A la venta la Edición limitada de «La Sal» (por fin)

Separarse en mitad de un proceso creativo, que además tiene que ver con la maternidad y (la que fue) tu familia, es duro. Ha supuesto un parón de un año largo, que se dilataran los plazos del lanzamiento del disco y de la entrega de las recompensas así como el bloqueo a la hora de ofrecer conciertos (imposible cantar sobre todo lo que estaba viviendo). Necesitaba parar. Y paré.

Paré tanto que no llegué a poner nunca a la venta los discos. Tengo unas 250 copias de «La Sal» en casa. Una edición limitada que en su momento hicimos con todo el amor y el cuidado que merecía el proyecto. Jaime Gracia se curró todas las letras a mano para el libreto, además de una maquetación y diseño exquisitos; Pau Consuegra cedió varias de sus increíbles fotografías para ilustrar la edición y Andrea Irles aprobó que la página central fuera una de las fotos más bonitas que me han hecho nunca con mi hija.

Mucha gente que no pudo ser mecenas en su momento me ha preguntado por la venta de los CDs y si os soy sincera, también necesito hacer hueco en los armarios 😉

No, en serio, hoy por fin se pueden comprar mis discos desde bandcamp, y eso quiere decir que poco a poco este nudo se afloja, algo empieza a liberarse y la Herida, aunque no está cerrada del todo o quizás precisamente por eso, deja pasar algo de luz. Hoy mis sombras son menos sombrías.

Gracias a todxs por la paciencia y el cuidado.

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Las mujeres que (no) amaban a los hombres

Hoy vuelvo a escribir en el blog.

Sabéis que no lo hago a menudo, que no sigo un orden lógico de publicación, que hace tiempo decidí no ser esclava de la blogsfera maternal y «escribir por escribir» sólo por mantener fieles a mis «seguidores». Pero hoy quiero escribir.

Llevo unos días cabreada. Mucho. Muchísimo.

Me ha costado un rato darme cuenta de que lo que estoy es cabreada, porque… en realidad yo no sé enfadarme. Me han educado (no sólo mis padres, sino la sociedad entera) a no descargar mi ira ni expresar mi rabia, a no ser capaz de identificar mi agresividad. ¿Qué pasa entonces con esas emociones? ¿No existen? ¿Quedan anuladas? ¿Desaparecen dentro de mí? No. 

Atenta a ésto que voy a escribir, mujer: Las patadas que no das a otro, te las das a ti misma.

Pues eso, mi agresividad no se esfuma por arte de magia sino que arremete contra mí sin yo saberlo. De tanto golpearme internamente, de tanto descargar ira contra mí, acabo abatida, agotada, apática… Esas emociones son las que muestro, esas sí se ven. Estoy cansada, agotada, hastiada… No, querida, lo que estás es muy enfadada y lo que necesitas no es tirarte en el sofá a dormir-llorar, lo que necesitas es descargar tu ira hacia afuera.

Bien, ya sé cual es la emoción origen. Ahora hay que identificar qué me provoca esa emoción. Uf, ¿por dónde empezar? En un patriarcado es difícil elegir una sola cosa por la que estar furiosa.

  • Estoy cabreada por no ser capaz de cabrearme, para empezar.
  • Por sentir que todas mis decisiones pueden ser cuestionadas o directamente arrebatadas por el sistema, que decidirá por mí.
  • Por ver cómo mis derechos como ser humano pueden verse violados en cualquier momento por el simple hecho de ser humano-hembra.
  • Cabreada por ver cómo los cuidados son el último eslabón al que prestar atención real en política.
  • Por aceptar que no puedo ser libre. Solo valiente.
  • Por ver cómo se ejerce violencia jurídica e institucional a diario contra las mujeres.
  • Por ver cómo los derechos de los padres están por encima de los de las madres. Sí, eso viene a recordarnos la última medida aprobada por unanimidad en el congreso referente a permisos igualitarios e intransferibles para madres y padres.
  • Cabreada por ver cómo los dirigentes mundiales dejan morir gente en nuestras costas, como levantan muros, como encarcelan niñxs y los separan de sus familias…
  • Estoy cabreada por tanto y desde hace tanto… por cosas que no he llegado a vivir, pero las siento mías. Siento una furia profunda cuando pienso en la vida de mis abuelas o la de sus madres, o la de las madres de sus madres…
  • Cabreada por saberme vulnerable de ser violada, asesinada, humillada, abusada, en cualquier momento.

A veces deseo ser yo la que viola, la que usurpa derechos, la que asesina, la que esclaviza, la que decide, la que dirige, la que increpa, la que intimida, la que antepone unos derechos sobre otros, la que humilla, la que acosa, la que declara la guerra y la ejecuta, la que destruye, la que cosifica, la que opina sobre paternidad, la que gana custodias, la que secuestra, la que amenaza, la que aprieta el gatillo, la que derrama ácido, la que explota al otro, la que utiliza el cuerpo de ellos como vasijas, a la que se la considera «genia», «artista», «líder», «Diosa», a la que se venera, la que corrompe, la que engaña, la que infantiliza, la que tiene una actitud maternalista, la que cuenta chistes hembristas, la que actúa en manada, la que ocupa la esfera pública, la que da lecciones de vida, la que se despatarra en el metro, la que juzga, la que sentencia, la que obliga a un hombre a ser padre, la que gana más dinero, la del privilegio, la que es humano-alfa, la matriarca, la que manipula, la protagonista, la que gobierna su vida y la del resto, la que encarcela, la proxeneta, la putera, la que deja morir a otros en alta mar, la que levanta muros, la que deja caer bombas, la que experimenta químicamente con otras especies, la dueña de una gran multinacional, la que gana mundiales de fútbol y se le reconocen esos logros, a la que fichan por cantidades desorbitadas de dinero en los mejores clubs deportivos, la que tortura hasta la muerte, la que disfruta de la vida sin más preocupaciones, la que es LIBRE…

Luego me doy cuenta de que todo esto no es un deseo real, sino un sentimiento de venganza profundo contra el género masculino. Yo no deseo ser el hombre hegemónico, deseo vengarme de todo el daño causado por él.

Amo a los hombres. Y ésto (en el fondo) también me cabrea.

 

(Siento si esta entrada no es lo que se espera de un blog sobre maternidad consciente y crianza respetuosa, pero si esto ha servido para dejar plasmado por escrito que las madres sentimos rabia y agresividad y a ti, madre que estás leyendo esto, te ha servido para validar esas emociones dentro de ti, el objetivo por mi parte queda cumplido)

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Todos los días son #DíaDeLaMadre

Desde que nacen nuestrxs hijxs, todos los días son #DíaDeLaMadre. Algunos de esos días son eternos, duros, agotadores, dolorosos… parece que el tiempo está detenido en un limbo que roza lo irreal, que nunca acabará esta etapa y cualquier comentario del tipo «esto pasará» parece un consuelo vacío.

Pero pasa.

La realidad es que pasa y pasa mucho más rápido de lo que imaginas, porque un día echas la vista atrás, ves fotos de tu hija de bebé y piensas «¿cuándo se han ido estos cinco años?».

Hoy quiero homenajear, no a las madres, que seguro tienen todas ya su día especial; sino al mágico misterio del tiempo de las madres, ese que pasa-y-no-pasa todo el rato, ese querer acelerar y al mismo tiempo luchar por detenerlo.

Hoy os regalo a vosotras, mujeres, otro adelanto de La Sal. Aquí está «Los días son largos, los años cortos».

LOS DÍAS SON LARGOS, LOS AÑOS CORTOS

Los días pasan.
Las horas escuecen.
Las nubes inmóviles.
La tierra bajo mis pies me engulle.
Mirando ese reloj marcando en punto aquel dolor.
Los días eternos son,
Los años ¿quién se los llevó?
¡Devuélvemelos, por favor! Por favor.

Al menos déjame volver en sueños hasta ese momento de calor con mi bebé.
Amor-calor con mi bebé.

Lengua de trapo que solo entiendo yo.
No quiero olvidar jamás tus primeros intentos por hablar.
¡Me niego a olvidar!
Y ahora tú te vas diciendo “¡basta ya, mamá!”
Te estás distanciando y eso está muy bien,
Pero yo necesito que el tiempo pare de correr.
¡Deténgase el mundo ante mis pies!

Al menos déjame volver en sueños hasta ese momento de calor con mi bebé.
Amor-calor con mi bebé.

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Todo puede cambiar en 21 días

Dicen que para integrar un cambio en tu vida es necesario incluirlo en tu rutina diaria durante 21 días.

21 son los días que quedan de campaña en Verkami para hacer realidad «La Sal», para que este cambio de mirada sobre la maternidad sea integrada y respiremos de otra forma. Si cada día sumamos mecenas, el cambio será real.

Hoy quería escribir en el blog para contaros un poco el proceso creativo, compartir con vosotrxs dos entrevistas recientes y desvelaros algunos secretos del disco:

Por un lado, os cuento que Paul Castejón ya me ha pasado varios temas arreglados y esto pinta muy pero que muy bien. Quería avisar de que «La Sal» va a tener poco que ver con «Theta» tanto en contenido como en forma. Este segundo disco muestra emociones más agresivas y eso se refleja también en la música; digamos que el disco es como una casa familiar donde todas las cosas no son de color de rosa, ni mucho menos llueve confetti, más bien se trata de una casa cimentada bajo secuencias electrónicas en la que conviven dos guitarras muy diferentes aunque complementarias y al igual que en la convivencia familiar, todo oscila entre grandes momentos de euforia y grandes momentos de tensión, una tensión que explota cuando el tercer miembro de esa casa, la batería, se hace presente con toda su intensidad. Toda esta loca orquesta apoya los mensajes de una voz que a veces susurra, otras escuece y otras mete el dedo directamente en la llaga hasta convertirse en grito.

En esta casa, todo el azúcar está guardada en el azucarero de la despensa, para que os hagáis una idea y deja paso a una receta más cruda y rica en yodo y magnesio. 😉

Estoy deseando que escuchéis los temas pero todo llegará a su debido tiempo.

De momento podéis escuchar el adelanto que sonó en Emisora Escuela M21 Radio Madrid. Un tema que aún está inacabado a falta de coros y mezcla final pero me merecía la pena compartir con vosotrxs. Podéis escuchar la entrevista y la canción «Desde Hoy» a partir del minuto 45’13.

Otra entrevista sobre «La Sal» en profundidad (y larga) fue la que me hizo mi amiga Carol de Soluciones Para Mamá a través de Facebook. Si no visteis el directo, os la dejo aquí abajo, por si queréis saber más acerca del proyecto y el Verkami.

Como sorpresa os adelanto por aquí también los títulos de las canciones que sonarán en «La Sal». En los comentarios, si queréis, podéis jugar a adivinar qué contarán estas canciones, de qué hablarán… Puede ser divertido. Ahí van:

  1. Puerperio en La Mayor
  2. Desde hoy
  3. Sigue nadando
  4. En un segundo
  5. Deja atrás
  6. El momento
  7. Lágrimas
  8. Los días son largos. Los años cortos
  9. Carta de mi niña interna
  10. Camisa gris
  11. Tu pelo
  12. La sal
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¡Arranca la campaña de «La Sal» en Verkami!

¡El día llegó!

Desde hoy y a lo largo de 40 días estará activa la campaña de crowdfunding para el segundo disco de Cantando a mamá: La Sal. Aquí el vídeo presentación:

Y por fin os puedo contar cosas sobre «La Sal»:

  • Será un disco que se adentrará en las sombras de la maternidad y reflejará el mundo real de ser madre.
  • Sobre todo será un álbum dedicado al tema del autocuidado y la desmitificación de la maternidad.
  • Y que servirá como motor de descarga, como una vía de escape para soltar todo lo que cargamos de más y realmente nos sobra.

¿Por qué «La Sal»?

La sal escuece pero purga y cura las heridas. Es incómoda pero tremendamente beneficiosa, como la maternidad. Y habita en nuestras lágrimas retenidas, como un océano puesto del revés a punto de descargar… ésas lágrimas que se desbordan sin control en el puerperio en un estado de alta vulnerabilidad.

Para este segundo disco estaré trabajando codo con codo con Paul Castejón, quien firmará los arreglos y la mezcla del álbum y conocido por producir discos como «Canción Protesta» y «No soy un muñeco» de Yo soy Ratón. Una persona increíble con la que la vida misma me ha cruzado y un músico excelente.

El diseño del CD y el dossier serán producto del talento de Jaime Gracia quien ha plasmado a la perfección el concepto del disco y le ha dado la forma final a mis ideas (conexión); y el libreto estará ilustrado por las hipnóticas imágenes de Pauinmouei que muy generosamente ha cedido al proyecto, ¡gracias Pau, majo!

Además el proyecto se apoyará en el diseño de Cuatro Tuercas, artífices de la famosa colección de cuentos coeducativos «Érase Dos Veces» y «Ande Yo Valiente» para dos de las recompensas: una bolsa de tela y una tarjeta que acompaña una muestra de Flor de Sal ecológica; con toda la sensibilidad y generosidad que sólo ellos saben ofrecer a proyectos para cambiar el mundo.

SOLO FALTAS TÚ para completar el equipo: Si te apetece formar parte del proyecto puedes entrar en este enlace y hacerte mecenas.

¿Quieres formar parte de «La Sal»?

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Se activa la maquinaria

Hace unos días anunciaba en mi cuenta de instagram que este 2018 venía cargado de Sal en forma de canciones a mamá, y es que se pone en marcha la máquina creativa para dar la bienvenida al segundo disco de Cantando a mamá: LA SAL.

¡Qué nervios!

He estado hablando de las nuevas canciones mucho tiempo y por fin ha llegado el momento de darles la forma definitiva. Este mismo fin de semana entro en el estudio de Paul Castejón para empezar a grabar la voz de las doce canciones que compondrán el álbum. No quiero adelantaros mucho, solo compartir mi ilusión con vosotrxs y deciros, nada más, que en esta ocasión, el disco será posible gracias a vuestro apoyo (si queréis) ya que en febrero lanzaré una campaña en Verkami cuya recaudación irá íntegramente destinada a la producción del disco.

Me hace especial ilusión que así sea: un trabajo colaborativo donde gracias a la aportación de muchas personas, consiga abrazar con mi música a las mujeres que lleguen a «La Sal». ¿Cuento con vosotrxs?

Seguiré informando. Hasta la próxima actualización, SALudos…

(Cartel by Jaime Gracia)
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Me duele aquí, en la garganta.

Escribo mientras escucho en bucle “September Song” de Agnes Obel, descubierta recientemente a su vez gracias a escuchar la banda sonora de la serie Big Little Lies, (maravillosa, por cierto, tanto la B.S.O. como la propia serie en sí).

Y escribo con el nudo en la garganta que me produce la pista y a la vez éste momento que vivo de maternidad:

Zoe se desteta definitivamente, después de 4 años y 6 meses de abrazos de leche, con unos comienzos torpes y dolorosos, pasando por el placer que supone instaurar la lactancia y su baile perfecto, por crisis también de agitación del amamantamiento y finalmente llegando a un equilibrio consensuado. Los últimos meses nuestra lactancia se reducía a “un chupito” antes del cuento de buenas noches. Ahora pueden pasar varios días, incluso semanas sin que pida “teta”, en ocasiones sólo necesita darme un beso sobre el pecho y con eso le basta. A veces soy yo la que le ofrezco, pero de un tiempo a esta parte también he dejado de hacerlo yo.

Siento que me está costando esta separación natural más de la cuenta porque, dadas mis circunstancias en este momento, imagino que puede que ésta sea mi única hija en la vida y por tanto, ya no sostendré a otrx bebé sobre mi regazo a quien ofrecer amor-calor. ¡Uf!

Me duele aquí, en la garganta, esto.

De pronto miro a Zoe y veo una niña, veo un ser humano completo, con sus inquietudes, sus gustos, su criterio propio, su mundo interior y su particular cara al mundo. Veo una individua. Ya no somos mamá-bebé o bebé-mamá. Realmente siento que somos personas diferentes y únicas. Esto es un cambio a nivel interno y espiritual demasiado bruto como para explicarlo con palabras. …Me está costando…

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Pensé en hacerle una fiesTETA a Zoe como despedida de nuestra lactancia, como propone Myriam Tirado o Ruth Cañadas y tantas otras mujeres inspiración en la blogesfera maternal. Quise enviar mi leche a alguna empresa que la convirtiera en joya y regalarle a Zoe un collar que le acompañara siempre. Estuve intentando ordeñarme de forma manual para enviar la muestra y apenas conseguí extraerme un par de gotas; pedí a una vecina un sacaleches que fue todavía más inútil ya que de ahí no salía nada. Mi producción es casi inexistente en este momento.

Finalmente he asumido que el tema de la joya va a ser imposible, así que haré algo, aunque de momento no sé qué. Me gustaría que fuera algo íntimo y nuestro, algo que poder recordar después.

Entro en otra etapa, mi mundo cambia rápido y siento como muchas veces me ha pasado, que se me escapa el tiempo. Mi niña ha dejado de ser mía. Ahora es suya y de nadie más y realmente no hay nada que me enorgullezca más que esa independencia. Amar sus alas e impulsar su vuelo, saber que mi lugar es “a su lado”, si ella quiere, si lo necesita y acompañarla, también desde una distancia, ahora que decide soltarse de mi mano.

Ya está. Esto es lo único que me nace escribir ahora. Gracias por leer al otro lado.

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La primavera, para mí, empieza el 6 de abril.

Hace cuatro años, a esta hora, miraba a mi hija a los ojos por primera vez. Y por primera vez aparecía un sol radiante en el cielo tras muchos días de lluvia. Del mismo modo otro sol redondo y caliente me invadió a mí también mientras la oxitocina galopaba por mis venas, mientras te sostenía por primera vez entre mis brazos y admiraba cada pliegue de piel, cada pelo, ese antifaz de vérnix caseosa que hacía resbalar tu cuerpo sobre el mío…

La primavera llegó ese día a nuestra casa. La vida eclosionó en esos cinco metros cuadrados con una fuerza inolvidable. Fue un inicio de vida impaciente e imparable. Como tú.

Anoche quisiste dormir “en la cama grande”, con papá y mamá. De algún modo has querido amanecer hoy en la misma cama donde aterrizaste aquel 6 de abril, trayendo contigo de algún lugar desconocido toda esa alegría y fuerza. Trajiste toda la primavera contigo. Eres tan poderosa, hija…

¡Gracias por venir y revolucionar nuestras vidas!

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Foto de Andrea Irles

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Calidad de vida

Si hay algo casi mas dañino que la culpa en la maternidad y crianza, creo que es la generalización. Hoy se comenta por todos lados las declaraciones de una mujer muy mediática, que ha sido recientemente madre de mellizos y ha escrito un libro en el que asegura que ‘tener hijos es perder calidad de vida’. Una afirmación muy generalizada para una experiencia concreta (la suya) en la cual se basa otra generalización: “Hay un relato único de la maternidad como un estado idílico, que no coincide con la realidad y estigmatiza a las mujeres”.

Yo me pregunto si esta mujer tiene apoyo. Y no me refiero al apoyo de su familia o al apoyo de su pareja. Me refiero a una red maternal con la que debatir sobre estos temas, llorar, reír, compartir el agotamiento extremo, o escribirse a través de mensajes de whatsapps a las 5 de la madrugada. Porque no existe para nada un relato único de la maternidad, y menos un relato idílico. No por lo menos en la red donde yo me muevo y me consta que muchas mujeres. Lejos de juzgar su opinión, la valido y reconozco que la maternidad es muy bruta, diría que en mi experiencia lo más bruto que viviré jamas (y solo tengo una niña), pero no me atrevería a generalizar mi experiencia.

Luego está el tema de perder o no calidad de vida. Esto es igual de personal, empezando por qué es calidad de vida para cada cual. En mi caso creo que he cambiado la percepción de lo que es calidad de vida para mí. Antes de tener hijos pensaba que calidad de vida era estabilidad laboral, una casa confortable a la que llegar tras una jornada de trabajo y una buena cena con mi pareja mientras veíamos una peli cómodamente. Ahora, para mí, calidad de vida es tener tiempo. Tan básico como eso. Y ese tiempo pasarlo con mi hija. Claro que necesito tiempo para mí, y lo busco y lo encuentro. Eso también lo tenía antes de ser madre. Pero nunca imaginé lo que podría disfrutar saltando charcos con ella, o acurrucándome a su cuerpecito bajo el edredón antes de irme a trabajar cada mañana y observar cómo duerme, o mirando con detenimiento un reguero de hormigas que afanosas llevan ramas y hojas diminutas a su hormiguero, o haciendo un castillo de arena a la orilla del mar, o haciendo una guerra de cosquillas… Todo esto, también es calidad de vida para mí y cada vez más.

Creo que la maternidad necesita de unos cuidados extra hacia la madre que pocas veces se llevan a cabo (estoy generalizando ahora yo, jijiji). Es cierto que para que una madre pueda disfrutar de la calidad que la vida le ofrece en esta nueva etapa, necesita de personas que acompañen esa calidad:

Una mujer no puede meterse en la bañera con su hijo de año y medio y jugar a salpicarse o contar cuentos acuáticos si no hay alguien haciendo la cena para todos tras el baño. No puede irse a saltar charcos con su niña de 4 años si no hay alguien haciendo la compra de la semana. No puede dormir aprovechando una siesta mañanera de su bebé de 5 meses tras una noche de insomnio si tiene que ir a trabajar fuera de casa porque en este país no existen políticas enfocadas al cuidado que permitan permisos de maternidad más amplios…

Ya cansa un poco el discurso de «la madre arrepentida». Entiendo que es una moda como otra cualquiera. Resulta que ahora, muchas mujeres están diciendo que su vida se ha visto destrozada por la llegada de sus criaturas. ¡Ni que hubieran parido a Donald Trump! Por favor, por respeto a la infancia y sobre todo por respeto a nosotras mismas y nuestra transformación como mujeres cíclicas y cambiantes veo injusto que se reniegue de los hijos e hijas de la forma en la que se está haciendo.

Hay mujeres que deciden no ser madres y otras que deciden tener 12 hijxs. Perfecto. Pero dejemos de generalizar, la maternidad esto, la maternidad lo otro… me aburro, de verdad.

Qué diferente sería si cada una tuviéramos la confianza de hablar desde las entrañas sobre nuestra experiencia sin generalizar, sin juicios ni auto juicios, con la libertad de encontrar al otro lado simplemente a alguien dispuesto a escuchar sin espectativas. Y desde luego, encontrar el espacio merecido para disfrutar de una vida de calidad. Esta foto que mi amiga Andrea Irles me hizo en Bulgaria resume la mía:

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Foto de Andrea Irles

 

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El año del autocoñocimiento

No es un error del corrector de texto. Habéis leído bien: autocoñocimiento. De hecho el corrector quiere cambiar la Ñ por la N, como si el coño fuera algo innombrable o como si no tuviéramos derecho las mujeres a auto conocernos en el aspecto físico-mental-emocional que nos dé la gana en el momento que nos dé la gana. Porque tras la maternidad, ahora que mi hija tiene casi cuatro y no tengo intención a corto-medio plazo volver a embarazarme, me apetece adentrarme en mi mundo cíclico menstrual y aprender de mí, mirarme lejos, profundo, y conectar de nuevo conmigo en toda mi esencia.

Pues eso, este año promete en cuanto a explorar la sombraluz que habita bajo mis bragas, un viaje sin retorno en el que me daré de la mano a mí misma para caminar acompañada y profundizar en mi cuerpo de mujer, cambiante, cíclica, sangrante y creativo. Para ello me he hecho con un arsenal de material inspirador que me guiará y ayudará a autocoñocerme:

  • Acabo de terminar de leer el valiente libro de Erika Irusta, «Diario de un cuerpo» y llevo llorando desde ayer. Un libro que ahonda en las entrañas de una mujer cíclica como yo, tejido desde las entrañas, las mismas de las que, en mi caso, nació «Theta» y las que están jugando un papel principal en el proceso del segundo disco de cantando a mamá. Me ha emocionado La Verdad con la que escupe las palabras elegidas en cada página y la generosidad de esta mujer al abrirse en canal y servirnos (a las lectoras) su herida abierta en bandeja. ¿Ahora que hago yo con todo esto, Erika? Pues, como adelantabas en las últimas páginas, tu herida ha abierto otra en mí y solo puedo ya ungir mis dedos en ella para encontrar la forma de supurarla y sanar… En eso estoy. En eso emplearé las horas de este año 2017. Me he suscrito a su programa educativo Soy1Soy4 para enterarme la primera de cuando quede alguna plaza y unirme así a la comunidad online.

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  • Los reyes de las noches mágicas también me dejaron la Agenda Menstrual de Loreto Contreras Herrera, de la cual llevo detrás varios años y por fin está en mis manos. He decidido usarla a modo de «diario de (este) cuerpo» y seguiré algunas pautas que E. Irusta aconseja en su libro a la hora de hacer un seguimiento de tu ciclo.
  • Otro regalo bonito e inspirador que he recibido estas navidades ha sido «VULVAS» de Laura Serradilla. Un cuaderno de dibujo para adultxs, en el que aparecen mandalas que parecen representar vulvas. En palabras de la autora «Ofrecer imágenes simbólicas que no estén prefijadas bajo estereotipos heteropatriarcales, y generar nuestro propio discurso visual, nos hará más libres para conquistar nuestro cuerpo y relacionarnos con él». 🙂

  • Este fin de semana me embarco en un viaje de autoconocimiento importante gracias al Taller de Re-evolución Femenina que imparten la ilustradora superchiflante Raquel Riba Rossy (creadora del personaje de cómic Lola de Vendetta) y los coaches Ana Cascales y Sebastián Trujillo, en Madrid. El programa promete y estoy deseando que llegue el sábado para re-evolucionar.

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  • Y para terminar, ayer me llegó una joya (en todos los sentidos de la palabra): un collar de plata totalmente artesano, con forma de molécula de oxitocina. Ainhoa Urdiales Rossi es la artesana, ArteManos su sello y Espacio Vida el núcleo que facilita su distribución desde la isla de Las Palmas a todo el mundo. La oxitocina es la hormona del amor y el placer por excelencia, responsable de las contracciones uterinas durante el orgasmo, el parto y la fase menstrual, y de la eyección de la leche durante la lactancia materna. Además es una hormona presente en el cuerpo de las mujeres en momentos de puro placer mental y creativo. Colgará de mi cuello en muchos momentos del año, especialmente en cada concierto. Fijaos y veréis…

Oxitocina

 

Espero que todas estas cositas os sirvan de inspiración como me servirán a mí y os animo a adentraros en el viaje al autoconocimiento, que diga, autocoñocimiento (puto corrector).

 

 

 

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