Este no es un post anti-maternidad

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Lámina obra de Carol Rosseti

No sé si será porque últimamente he tenido contacto con mujeres adultas que no tienen hijos, o porque hoy me ha bajado la regla, o porque simplemente soy una persona empática y mujer como todas ellas… El caso es que hoy me apetece escribir sobre la mujer sin hijos ni intención de tenerlos y los prejuicios que existen socialmente contra ella.

Mi hija está a punto de cumplir tres, y la pregunta estrella entre mis círculos cercanos (familia, trabajo, amigos…) es la odiada «¿No os animáis al segundo?»

Si a mí me incomoda esta pregunta, por la presión, la intromisión en la intimidad de pareja y familia, la rápida y absurda graciosa respuesta que tengo que inventar después…, no me quiero imaginar a la que, cada década que pasa, le dicen eso de «¿y tú no tienes hijos? ¿Por qué?».

Y a ti ¿qué te importa? Digo yo.

¿De verdad te preocupan los motivos de esa mujer para no tener hijos? ¿O lo que le estás diciendo en realidad es: «pobrecita, una vida incompleta… Pues pronto se le va a pasar el arroz»? (En el mejor de los casos, porque en el peor directamente no hay filtro de pensamiento y se lo sueltas sin escrúpulos)

Una mujer sin hijos es una mujer como cualquier otra con ellos, con la ligera diferencia de que una vez tomó una decisión distinta. Y esto me lleva a otra reflexión que creo nos toca a las madres y es la siguiente: una mujer al parir a sus hijos no muta de pronto y se convierte en MADRE dejando atrás a la mujer. Una madre sigue siendo una mujer, que transita un camino desconocido para ella (la primera vez). Es una mujer en una etapa (vital) por decisión. (Hablo en este post de la maternidad consciente, claro. También hay casos de maternidad no deseada, etc…)

Escribo esto con la vergüenza de que a día de hoy sea necesario escribir algo así, de explicar que una mujer es libre de decidir sobre su sexualidad y sobre su felicidad y plenitud. Ella puede sentirse plena con o sin hijos, con o sin pareja, viviendo sola o en compañía, con la misma persona a su lado de por vida o con relaciones esporádicas…. de verdad me avergüenza tener que escribirlo, y sin embargo siento la necesidad de escribir sobre esto.

Una mujer también es libre de cambiar de opinión, o decidir según la marcha: hoy pienso que no seré madre y quizás mañana decida lo contrario. Las mujeres somos dueñas de nuestra intimidad y contaremos lo que nos apetezca a quien queramos.

Suena extraño que en un blog sobre maternidad se hable sobre las mujeres sin hijos por decisión, pero resulta que yo, además de ser madre (por encima, llegaría a decir) soy mujer, como cualquiera de ellas.