¡Ya estoy de vuelta!

Por fin vuelvo de las profundidades para darle de nuevo vida al blog y contaros novedades. Este ha sido un verano muy desconectado y ahora empiezo a poner de nuevo piezas en su sitio y a rearmar el proyecto. Un verano en el que me he permitido volver a componer, me ha dado tiempo a conectar conmigo y mirar hacia dentro…

Os cuento que ya hay fecha para el primer concierto de la temporada, será el próximo 2 de octubre en Granada. Dentro de la Semana Mundial de la Lactancia Materna y organiza la asociación Mamilactancia. Va a ser un concierto al aire libre muy especial y gratuito, así que espero veros a muchxs por ahí. Os contaré más detalles sobre el lugar exacto y horarios en breve. Me hace especial ilusión tocar y cantar a las madres granadinas, que lo sepáis.

Por otro lado, os anuncio que para finales de 2017 habrá nuevo disco de Cantando A Mamá. Un disco igual de profundo y honesto como el primero pero con un matiz más maduro y realista, en el que se plasmarán, además de las luces, las sombras de la maternidad. Esto con calma os iré contando a lo largo del año e iré adelantando temas y compartiendo el proceso de creación con todxs vosotrxs.

También quiero rescatar una iniciativa que me propuse y al final no cuajó la temporada pasada y que trata de recordar y compartir una canción del disco Theta cada mes del año, hasta junio de 2017. Los primeros domingos vibrarán en frecuencia theta para acompañaros en el viaje de ser madre.

Así que con esta iniciativa #1mes1canciónTheta comenzamos hoy:

El mes de septiembre es el mes de las despedidas, por lo menos de las despedidas en la puerta de la escuela de nuestros hijos e hijas. Un periodo de adaptación muchas de las veces insuficiente en tiempos y formas para ambas partes, pero sobre todo para las criaturas que sólo sienten emociones puras sin filtro racional. Por eso compuse «Canción de Despedida» al incorporar a mi hija a la escuela infantil con apenas año y medio. Fue nuestro ritual de despedida, cada mañana al separarnos cantábamos la canción, para que su mundo fuera previsible, para que no dudara en que mamá siempre volvería y para dejar en su memoria un rastro de amor que le acompañara durante la jornada. A nosotras nos ayudó mucho y me consta que a muchas familias también les facilitó la adaptación. Aquí os la dejo, para quienes no la conozcáis, y espero que os sirva como recurso este granito de arena…

CANCIÓN DE DESPEDIDA

Yo te miro, tú me miras. Un abrazo fuerte.
Aunque estemos separadas yo te quiero siempre.
Todos mis besitos yo los dejo en tus mofletes,
guárdalos contigo para que te den suerte,
los quiero de vuelta cuando vuelva a recogerte.

¡Adiós, mi vida!