La primavera, para mí, empieza el 6 de abril.

Hace cuatro años, a esta hora, miraba a mi hija a los ojos por primera vez. Y por primera vez aparecía un sol radiante en el cielo tras muchos días de lluvia. Del mismo modo otro sol redondo y caliente me invadió a mí también mientras la oxitocina galopaba por mis venas, mientras te sostenía por primera vez entre mis brazos y admiraba cada pliegue de piel, cada pelo, ese antifaz de vérnix caseosa que hacía resbalar tu cuerpo sobre el mío…

La primavera llegó ese día a nuestra casa. La vida eclosionó en esos cinco metros cuadrados con una fuerza inolvidable. Fue un inicio de vida impaciente e imparable. Como tú.

Anoche quisiste dormir “en la cama grande”, con papá y mamá. De algún modo has querido amanecer hoy en la misma cama donde aterrizaste aquel 6 de abril, trayendo contigo de algún lugar desconocido toda esa alegría y fuerza. Trajiste toda la primavera contigo. Eres tan poderosa, hija…

¡Gracias por venir y revolucionar nuestras vidas!

21082016-_DSC9541

Foto de Andrea Irles

Si te ha gustado, ¡Comparte!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.