy os acerco una canción que me encanta cantar a mi hija al despertar. La escuché por primera vez durante el embarazo, cuando cayó en mis manos este maravilloso disco de Rosa Zaragoza: Nacer, Renacer (Néixer, Renéixer), y ya imaginaba cómo sería compartir los días con mi niña. La canción cuenta la jornada completa de un/a bebé o niñx cualquiera y me gusta tantísimo porque muestra la relación de apego seguro que sienten lxs bebés felices. Nuestros hijos son seres autónomos y capaces, con personalidades únicas que poco a poco descubrirán el mundo que les rodea si tienen la certeza de que estaremos ahí siempre que lo necesiten.

Aquí os dejo el enlace a la canción y la letra:

DESPUÉS DE
(Rosa Zaragoza – Néixer, Renéixer)

Al despertar, mamar.
Después de mamar, reír.
Después de reír, cantar.
Después de cantar, comer.
Después de comer, jugar.
Después de jugar, brincar.
Después de brincar, volar.
Después de volar, caer.
Después de caer, llorar.
Después de llorar, charlar.
Después de charlar, correr.
Después de correr, parar.
Después de parar, mecer.
Después de mecer, dormir…

…Después de dormir, soñar. 

 

La Canción de la Semana #3 – Aina (Cantando A Mamá)

Antes de ser madre, fui tía y también cantaba canciones. De vez en cuando cogía la guitarra y surgían de mi cabeza letras y melodías cuando compartía momentos con mi familia. Así que un día, en el verano de 2009, mientras mi sobrina Aina jugaba a descubrir sus manos y pies en el porche de la casa de mis padres, escribí esta canción:

Imagen de Pajarito Pinzón

Imagen de Pajarito Pinzón

AINA

Miro el cielo azul aquí, en el campo,
juego con mi pie y encuentro una mano.
¡Qué interesante éste papel que me he encontrado!
Sigo el ritmo que estás cantando.

No sé… difícil para mí decir que soy feliz sin hablar.

Me divierto con mirar a cualquier perro.
Juego otra vez con tu rizo del pelo.
¡Qué fresquita el agua en el chalet de los abuelos!
¡Qué bonito es el botón de tu chaleco!

No sé hablar, pero da igual: mi mami entiende bien lo que yo quiero

Me lo paso yo muy bien con mucha gente.
Me duele la boca otra vez ¡ya tengo otro diente!

No sé… qué raro es aprender la vida en general…

…Me gusta ese color…

…¡Qué nueva sensación!…

La canción de la semana #2 – Por Palestina

¡Qué suerte no ser una madre palestina,
ni una madre siria, ni una madre afgana,
ni una madre kurda,
ni una madre del cuerno de África!

Qué suerte no tener que sostener
la muerte de mi hijo en mis brazos…
ese pequeño cuerpo
que se ha muerto sin más,
de hambre, de sed,desangrado,
atravesado, zas, por una bala!

¡Qué suerte no tener que abrazar a mi hijo muerto
mientras mis ojos se resecan, lentamente,
de dolor, de impotencia, de rabia contenida!

¡Qué suerte no tener que sortear cada día
el rostro enjuto y oscuro de la Parca,
y regalarle, esconderle, ocultarle
los rostros malditos de mis hijos,
que han nacido donde nada importan,
donde nada valen, donde nada son…!

Qué suerte, me repito cada día, qué suerte,
mientras mis hijos, tranquilos, duermen su infancia merecida.

Marisa Peña.
Poema publicado en el libro colectivo «Indignhadas»
de Unaria Ediciones

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Este viernes cantamos en el blog por el pueblo más resistente, por lxs niñxs de Gaza y sus infancias robadas, por los padres que portan pañuelos al cuello para recoger sus gritos de dolor, por lxs jóvenes que se levantan tras la caída del compañero y se relevan en la carrera por su bandera…

…y por esas madres que ahogan sus lágrimas de sangre en los campos de refugiados porque jamás verán a sus hijxs crecer…

Todxs somos palestinxs.

¡Acabemos de una vez con el genocidio! Aquí os dejo algunas peticiones para poder firmar a través de internet para que esta masacre deje de repetirse una y otra vez en el tiempo.

Nueva sección: La canción de la semana #1, Teardrop (Massive Attack)

Hola a todxs:

He decidido abrir una sección nueva dentro del blog para que no exista una semana sin canciones. Para ello, cada viernes publicaré «la canción de la semana». Será un tema dedicado a mamá, como siempre. Canciones que escuchaba durante el embarazo, que me emocionaron y empoderaron, canciones que le canté a mi hija o que cantamos juntas ahora también, canciones de amor… no sé, lo que surja.

Así que para abrir sección, este viernes he escogido una canción de un grupo buenísimo que a mí me pone mucho: Massive Attack. El tema se titula Teardrop (lágrima) y la he elegido porque tiene una melodía preciosa y el vídeo es digno de ver. En él aparece un bebé intraútero que sigue el ritmo de la canción e incluso canta moviendo sus finos labios, flotando entre el líquido amniótico. Ve movimiento fuera, luces que le hacen taparse el rostro… Reconozco que es un vídeo antiguo que cuando lo vi me dio bastante impresión pero ahora me encanta, jejeje.

Que la disfrutéis y ¡feliz viernes!

Sabemos cómo se hacen los bebés: ¡cantando!

Quería dedicar un post a la concepción. Ese día en el que un acto cotidiano puede convertirse en algo extraordinario… Y hablo de una pareja estable o no, pero que se desea, o que tienen deseos en común. Hasta hace poco se pensaba que de los 400 millones de espermatozoides que se proyectan hacia la vagina en una eyaculación, solo uno conseguiría alcanzar el óvulo y fecundarlo. Ahora se sabe que no es una carrera para ver quién gana, sino un trabajo en equipo altamente competente, ya que varios cientos de miles lo alcanzan y, aunque solo uno lo fecunda, el resto ayuda a bajar el óvulo hasta la cavidad uterina donde se asentará durante 40 semanas aproximadamente. Sin la ayuda de todos ellos quizás nos hubiéramos extinguido hace tiempo.

Pero volviendo al tema en cuestión, cuando dos personas de desean, se abrazan y entrelazan sus cuerpos, se funden en uno y… es un placer, tanto que da para muuuuuchas canciones. Y es que hace tiempo que no cantamos en el blog, así que aquí traigo una pequeña recopilación de «canciones de cama» que os pueden interesar.

La primera es una canción que viene al pelo. Este hombre me encanta, su guitarrita, su voz quebrada, los coros, el cajón… nadie iguala a Kiko Veneno, y su último disco tiene temas bonitos de verdad. Uno de ellos es éste que habla de sensaciones que todxs conocemos… Totupan Ahí va:

La siguiente canción la canta una de las voces más especiales que conozco, una artista que ha formado parte de mi vida mucho tiempo, la inigualable Björk. Ella es capaz de hacernos creer que dos máquinas pueden amarse, porque (todo está lleno de amor) All is full of love

Para terminar os dejo este clásico de El último de la fila. ¿Quién no ha pensado alguna vez «lo nuestro no es un amor perfecto pero tampoco Los Ángeles no tienen hélices«?. Pues eso, el deseo no se puede ocultar.

Espero que os haya inspirado un poquito. ¡Hala! A retozar que son dos días.

Un año de amor

¿Quién me hubiera dicho que hace un año decidirías nacer? ¿Cómo imaginar que a estas horas estaría inmersa en el «planeta parto», llamándote sin hablar, bailando todo mi cuerpo para honrar tu llegada? ¿Quién hubiera adivinado que tu pelo, al nacer, asomaría de color naranja?… Hoy es tu primer cumpleaños y este tiempo compartido a tu lado ha sido lo más intenso que he vivido hasta ahora, hija.

Parto en casa

Hace justo un año te estaba pariendo en la cama de mi habitación, en nuestro hogar, mientras el primer sol de primavera asomaba con fuerza entre los pliegues de las cortinas naranjas. Hace justo un año encontraste el camino hasta mis brazos y no he dejado de abrazarte hasta el día de hoy. Es cierto que en algún momento a tu lado parecía que el tiempo no acababa de pasar, momentos duros, sí; pero hoy me parece todo fugaz, un suspiro y tiemblo al pensar que me perderé cosas de tu vida, que en el momento menos pensado me sentiré menos importante para ti de lo que soy ahora. Pero es «ley de vida», tu eres un ser independiente y valioso que debe caminar su senda. Hoy lo siento así. Lo veo claro. Ya eres «alguien». Se empieza a esbozar tu carácter, tus rasgos, tu temperamento… Espero haber sembrado en ti, aunque sea, una ínfima parte de lo que tú has sembrado en mí. Desde que naciste soy mejor persona, Zoe. Ojalá que este tiempo haya marcado en positivo tu mente para enfrentarte al mundo con ilusión y entereza.

¿Cómo medir un año contigo? Quizás en…

  • 4 estaciones de color naranja.
  • 12 meses de conocimiento y reconocimiento mutuos.
  • 52 semanas de miradas profundas que atraviesan el alma.
  • 365 noches de colecho, durmiendo una junto a la otra, compartiendo nuestros sueños.
  • 8.760 horas en las que se han entrelazado el dolor y el amor hasta el punto de confundirlos.
  • 525.600 minutos de lactancia a demanda, con sus luces y sombras, hasta establecer nuestro idioma, nuestra danza perfecta.
  • 1.892.160.000 segundos de aprendizaje continuo y constante por ambas partes.

¿Quizás en amor? Eso es, amor del bueno, del puro. Un año entero donde el amor ha regido sobre toda fuerza extraña, sobre toda emoción y pensamiento. Ahora no puedo creer que hayamos recorrido juntas un año entero, me parece un sueño. Pero es real, soy madre.

Soy tu madre. Y tu eres mi hija. ¡Qué suerte!

Para ti esta canción, mi niña. «Seasons of Love» del musical Rent. Porque quizás este año se puede medir con canciones de amor como esta. Te quiero.

Blessingway: Una ceremonia prenatal para mi hermana querida

Hace unos días tuve el honor de asistir al Blessingway de mi hermana, o lo que es lo mismo, su ceremonia de bendición para el parto. No tenía muy claro si compartir todo lo que allí se vivió públicamente y le pregunté directamente. Me dijo que sí, así que allá voy:

Un Blessingway no es más que una ceremonia prenatal en la que la mujer embarazada reúne a su círculo de mujeres más íntimo o con el que tiene mayor conexión y crear así un clima de energía positivo para el futuro parto. Tenéis mucha más información aquí.

En el caso de mi hermana, reunió a mujeres muy dispares, desde amigas de la infancia y mujeres de su familia hasta personas muy significativas para ella que compartieron breves momentos de su vida. Muchas de nosotras no nos conocíamos, pero todas sentimos que teníamos que estar allí y la conexión se creó desde el minuto uno. Tras recibir una preciosa invitación ilustrada por ella misma, supimos que la ceremonia sería un domingo por la mañana en su casa y se pidió expresamente que las asistentes vinieran sin hijxs, así que dejé a la pequeña Zoe con su abuelo que hizo un trabajo de niñero excelente (como era de esperar); y que trajera cada una, una cuenta de collar.

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Mi hermana me pidió con antelación que hiciera las veces de «maestra de ceremonias» así que intenté unos días antes ordenar en mi cabeza todo lo que tenía mi hermana en la suya y que me supo transmitir muy bien. La ceremonia se dividiría en cinco partes o deseos para el pequeño Hari a punto de nacer y cada una tendría su ritual específico:

Hari, espero que:

  1. No tengas miedo de…
  2. Nunca olvides a…
  3. Aprendas…
  4. Respetes…
  5. Ames…

Para cada ritual necesitábamos materiales específicos, y la noche anterior ayudé a mi hermana para tenerlo todo a punto. Los colocamos en orden de intervención según la parte en la que nos encontráramos y el tenerlos todos a la vista quedó muy bonito y misterioso.

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En el suelo dibujamos con velas rojas un corazón del que brotaban en espiral velas de color blanco. (Más tarde descubriréis el significado de tanta vela junta). Rodeamos la espiral con cojines sobre esterillas en el suelo y encima de cada cojín elaboramos a mano unas preciosas coronas de hiedra para cada una de las mujeres que acompañarían a mi hermana ese día.
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Cuando llegaron todas las convocadas comenzamos la ceremonia. Nos sentamos en círculo y para entrar en materia hicimos la relajación del útero que propone Mónica Felipe-Larralde y tras ella, empezaron las presentaciones. Para ello utilizamos la cinta de color granate que aparece en la foto de los materiales y mientras nos presentábamos, cada una se enrollaba  en la muñeca la cinta y se colocaba la corona. Al terminar pasaba el ovillo a la siguiente y así sucesívamente de forma que al final habíamos tejido entre todas una red. Pasé unas tijeras para que cortáramos los enlaces y cada una se anudara su pulsera de unión.

Una tarde, pasado el evento, una de nosotras colgó una foto de su pulsera en el grupo de WhatsApp y todas respondimos con las nuestra. Fue emocionante. Aquí os dejo una muestra:

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Y comenzaron los rituales:

  1. El primer punto o deseo para el futuro nacido era «Espero que no tengas miedo de…». A mi hermana se le ocurrió que podríamos escribir cada una con rotulador plateado o dorado en una piedra oscura un miedo nuestro que querríamos evitar para Hari. Así que nos pusimos a ello. Al terminar, salimos a la parcela para enterrar las piedras bajo un olivo. La sensación fue liberadora porque enterramos (literalmente) nuestros miedos.piedras-miedos
  2. El segundo, bajo el deseo «Espero que no olvides…», fue elegido para recordar a los bebés no nacidos, a esos seres de luz que sabemos que nos acompañarán siempre. Para ello, Sira pensó en que cada una talláramos el nombre de un bebé no nacido con un punzón en un palito de madera. Mientras esto ocurría sonaba de fondo ese quejido de canción la muerte cuando esperas vida de Rosa Zaragoza. Os podéis imaginar la carga emocional del momento. Después, cada una ató al palito un cascabel y más tarde salimos para colgarlos de las ramas de un árbol; así, cuando el viento sople, se harán presentes cada uno de ellos con el sonido del cascabel.
  3. Con el tercer ritual se pretendía que Hari aprendiera algo que nos hubiera gustado aprender a nosotras o que con el tiempo hemos visto que es un aprendizaje útil y necesario. Así que, con el deseo «Espero que aprendas…», se escogió para cada una un pedazo de tela con un agujero en uno de los extremos. En ella escribimos un aprendizaje para nosotras vital y después salimos a colgarlo del mismo árbol que los palitos. El resultado final parecía una instalación de arte moderno. Quedó precioso.ÁrbolAprovechamos aquí para hacer un descanso, tomar unos zumos, ir al servicio y ¿por qué no? hablar un rato y conocernos mejor. (Yo aproveché para llamar a mi padre y conocer detalles de la pelirroja, que curiosamente estaba dormida desde prácticamente el inicio del Blessingway). Tras el parón, continuaron los rituales ceremoniales:
  4. El deseo número cuatro tenía como enunciado «Espero que respetes…». En esta ocasión se honró al cuerpo, “Hari, esperamos que respetes tu cuerpo, como templo que recoge tu alma.”. Extendimos una tela blanca de 3 X 3 en el suelo del porche y con la ayuda de ceras de colores dibujamos todas al tiempo sobre ella. Hizo un día soleado de invierno maravilloso para pintar al aire libre.
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    Mientras esto ocurría, mi hermana entró de nuevo en la casa y preparó el momento más emotivo (en mi opinión) del día. Cuando la tela quedó multicolor y tras hacer en ella un gran corte en el centro, pasamos todas de nuevo al salón y allí nos encontramos un recipiente lleno de agua en el que flotaban flores y una silla en frente. 88fa253177387c8cd65da71ee574d1bfMi hermana entonces, dijo en voz alta: “Hari, esperamos que respetes tu origen, tu sangre, de dónde vienes. Y para honrar tu linaje, lavaré los pies de la madre que me parió” y tras esa frase se dispuso a lavarle los pies a mi madre. Mientras esto sucedía, de fondo se escuchaba Mi Columpio de Marwan (toda una Oda a la figura de la madre). 921ff85423fc6b0922bb1445a3823405IMG_4888
  5. Tras la llorera colectiva llegó el último rito del día bajo el enunciado «Espero que ames…». Mi hermana se sentó sobre un taburete en el interior del corazón hecho con velas y habló con su bebé. Le dijo que a pesar de las circunstancias en las que se encuentran, él era un hijo del amor sin dudarlo; «Hari es uno de los nombres de Vishnu, el relativo al amor. Es mi hijo, le amo y espero que ame la belleza de la vida tanto como su madre”. Tras esta introducción, cada una de nosotras nos acercamos a ella y le ofrecimos nuestra cuenta de collar, que poco a poco ella fue engarzando en un cordón de cuero color marrón. Conforme llegábamos al interior de la espiral debíamos encender una de las velas blancas que la conformaban, darle la cuenta y recibir a cambio una de las velas rojas del corazón con el fin de, llegado el momento del parto, encenderla en casa para aunar energías. IMG_4887Al acabar, mi hermana se colgó el collar con todas las cuentas engarzadas al cuello y rodeamos entre todas la espiral. “Grabemos este momento en nuestras mentes y volvamos a él el día del parto de Hari, encendamos la velita y creemos de nuevo este círculo de protección con nuestra energía”.Yo tenía un último regalo para mi hermana y mi sobrino a punto de nacer: una canción para el momento. La compuse unos días antes sin dificultad, brotó de mí la melodía y la letra como si fuera algo que no se podía decir de otra manera más que cantando. Aquí os dejo la letra y la música:

CANCIÓN PARA EL NACIMIENTO DE HARI

Siente el fuego naraja.
Mira el cielo azul.
Surge el miedo violeta.
Sigue tu corazón.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari vive en ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Vas a poder parir.

Tiende una mano abierta
justo en frente de ti.
Cúbrela con la mía
y respira feliz.

El futuro no existe.
El pasado se fue.
El presente es la fuente
que hoy bendice tu ser.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari viene hacia ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
y tú ya sabes parir.

Y la luna en el cielo
llena todo de luz.
Silba suave la brisa.
Ahora es todo quietud.

El momento se acerca.
Aquí todo está bien.
Con los brazos abiertos
mami espera tu piel.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari vino a ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
En un parto feliz.

Feliz

Tras escuchar la canción salimos todas a la calle y atravesamos la tela pintada, que representaba el cuerpo. Todas renacimos de alguna manera esa mañana de domingo. Gracias, hermana.

Espero que este maravilloso encuentro os inspire como futuras mamás para vuestras ceremonias prenatales. ¿Alguna se anima a contarnos su experiencia?

¿Cuándo se empieza a ser madre?

Una mujer se convierte en madre la primera vez que piensa firmemente en su bebé. O así es como lo veo yo.

Ese momento puede ser cuando descubre por accidente que está embarazada, o cuando ve a su bebé al nacer y reafirma ese pensamiento al verle; pero también puede ser mucho antes. La sola idea de ser madre ya la convierte en eso. El imaginarse por primera vez a su bebé y sentirlo parte de ella ya hace que en su interior no vuelva a sentirse la misma, se siente crecer y descubre que ese deseo, ese pensamiento de verse madre ya hace de ella otra mujer.

Ilustración de Beth Cruz

Ilustración de Beth Cruz

Según la teoría antropofósica, el alma antes de nacer elige su familia y así, el espíritu de nuestros bebés nos acompañan un tiempo en forma de idea en nuestra cabeza, nos rondan y recuerdan «quiero nacer», haciéndonos despertar como madres.

Si vivimos en pareja este pensamiento puede no darse al mismo tiempo. Normalmente el deseo crece antes en la mujer que en el hombre y pasan varios meses o años hasta que éste «se decide», aunque en ocasiones resulta ser al revés. En mi opinión no es una cuestión de decidirse, sino de madurar, de sentir esa llamada y es importante dejar tiempo para el consenso. Muchas parejas son «arrastradas» por su compañer@ y/o por la sociedad entera (el «ya toca» también ha hecho mucho daño) a tener hijos, y eso solo puede llevar al fracaso. Porque para ser padres hay que prepararse, hay que madurar la idea y estar convencido, hay que desearlo de forma real.

En mi caso fui yo la que sentí la llamada de Zoe antes que mi pareja y, aunque me costó horrores, le esperé. Un día desayunando, me dijo que quería ser padre. Creo que nunca nadie me ha dicho algo tan bonito. Fue la mayor declaración de amor que me podían hacer.

Esta canción trata sobre todo lo dicho: el pensamiento de ser madre, la espera. las declaraciones de amor y el deseo mutuo.

UN DÍA PENSÉ EN TI

(Estribillo)
Un día pensé en ti.
Un día pensé de verdad en ti.

(Estribillo)

Fue en Madrid un frío mes de enero.
Me miré al espejo de cuerpo entero
y al sonreir te vi a ti en mi reflejo.
¡Tan pequeño y dulce fue mi reflejo!

(Estribillo)

Desde entonces vivo con la certeza
de que en esta vida ya no hay tristeza.
Te esperé tan cálida, te esperé dramática,
te esperé impaciente pero con calma hasta que

Un día pensó él en ti.
Un día pensó él también en ti.

Y mi corazón latió sin fin con una emoción que fue galáctica.
Su decisión me conmovió y la realidad se volvió mágica.

En tu caso, ¿fuiste tú la que sentiste antes la llamada? ¿Fue tu pareja? ¿Hubo consenso desde el principio?

El primer amor se llama «amor de leche»

Hay tantas historias de lactancia como historias de amor. Y cada una de ellas además están protagonizadas por una mujer y un bebé distintos a otros. En cada historia hay dudas, consuelo, lágrimas, sonrisas, miedo, amor, angustia, cansancio, fortaleza, ganas, deseo, sueños, milagros, tiempo, lucha, constancia, abandono, temeridad, confianza, superación, sorpresa… y mil cosas más.

Nuestra historia de amor, o de lactancia, o de las dos, fue muy dura al principio, pero una cosa estaba clara y era mi deseo de amamantar a mi hija. Ese deseo era tan fuerte, que ni el dolor, ni el cansancio, ni las lágrimas, ni los comentarios de la gente… pudieron con él. Sufrí una mastitis subclínica casi desde el momento uno y ahora lo recuerdo como un mal sueño porque aquel dolor no podía ser real. Sin embargo lo era y sufrí mucho. Me veo a mí misma botando de dolor en la cama, tensando el cuerpo al máximo, mordiéndome la boca hasta hacerme heridas. Cada grieta en mi pezón, cada movimiento de lengua de mi pequeña al succionar, cada roce de ropa… uf! dolía, claro que dolía. Pero dolía mucho más el ver que mi deseo se iba a quedar en eso, en un simple deseo sin cumplir.

No me iba a resignar, no después de haber parido a mi hija de la forma que la parí; no después de haber imaginado tantas veces ese momento de lactancia placentera. NO.

Así que empecé un tratamiento con probióticos a los 8 días de nacer mi hija, que aún continúo (aunque con menos dosis) 8 meses después. Me puse en manos de un veterinario, sí, por ser el mayor experto en mastitis humanas de España. Y gracias a su investigación a través de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, pude tratarme completamente gratis. Gracias Juan Miguel.

Mientras tanto el tiempo pasaba, y la boca de mi pequeña crecía. Ella empezó a aprender a mamar mejor, abriendo más la boca y yo por mi parte empecé a coger maña a la hora de colocarla al pecho. La miraba, la miraba constantemente: despierta, dormida, mamando… Y empecé a amarla como se merecía. Nunca olvidaré cómo me acarciaba el costado siempre que la ponía al pecho al principio; me daba ánimos con esa caricia, sentía como me decía «gracias mamá, lo estás haciendo fenomenal». Y el dolor se fue haciendo cada vez más liviano, más soportable. La resistencia dejó paso a la aceptación y la lactancia se instauró. No sustituí una sola toma por leche de fórmula. Mi deseo se hizo realidad.

El primer amor nos puede sobrepasar porque es demasiado nuevo, desconocido, torpe, inseguro… pero con el tiempo los amores maduran, crecen, se enraizan y crean sólidas estructuras, se hacen expertos y poderosos. Los amores de leche nada tienen que ver con los dientes de leche, aunque compartan apellido. No se sustituyen por nada. Son definitivos.

Dibujo de K.M. Berggren

Dibujo de K.M. Berggren

Esta canción es un canto a la lactancia y está dedicada a todas las mujeres que desean amamantar. ¡Leche para todxs! (Podéis escucharla pinchando sobre el enlace a BandCamp)

AMOR DE LECHE

Te rodeo con mi brazo. Te aseguras de que soy yo.
Hoy mi leche se abre paso desde el mismo corazón.

Visualizas cómo late, marca el ritmo de succión.
Y ya duermes mientras pienso: poderoso es este amor.

(Estribillo): Amor del bueno, amor sin miedo,
amor de leche. Poderoso es este amor.

No lo he visto, no lo he hecho, pero sé que mi interior
desenreda la cadena que heredamos con honor.

Tú me miras, yo te mimo. Tú respiras yo suspiro.
Y aprendemos cada paso de este baile a dos tranquilo.

(Estribillo)

Cuando la sombra te atrape: respira.
Deja a tu llanto brotar al compás.
Cuando la vida atraviesa derriba todo.
Toma conciencia y vuelta a empezar.

Me acaricias el costado.
Mi otro pecho goteando.
Vas creciendo, voy creando.
Todo fluye a tu lado.

(Estribillo)

Una rumba para ti, mamá

Hoy el post lleva canción. Una canción que me encanta y me la pongo siempre que estoy baja. Se trata de una rumba, con lo que ya el ritmo anima al personal; pero es que además la letra es tan bonita… Pertenece al disco «Nacer, Renacer / Néixer, Renéixer» de la maravillosa Rosa Zaragoza. Puedo decir que todo el disco es un canto a a vida, a la maternidad y a la crianza respetuosa y en línea con el continuum vital. Y esta canción en concreto está dedicada a las madres. A todas las madres. Y con esto quiero decir a todas aquellas mujeres que se sienten madres: las que tienen hijos, las que los buscan, las que son madres de niños no nacidos, las que no tienen hijos pero acogen a la gente con un amor maternal… Así que si eres madre, (con todo lo que el concepto «madre» significa) esta canción es para ti.

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Además esta rumba defiende el poder de libertad que tienen las mujeres para parir donde quieran, con quien quieran y como quieran. Apuesta por el parto respetado en casa, con lo que me siento muy identificada, ¡claro!

Las imágenes del vídeo muestran una crianza natural, sana y feliz: bebés mamando, familias compartiendo un bañito, amigas bailando con niños en brazos… A mí me parece un regalo para la vista y los oídos. Rosa es una persona con un potencial y sensibilidad tremendos, además de tener una voz preciosa.

Aquí os dejo la letra de LA RUMBA DE LAS MADRES y más abajo el vídeo con el tema. ¡A cantar y bailar se ha dicho!

Mi abuela parió a mi madre.
Mi madre me parió a mí.
Todas paren en mi casa,
yo también quiero parir.(bis)

Yo quiero parir tranquila,
que nadie me meta prisas,
que mi chico esté conmigo,
por si hay lágrimas o risas.

(Estribillo): Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá.
Mi mamá me mima ma, mímame mamá.

Si pides, yo te doy teta;
si lloras te cojo en brazos;
qué gusto darte un abrazo
y llevarte en bicicleta.

María no tiene niños,
pero ella también es madre:
envuelve con su cariño
a quien tiene delante.

(Estribillo)

Tu quieres una mamá
y yo quiero tener hijitos;
muy pronto te iré a buscar
pa poder vivir juntitos.

Amatxik ama erditu zuen.
Amak ni erditu zuen.
Etxeko emakumeek erditzen dute,
nik ere erditu nahi.

(Estribillo)

Miña avoa pariu a miña nai.
Miña nai pariume a min.
Todas paren na miña a casa,
eu tamen quero parir.

L’àvia va parir ma mare.
Ma mare em va parir a mi.
Totes pareixen a casa,
Jo també vull parir.

(Estribillo)