Me duele aquí, en la garganta.

Escribo mientras escucho en bucle “September Song” de Agnes Obel, descubierta recientemente a su vez gracias a escuchar la banda sonora de la serie Big Little Lies, (maravillosa, por cierto, tanto la B.S.O. como la propia serie en sí).

Y escribo con el nudo en la garganta que me produce la pista y a la vez éste momento que vivo de maternidad:

Zoe se desteta definitivamente, después de 4 años y 6 meses de abrazos de leche, con unos comienzos torpes y dolorosos, pasando por el placer que supone instaurar la lactancia y su baile perfecto, por crisis también de agitación del amamantamiento y finalmente llegando a un equilibrio consensuado. Los últimos meses nuestra lactancia se reducía a “un chupito” antes del cuento de buenas noches. Ahora pueden pasar varios días, incluso semanas sin que pida “teta”, en ocasiones sólo necesita darme un beso sobre el pecho y con eso le basta. A veces soy yo la que le ofrezco, pero de un tiempo a esta parte también he dejado de hacerlo yo.

Siento que me está costando esta separación natural más de la cuenta porque, dadas mis circunstancias en este momento, imagino que puede que ésta sea mi única hija en la vida y por tanto, ya no sostendré a otrx bebé sobre mi regazo a quien ofrecer amor-calor. ¡Uf!

Me duele aquí, en la garganta, esto.

De pronto miro a Zoe y veo una niña, veo un ser humano completo, con sus inquietudes, sus gustos, su criterio propio, su mundo interior y su particular cara al mundo. Veo una individua. Ya no somos mamá-bebé o bebé-mamá. Realmente siento que somos personas diferentes y únicas. Esto es un cambio a nivel interno y espiritual demasiado bruto como para explicarlo con palabras. …Me está costando…

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Pensé en hacerle una fiesTETA a Zoe como despedida de nuestra lactancia, como propone Myriam Tirado o Ruth Cañadas y tantas otras mujeres inspiración en la blogesfera maternal. Quise enviar mi leche a alguna empresa que la convirtiera en joya y regalarle a Zoe un collar que le acompañara siempre. Estuve intentando ordeñarme de forma manual para enviar la muestra y apenas conseguí extraerme un par de gotas; pedí a una vecina un sacaleches que fue todavía más inútil ya que de ahí no salía nada. Mi producción es casi inexistente en este momento.

Finalmente he asumido que el tema de la joya va a ser imposible, así que haré algo, aunque de momento no sé qué. Me gustaría que fuera algo íntimo y nuestro, algo que poder recordar después.

Entro en otra etapa, mi mundo cambia rápido y siento como muchas veces me ha pasado, que se me escapa el tiempo. Mi niña ha dejado de ser mía. Ahora es suya y de nadie más y realmente no hay nada que me enorgullezca más que esa independencia. Amar sus alas e impulsar su vuelo, saber que mi lugar es “a su lado”, si ella quiere, si lo necesita y acompañarla, también desde una distancia, ahora que decide soltarse de mi mano.

Ya está. Esto es lo único que me nace escribir ahora. Gracias por leer al otro lado.

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Madre y Menstruante

Llevo mucho tiempo sin escribir una entrada nueva en el blog. Pero este no es un post de disculpa.

Siento que Cantando a Mamá ha sufrido una evolución importante. El proyecto se encuentra, como muchxs sabéis, en un periodo de nueva entrega, de nuevas canciones. A fuego lento surgen nuevas letras y melodías que me muero por mostraros pero que necesitan de un cuidado y un mimo especiales, porque, al igual que «Theta», hablan de mi experiencia vital, y en este caso, además, nacen de La Herida, de La Sombra, así que merecen un tiempo de cura…do.

En cualquier caso, tengo menos necesidad de escribir sobre maternidad «primal», que quizás es lo que muchas mujeres esperan leer en un blog llamado «Cantando a mamá». Porque mi maternidad ya no es novata: no pienso en calostro, ni meconio, ni en primeros cuidados, ni en postparto inmediato, ni en cólicos, ni en grupos de sillas para el coche, ni en dentición, ni en oxitocina y endorfinas…

Soy una madre que en su día 35 de ciclo necesita menstruar desesperadamente. Este dato dista muchísimo un puerperio de una crianza de cuatro años. No soy la misma Beatriz. Y de esto siento que no hablamos. La menstruación es un tabú de por sí, pero si además le añadimos maternidad, el cóctel es radicalmente más oculto. Hay mujeres ahí fuera que en este momento están menstruando; otras están menstruando y trabajando fuera (o dentro o las dos cosas) de casa; y otras menstrúan al tiempo que sienten cómo se le empapan de leche los discos de lactancia mientras dejan a sus hijxs en manos de otrxs y se meten en una oficina 8 horas.

No se nota, no huele, no mancha, no perturba… Pero EXISTE.

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Hay mujeres que viven en una transición compleja donde el cóctel hormonal de la maternidad y crianza se cruza y entremezcla con el necesario para poder menstruar. Son opuestos pero capaces de convivir en un solo cuerpo y si además de nuestras hormonas juntamos las de nuestrxs hijxs en pleno desarrollo vital y emocional, la bomba está asegurada. Para sentirnos menos impotentes y algo útiles, nos hacemos cursos de disciplina positiva, leemos sobre el cerebro del niño, visionamos lives en facebook titulados «mi hijo me desafía», incluso nos inscribimos en un taller de «coñoescritura» para saber decirnos desde el cuerpo de mujeres y por si fuera poco componemos canciones sobre nuestra herida de madres en el siglo XXI. ¡¿QUÉ MÁS?!

Podemos hacer cualquier cosa que se nos ocurra para entendernos y vivir conscientemente esta neurótica y maravillosa etapa de nuestras vidas, pero en el fondo siento que en un sistema patriarcal como el nuestro, que oprime y destierra a la periferia la maternidad, los cuidados y la femineidad, cualquier gesto de coherencia es absolutamente heroico.

¿De qué sirve escribirlo aquí si lejos de estas líneas seguiremos enterrando bajo mil capas de seca tierra gris la sangre que de nuestros úteros mana o la leche de nuestras tetas?…

…Hoy ha amanecido lluvioso en Madrid. A veces, la tierra después de la lluvia, queda removida.

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Próximo concierto en la IV Jornada de Crianza Respetuosa, Maternidad y Paternidad

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Un año más, Rivas Vaciamadrid, organiza una jornada muy especial en noviembre. Mes en el que esta localidad celebra la aprobación de la «Convención sobre los derechos del niño». El ayuntamiento de Rivas desde hace tres años lleva conmemorando este hito con la organización de actividades durante todo el mes que giran en torno a los derechos de la infancia y que llaman “La Infancia por Derecho”. Os dejo el programa completo de actividades aquí.

Y este año, como ya sucedió otra vez, Cantando a mamá ofrecerá un concierto gratis para las familias que así lo quieran, el sábado 26 de noviembre, a las 17:00h en su ya conocida IV Jornada de Crianza Respetuosa, Maternidad y Paternidad.

Además del concierto, habrá muchas otras actividades de interés el mismo día, como las conferencias del neuropsicólogo y psicoterapeuta Álvaro Bilbao que hablará sobre la salud cerebral para padres e hijos y de la autora canadiense del libro “Educar en el asombro” Catherine L’Ecuyer (las cuales no me pienso perder), así como la iniciativa “madres al micro” donde 6 mujeres hablarán sobre su experiencia de maternidad. Además habrá opción de practicar yoga-pilates gracias a Lilipeq Ocio en Familia y de conocer el reciente Espacio Ubuntú de crianza.

Este año, además, hay algunas novedades destacadas como traducción simultánea para personas con discapacidad auditiva y descuentos por segundo participante.

Las inscripciones online a la jornada comenzaron ayer mismo, domingo 6 de noviembre. Podéis acceder desde el siguiente enlace https://inscripciones.rivasciudad.es/inscripcion-a-la-4a-jornada-crianza-respetuosa/

Creo que puede merecer mucho la pena, por eso no quería dejar de informaros.

Aquí os dejo el programa completo, y para quien quiera sentir mi abrazo sonoro, nos vemos el sábado 26.

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Semana Mundial de la Lactancia Materna 2016

Me encanta esta semana del año. La Semana Mundial de la Lactancia Materna es una manifestación tan reivindicativa de nuestro cuerpo de mujeres… Nada puede competir con este “súper poder” nuestro de fabricar leche. Así de simple, no hay alimento más idóneo para nuestras criaturas ni acción más anti sistema que dar la teta.

Sin embrago a mí me pilla esta semana en un momento de despedida de lactancia. Mi hija y yo estamos transitando un periodo de destete parcial en el que las tomas se reducen a día de hoy a un abrazo de leche nocturno, hasta coger el sueño y alguna que otra pequeña toma a media noche. Una lactancia que como muchxs sabéis por el blog y las canciones o porque habéis compartido esos momentos conmigo, que no siempre fue placentera. Tuvo dificultades en sus comienzos, dolor, frustración, angustia, lágrimas… pero poco a poco y gracias a mujeres sabias que me rodearon, a los maravillosos probióticos de Juan Miguel y al buen asesoramiento, la lactancia se instauró y pudimos disfrutar de ella. Tanto, que así llevamos 3 años y 6 meses.

Este año el lema es: Lactancia Materna, clave para el desarrollo sostenible.

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Y es que desde la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) defienden que la lactancia materna es el alimento más ecológico, económico y equitativo que existe. De hecho contribuye a alcanzar los Objetivos establecidos por la ONU para un desarrollo sostenible:

  1. Lucha contra la pobreza: es el método de alimentación más natural y de bajo coste.
  2. Cero hambre y desnutrición: La lactancia materna exclusiva y continuada por dos años o más, proporciona nutrientes de alta calidad y una adecuada energía. Puede ayudar a prevenir el hambre, la desnutrición y la obesidad. La lactancia materna también significa seguridad alimentaria para la niñez.
  3. Buena salud y bienestar: La lactancia materna mejora significativamente la salud, el desarrollo y la supervivencia de lactantes, niñas y niños. También contribuye a mejorar la salud y el bienestar de las madres, tanto a corto como a largo plazo.
  4. Educación: contribuye a un adecuado desarrollo cognitivo y mental de modo que ayuda al aprendizaje.
  5. Equidad de género: La lactancia materna devuelve a las mujeres el poder de proveer alimento por sí mismas a sus hijos e hijas, asumiendo el control sobre el proceso y disfrutando de él. Además la lactancia materna asegura un inicio vital igual para niños y niñas.
  6. Consumo y producción responsables: La lactancia materna es una fuente de nutrición y sustento sostenible, saludable, viable, no contaminante y no depredadora de recursos. La lactancia materna es ecológica, a diferencia de la alimentación con fórmula. La producción de fórmulas implica producción lechera que ejerce presión sobre los recursos naturales y contribuye a emisiones de carbono y al cambio climático.
  7. Agua potable y saneamiento: La leche materna asegura una fuente de hidratación en condiciones higiénico sanitarias perfectas y no requiere de una fuente de agua potable como sí ocurre con la lactancia artificial.
  8. Crecimiento económico, empleo, industria e infraestructura: las mujeres lactantes que reciben de las empresas y empleadores políticas adecuadas de compatibilidad de lactancia, vida familiar y trabajo están más vinculadas a su puesto y son más productivas. Los espacios e infraestructuras de las ciudades y trabajos también deben adaptarse a las necesidades de las madres lactantes.
  9. Reducción de desigualdades: La lactancia debe ser promovida, protegida y apoyada para todas las mujeres, especialmente aquellas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad socioeconómica.
  10. Ciudades y comunidades sostenibles: en un mundo cada vez más urbanizado y menos humanizado es necesario que madres y lactantes sean bienvenidos en todos los espacios públicos.
  11. Acción contra el cambio climático: La lactancia materna salvaguardia la salud y nutrición infantil en tiempos de adversidad y desastres relacionados con el cambio climático debido al calentamiento global.
  12. Paz y Justicia: La lactancia materna está consagrada en muchos marcos y convenciones de derechos humanos. Se necesitan leyes y políticas nacionales para proteger y apoyar a las madres y lactantes, y para garantizar el respeto de sus derechos.

*(Fuente: El Parto Es Nuestro)

El domingo estuve celebrando la Fiesta de la Lactancia 2016 en Granada junto a las activistas de Mamilactancia Grupo de apoyo a la lactancia materna. Ofrecí un concierto para familias en el parque Federico García Lorca junto a otras actividades y el momento de cantar “Amor de Leche” mientras se llevó a cabo la tetada pública fue algo mágico. Aquí os dejo un vídeo-resumen de lo que se vivió esa mañana en Granada.

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Libertad para Nerea ¡Ya!

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Que la justicia en nuestro país no funciona, es algo más que evidente, si miramos al rededor y, para empezar, vemos que quienes nos gobiernan son los primeros delincuentes en libertad.

Sin embargo, hay casos que ponen la piel literalmente de gallina.

Una mujer víctima de violencia machista hace más de cinco años se atrevió a defenderse de su agresor en alguna ocasión, agrediéndole violentamente también y tras varias denuncias, ésta se saltó en alguna ocasión la orden de alejamiento (según cuenta su actual marido, «más por parte de él que por ella, porque ella huía de él»). En cualquier caso, Nerea acudió a rehabilitación psicológica, cumplió parte de su condena con trabajos sociales, se casó y rehízo su vida al lado de otro hombre con el cual comparte la crianza de un bebé de 15 meses.

Desde el pasado 26 de enero, está en prisión. ¿El agresor? No, Nerea, esa mujer valiente que pese al horror vivido ha conseguido recuperar su vida, ella, que un día se equivocó saltándose la orden de alejamiento, ella que le echó ovarios y se defendió de quien posiblemente la hubiera matado.

La cosa no acaba aqui. Nerea ha entrado en prisión sin su bebé de 15 meses. A pesar de tener derecho (art. 38 de la Ley Orgánica General Penitenciaria) a estar internada con su hijo menor de 3 años, en la prisión de Villanubla no hay unidad de madres y en la prisión más cercana que había ha cerrado debido a los recortes. Cada noche el bebé llama a mamá y mamá no está. La justicia de este país ha quebrado una familia entera y se ha entrometido en la díada madre-bebé. Nerea se saca leche cada día en prisión para que, al menos, su amor viaje hasta la lengua de su hijo y le deje el mensaje de que mamá no le ha abandonado… ¿creéis que el mensaje llegará? ¿Creéis que un bebé de quince meses se va a conformar con el tacto duro de una tetina sintética, acostumbrado al abrazo y calor del pecho de su madre? ¿Imagináis a Nerea viviendo un puerperio entre rejas como una leona de circo, mientras, dando vueltas de un lugar a otro de la celda, imagina a su bebé llamándola en la noche? Yo no me lo puedo imaginar. No puedo imaginar el dolor de esta mujer. No puedo.

Este caso, como no puede ser de otra forma, está indignando a miles de personas que se han echado a la calle, han creado plataformas de ayuda, y no paran de visibilizar el caso una y otra vez en los medios para que se tome como prioritario.

Os dejo aquí los grupos en redes y la petición por Avaaz.org para exigir el indulto o Tercer Grado a Nerea. Ojalá que a final de mes nos despierte otra noticia…

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Lactancia Infinita: una exposición fotográfica para normalizar la lactancia no interrumpida

Desde el pasado viernes 23 de octubre y hasta el 22 de noviembre tendrá lugar en Arroyomolinos una exposición fotográfica que no te puedes perder.

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Lactancia Infinita, nace de la iniciativa de Almudena Rodríguez, propietaria del espacio de crianza Juntitos y Revueltos en Arroyomolinos y autora del blog De Bebés y Otras Cosas, para normalizar un acto tan cotidiano como es dar de mamar. ¿Y por qué hay que normalizar lo normal? Pues porque de un tiempo a esta parte, nuestros cuerpos de mujer han sido cuestionados y atrapados en la cultura del biberón, han quedado relegados a puestos más estéticos y menos productivos. Sin embargo desde los organismos internacionales como la OMS o el UNICEF y nacionales como el Ministerio de Sanidad y la AEP, se sigue insistiendo en que el alimento por excelencia para un bebé es la leche de su madre. No sólo por sus innumerables propiedades nutricionales sino por la necesidad vital de las criaturas de mantener un contacto piel con piel con su progenitora. Desde estos organismos se defiende la lactancia exclusiva hasta los seis meses del bebé y se recomienda continuarla como mínimo hasta cumplidos los dos años del niño, a demanda y hasta que madre e hijx lo deseen.

Somos el único mamífero de la Tierra que nace inmaduro y por ello necesitamos del contacto continuado con nuestra madre (y en su defecto con nuestro padre) para sobrevivir. Contrariamente, también somos el único mamífero de la Tierra que alimenta a sus crías con leche de otra especie. Curioso (léase el sarcasmo).

Por todo esto, Almudena ha aprovechado que Noviembre es el Mes por los Derechos de La Infancia, para plasmar con esta exposición, momentos cotidianos, donde diferentes madres amamantan a sus hijos e hijas superando éstxs los dos años de edad. Para ello ha contado con el maestro Gaby Riva, fotógrafo especializado en embarazo, parto y crianza, quien ha reflejado esa realidad con una belleza mágica, y con un grupo de madres (en el que me incluyo) que voluntariamente se han comprometido con el proyecto.

El trabajo ha sido voluntario por parte de todo el equipo y con el único objetivo de defender un derecho fundamental de madres e hijxs: Prolongar nuestra lactancia hasta que nos de la gana

No se trata de imponer una manera de crianza sobre otra, sino dejar claro que la opción de lactar de forma prolongada es tan respetable como la opción de no hacerlo. Y cada familia merece el mismo respaldo social ante sus decisiones, (más aún si cumplen con las necesidades biológicas naturales que recomiendan desde las organizaciones sanitarias a nivel mundial).

Aquí os dejo una pequeña muestra de lo que muchxs podréis ver hasta el 22 de noviembre:

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Así fue la inauguración el viernes…

 

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Aprovechad este regalo para los sentidos… Os recomiendo muchísimo que vayáis a ver esta preciosa exposición y os paréis un instante frente a cada imagen. Allí, conectad con cada historia de lactancia… y veréis placer, rebeldía, intimidad, complicidad, amor, seguridad, indignación, empoderamiento, sabiduría, discreción, oxitocina, calma, alegría, triunfo…

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No lo dudéis:

Hasta el 22 de Noviembre
en horario de 9h a 21h. 
En La Casa de Las Artes. Calle Madrid 25, 28939 (Arroyomolinos)
Entrada libre hasta completar aforo

Termino compartiendo con vosotrxs mi canción «Amor de Leche», canción que podréis escuchar en directo junto al resto del disco «Theta» el próximo 29 de noviembre, allí mismo, en La Casa de Las Artes de Arroyomolinos, como broche final al Mes por los Derechos de La Infancia. El concierto será a las 12h y la entrada gratuita. ¡Os espero!

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Próximo concierto en la III Jornada de Lactancia de Morata de Tajuña

¡Hola a todxs!

Este domingo, día 21 de junio, tendré el privilegio de dar un concierto dentro de una jornada muy especial. Se trata de la III Jornada de Lactancia y Crianza con Apego de Morata de Tajuña.

El concierto amenizará el desayuno en el exterior del polideportivo, sobre las 11.30h, donde espero ver a familias teteando y porteando sin parar.

Aquí os dejo el cartel donde, como veis, habrá presentaciones de libros, charlas sobre embarazo, parto, postparto y crianza, talleres de interés, educación, sorteos y por supuesto: ¡Música!

IMG-20150516-WA0000También, dentro del mercadillo artesanal habrá un stand destinado a la venta de discos de THETA, donde os lo podréis llevar con una dedicatoria muy especial, al precio de 10€.

La inscripción para acceder a la jornada la podéis hacer en lactanciamorata@gmail.com y la entrada consiste en traer 1 kg de alimentos no perecederos por persona que irá destinado a la fundación Cáritas.

Así que así ando, preparando bien el concierto del domingo, que espero os emocione a las familias que deseéis pasar una mañana en tribu, cambiando el mundo. ¡Allí os espero!

 

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Bautizo de leche

La lactancia materna a demanda tiene estas cosas, evoluciona según va creciendo el bebé y de pronto un día sorprendes a tu hija tomando teta en una postura imposible haciendo casi el pino-puente o mamando en la distancia con un «bautizo de leche». Sí, habéis leído bien: mamando a distancia, y es que a Zoe le encanta que caiga en su boca un «chorrito» de leche.

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El nacimiento de la Vía Láctea, de Pedro Pablo Rubens
(Museo del Prado de Madrid)

Igual os parece raro o lo mismo por el contrario os veis identificadas. Mi hija a veces me pide «chorrito» en lugar de «tetita» y claro, no siempre se acierta en el agujero y acaba recibiendo un bautizo de leche por toda la cara con su consiguiente carcajada de la mano. Nos lo pasamos a lo grande con nuestros juegos de amor y leche, ahora que la lactancia está más que instaurada y que podemos expresar cada una nuestras preferencias y las dos las entendemos y respetamos. Antes llorábamos por las esquinas, una porque tenía hambre o quería consuelo y la otra porque se veía torpe y le asustaba el dolor de la mastitis. Ahora si yo no quiero darle pecho en un momento dado se lo digo y explico y cuando ella quiere tetita (o chorrito) me lo dice también. A veces se despide de la teta dandole un beso y un abrazo, a veces le da las buenas noches y la tapa con la camiseta… los juegos y la comunicación son infinitos y me encanta que así sea.

La lactancia prolongada tiene estas cosas y así las disfrutamos.

¿Os apetece compartir cosas divertidas sobre vuestras lactancias prolongadas?

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¿Dónde está el Planeta Parto? ¡Y yo qué sé!

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He leído algunos libros que cayeron en mis manos durante mi embarazo y que seguro os suenan y muchxs de vosotrxs habréis leído también. Libros que «estaban de moda» en la red maternal donde me movía, escritos en muchos casos por expertos en ciertas áreas cercanas a la maternidad (ginecólogos, matronas, pediatras…), gurús en la materia en la que vivía inmersa día y noche: Iba a ser madre y necesitaba documentarme.

Seguro que a muchxs os pasa, ya seáis madres o padres primerizos, que de pronto sentís un abismo ante vosotros, «no tengo ni idea de lo que me espera», «No tengo ni idea de LO QUE SE ESPERA DE MI cuando me convierta en madre/padre». Y de esto trata este post.

Me centraré más en el papel de la mujer que dentro de poco se convertirá en mujer-madre y no tiene ni idea de lo que significa eso (obvio por otro lado, nunca ha sido madre antes) y se preocupa por «hacerlo bien». Entonces se lee todo libro sobre parto-maternidad-crianza-lactancia que cae en sus manos, o le recomienda su red maternal, o de pronto se convierte en best seller, o el cual se comenta y recomenta positivamente en redes sociales. Y de pronto comienza a familiarizarse con términos como «puerperio», «lactancia en tándem» o «planeta parto». Quiere hacerlo muy bien y visiona «partos orgásmicos» en Youtube y se empieza a dar masajes perineales con aceite esencial X y asiste a alguna sesión de hipnoparto. Además no se pierde su clase semanal de «yoga para embarazadas» y se apunta a un intensivo de canto prenatal porque ha oído que la cavidad vaginal está íntimamente relacionada con la cavidad bucal. Quiere estar preparada, quiere hacerlo muy muy muy bien.

Dejando claro que opino que la información es poder y que yo fui la primera que hizo, si no todo, buena parte de lo que cito arriba, quería añadir que muchas de las expectativas que yo misma me creé sobre mi parto-lactancia-puerperio-crianza dista mucho de lo que luego viví realmente. Y cuando lo viví me sentí en ocasiones juzgada. Juzgada por muchos a mi alrededor pero fundamentalmente juzgada por mí misma y todo lo que había leído-visionado-aprendido en los meses de embarazo. No sé si me explico. Pondré un ejemplo:

El Planeta Parto. ¿Dónde está? ¿Qué es? ¿Me fui mientras parí a mi hija? ¿hubo alguna interferencia durante el mismo para que no pudiera embarcarme en el viaje?….

Y digo yo: ¿qué más da? Parí a mi hija, me dejé llevar, tuve la suerte de decidir dónde parirla y quién me acompañaría en ese momento. Me sentí respetada en mis decisiones. ¡Pues ya está!

Con esto no pretendo dar lecciones a nadie, simplemente quería plasmar que hoy me doy cuenta de que cada mujer es única en el mundo y que no existen fórmulas universales para parir, ni para lactar y mucho menos para criar. Que si Michelle Odent dice que la presencia del padre entorpece el proceso de parto se equivoca, porque en mi caso eso no ocurrió. Que si Thomas Verny y John Kelly dicen que todo lo que nos sucede durante los nueve meses de gestación moldea nuestra personalidad, motivaciones y ambiciones significa que miles de mujeres embarazadas vivirán esta experiencia como un intento imposible de mantener un estado de equilibrio emocional constante (con la ansiedad que provoca eso, por otro lado). Que si Rosa Jové dice que no le gusta la palabra «límite» me niego a sentirme mal si en mi circunstancia personal no quiero borrarla de mi diccionario.

Y como estos, mil ejemplos más. No me arrepiento de haberme documentado, de hecho sigo leyendo sobre maternidad y crianza pero sí me queda un amargor de haberme dejado influenciar en exceso por estos gurús que en su día me señalaron con el dedo y me dijeron: «Yo conozco el secreto para hacerlo muy bien».

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La Navidad es una fiesta preciosa porque festeja la maternidad.

Ya es Navidad y vuelven, como cada año, las sensaciones de emoción, nervios, encuentros, se respira la magia…

No soy creyente, nunca lo he sido. No sigo ninguna religión. No he hecho la comunión ni la confirmación. Estoy bautizada por pura presión familiar y cultural pero nunca fui a clase de religión ni catequesis. Cuando asisto a una ceremonia religiosa no sé seguir las oraciones ni los himnos. No me he casado por la iglesia (ni por lo civil). No me he leído la biblia. No celebro jamás los «santos» de las personas que conozco, de hecho no sé ni cuándo son…

Sin embargo la Navidad me parece una fiesta preciosa.

Me quedo con la grandiosidad de que el nacimiento de un bebé sea motivo de festejo de una importantísima parte del planeta. Me encanta la idea de que una mujer encontrara un pesebre a mitad de la noche, con la ayuda de su compañero (la Doula perfecta) y sin más compañía que la mirada oscura de dos animales robustos que aportaron el calor necesario para esos primeros momentos. Imagino un parto intenso, precipitado, íntimo y lleno de amor. María sosteniendo a su hijo Jesús al nacer y colocándoselo sobre el pecho, y un atento José cubriendo con sus ropajes a madre e hijo mientras le propina a su compañera un beso en todos los morros. El bebé trepando por el torso desnudo de su madre hasta engancharse al pecho con una perfecta competencia innata de supervivencia.

Después de un tiempo de intimidad, de soledad familiar, empezarían a llegar pastores de la zona ofreciendo comida y enseres a la recién parida y José les recibiría entre susurros para no romper la magia del momento.

Descanso en la huída a Egipto. (Francisco de Zurbarán)

Descanso en la huída a Egipto. (Francisco de Zurbarán)

Quizás se empezaría a correr la voz, como ocurre en las pequeñas pedanías, y la gente relacionaría la claridad de la noche con el milagro de la naturaleza. Dirían «una estrella ilumina el pesebre donde ha nacido el niño». El acontecimiento llegaría después a las aldeas cercanas y luego a las lejanas y se propagaría la noticia (exagerada y con mil matices de realismo mágico) mucho más allá hasta llegar a Oriente donde tres viejos astrónomos, tras escucharla, decidirían viajar al lugar donde la gente decía que una estrella brillaba más que ninguna para marcar el lugar del nacimiento de un bebé. Los astrónomos llevarían presentes valiosos a la familia para compensar la intromisión pero  María y José les recibirían con gratitud y el pequeño Jesús regalaría sonrisas a todo aquel que quisiera conocerle.

Desde aquellos días hasta hoy se repite la tradición de festejar su llegada al mundo. Y es que el nacimiento de aquel bebé, que podía ser el de cualquiera en realidad, es motivo de celebración. Un nacimiento hace que paremos, que conectemos con nuestra naturaleza, con nuestro instinto primario, hace que nos miremos a los ojos (profundamente), que nos volvamos a oler, a tocar, a sentir de la forma más primitiva… Dar vida es un regalo que nos transforma y al mismo tiempo nos conecta con algo antiquísimo.

¡Feliz Navidad! Seas quien seas, estés donde estés.

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