Buenas,
hoy traigo al blog un grito desesperado ante seis «perretes geniales» que tienen a mi hija literalmente hipnotizada. Entiendo que no soy la única, así que ahí va el tema, a ver si conseguimos acompañarnos ante la fiebre canina.
Mi punto de vista sobre esta serie de dibujos animados (por ordenador) se puede resumir en varios puntos:
- Conductismo: puro y duro. Si Pavlov sometió a estudio a un perro para demostrar que una conducta de comportamiento se puede llevar a cabo con adiestramiento (recordad que al tiempo que le ofrecía la comida hacía sonar una campana. Tras varios días sólo le hacía falta sonar la campana para que el perro salivara), pues qué mejor que «unos perretes geniales» para lanzar el mensaje a lxs niñxs de que deben obedecer al jefe para conseguir su premio. En cada capítulo el líder, un niño de apenas 10 años llamado Ryder, llama a la Patrulla Canina para solucionar problemas en Bahía Aventura. Los perros estén haciendo lo que estén haciendo, paran su actividad a la orden del jefe y se reúnen ante él para recibir órdenes «Listos para entrar en acción, señor».
- Competitividad: En La Patrulla Canina siempre hay que ganar, ser el primero, el mejor. Constantemente estos mensajes resuenan en cada episodio. «He ganado», «Pienso esforzarme al máximo para ganar la carrera»…
- Sexismo: En el equipo sólo hay una perra hembra, el resto son todos machos y el líder, por supuesto es un niño, no una niña. En algún episodio, Chase, el perro policía, muestra un interés hacia Sky más allá del simple compañerismo. Se nota que «le gusta», se preocupa en exceso por ella, como si tuviera que salvarla del peligro, cuando ella es igual de hábil que él y demuestra una implicación igual que al resto en cada misión. Sin embargo, ella se ruboriza y le dice «eres muy amable, Chase». No hay ninguna reacción parecida entre dos perros machos, por lo que se marca el tipo de relación amorosa hetero-normativa, excluyendo al resto. El color de la chica es el rosa.
- Negación de las emociones: En muchos capítulos los «perretes» se emocionan al salvar a un búho, un bebé murciélago, o una gatita. Cuando les pregunta Ryder qué les pasa, ellos se tragan las lágrimas y ponen excusas del tipo «se me ha metido tierra en los ojos».
- Premio-Castigo: El castigo se ovbia, porque está muy mal visto ya. Pero los perros reciben una recompensa tras abordar la misión. «Hoy habéis estado geniales, por eso os merecéis un premio». Al final de cada episodio todos los cachorros juegan y comen golosinas muy contentos, sin olvidar que sólo es así porque se han sometido a las órdenes de su jefe. Se han portado bien.
- Pantallas a tutiplén: Todos los personajes de Bahía Aventura tienen una PadPow (como un smartphone) para comunicarse unos con otros y llamar a Ryder en caso de emergencia. Últimamente estoy leyendo «Educar en el asombro», un libro que habla de la importancia de alejar a lxs niñxs de formas artificiales de realidad para que puedan asombrarse de la vida con sus ciclos y sus ritmos. Pues Bahía Aventura, parece un lugar precioso con mar y montañas nevadas y sin embargo los productos tecnológicos dominan la ciudad. Hasta el pequeño Álex tiene un chisme de esos y llama a Ryder cuando se le acaba la crema de cacahuete. En el «Centro de Mando» donde se reúne la patrulla hay una pantalla gigante donde los perretes esperan las órdenes de Ryder.
¿Y por qué dejo yo ver a mi hija estos dibujos del infierno? Pues, sinceramente, aún no lo tengo claro. Creo que tiene que ver con su cara de felicidad y cómo se troncha de risa al ver a Marshall tropezar con calabazas o cualquier otra cosa. Verla feliz, me hace feliz. Pero si os sirve de ayuda os digo cómo vemos La Patrulla Canina en casa.
- Siempre intento sentarme a su lado y verlo juntas. Así, compartimos risas y veo cómo reacciona ante lo que ve.
- ¡Siempre alerta!: ante las cosas que no me gustan le pregunto a mi hija «¿por qué se seca las lágrimas Rubble? Yo creo que se ha emocionado. ¿tú qué crees?».
- Concepto de equipo: Si hay una cosa que me gusta de la serie, es que la patrulla es eficaz gracias a que trabajan juntos. A pesar de ser impuesta esa unión, mola el mensaje de «juntos mejor», cada uno aportando su destreza individual.
- Cantamos: Me gusta cantar con Zoe las canciones, cambiándole la letra para que el mensaje que le quede sea más respetuoso. Por ejemplo, la canción del final dice «todo es genial, lo habéis hecho bien. En bahía Aventura todos a jugar» ¿si no lo hubieran hecho «bien» no podrían jugar y todo sería una mierda? Mi versión es «Todo es genial, ME LO PASO BIEN, en Bahía Aventura VAMOS a jugar».
Espero que esta reflexión os llegue y me contéis los trucos que usáis vosotrxs para ver los dibujos de moda. Porque «si tienes un problema, sólo tienes que… compartirlo»
¡Un abrazo a todxs!