Mi hija ha comenzado con el periodo de adaptación en la escuela infantil que hemos elegido para ella: un lugar donde tienen como principal objetivo acompañar y sostener las emociones de lxs niñxs de manera individualizada para que poco a poco sientan que donde sus padres les dejan cada mañana se trata de un lugar seguro, una escuela respetuosa con los tiempos de cada unx y donde se le da especial importancia a las necesidades emocionales de cada individuo (incluídos los padres y madres). Todo esto, que suena idílico, es la mejor opción dentro de las limitadas alternativas que la insignificante o nula conciliación familiar y laboral española nos permite; porque la mejor opción sin duda sería que Zoe pudiera explorar el mundo de la mano de su madre y su padre, figuras afianzadas de apego seguro para ella y no encerrarla durante 7 horas en ningún lugar.
Una de las emociones significativas del periodo de adaptación es la ansiedad de separación. No conozco ningún caso de niñxs que se quedan alegres y contentxs en la escuela desde el primer día, y si los conociera me preocuparía bastante porque indicaría que no muestran ningún grado de apego con sus padres o por lo menos no expresan su dolor, cosa que daría bastante qué pensar… La imagen que aparece en los telediarios o en el imaginario colectivo cuando nos hablan de «la vuelta al cole» es de rostros encharcados en lágrimas, bebés moqueando, aferrados a las piernas de sus progenitores, madres y padres con un nudo en la garganta tirando besos al aire y contando lo pronto que volverán…
¿Cómo superar este trance si no tenemos más opciones que pasarlo? Voy a dejaros en este post a doble entrega, las ideas que a mí me están ayudando a sobrellevarlo.
Según el libro «Separarse de los padres sin lágrimas» de Elizabeth Pantley, lo importante es que el bebé o niñx cree vínculo con la persona que le cuidadrá y para ello es necesario que exista la posibilidad (por ambas partes) de hacer una adaptación acorde a las necesidades de cada niñx. Mientras esto sucede (o incluso mejor si se comienza a hacer antes de empezar a llevarle a la escuela infantil), es bueno seguir algunos de estos consejos.
- Jugar a juegos tipo «el escondite», «cu-cu-tras», etc. Lo más terrible para un bebé es pensar que su madre se ha ido para siempre y eso es lo que sienten cuando desaparecemos de su vista ya que no tienen noción del tiempo ni del espacio. De esta manera nuestrxs hijxs entienden poco a poco con estos juegos que aunque tú desaparezcas de su vista siempre reapareces. Se trata pues de un entrenamiento para su confianza. Estos juegos pueden evolucionar un poco más cada vez y decirles que «te vas a trabajar», entonces te despides y te marchas a otra habitación, al momento vuelves con un «ya he vuelto, ¿te lo has pasado bien mientras no estaba?»; poco a poco alargar el tiempo de separación.
- Contar cuentos donde haya separaciones y reencuentros. Una variación de lo anterior es contar cuentos a nuestrxs hijxs donde utilicemos como protagonista algún personaje que les guste mucho. Por ejemplo: «Bob Esponja se va al cole…». Externalizar la situación les hace entenderla mejor, desde una perspectiva diferente y además a la hora de dejarles en la escuela infantil es bueno recordarles el cuento «¿recuerdas que Bob Esponja también iba al cole?».
- Fomentar el contacto con otros niños y adultos. Si tenéis la opción de salir al parque o ir al mercado con vuestrx hijx os lo recomiendo. Zoe este verano ha disfrutado de lo lindo jugando con los niños y niñas de la urbanización, eso ha hecho que ahora se sienta segura entre iguales. El contacto con otros adultos ajenos a la familia también es bueno. Sobre todo es importante que vean a sus padres relajados hablando con otros adultos para que sienta que «son de fiar», al conocer a alguien nuevo es bueno que mantangáis el contacto con ellxs (en brazos, por ejemplo) y es importante hacer presentaciones, tipo «Mira Zoe, éste es Juan el papá de Alberto, hoy va a cenar con nosotros en casa». De igual importancia o más es no forzar jamás al bebé a establecer contacto físico con el/la desconocidx. El obligar a dar besos y abrazos es tremendamente perjudicial. Siempre respetar la autonomía de decisión del bebé a la hora de mostrar afecto.
- Crear rutinas tranquilas al despertar. Intentad despertaros con tiempo para preparar el desayuno y salir sin prisas. Es bueno dejar preparada la ropa del día siguiente, las mudas y lo que haga falta llevar a la escuela infantil, la noche anterior, para ahorrar tiempo. La salida de casa debe ser relajada, si contamos con que lxs bebés van a «su pasito». Además si nuestrxs hijxs nos ven relajados ellxs también lo estarán.
- Evitar mostrar nuestra ansiedad de separación. Esto resulta complicadísimo pero según Elizabeth Pantley es fundamental. Nuestrxs bebés perciben nuestras emociones tanto como las suyas propias, de manera que si estamos nerviosos, aterrados y tristes ellxs lo estarán también; en cambio si estamos confiados, tranquilos y alegres les contagiaremos estas emociones de igual manera.
- Fomentar el pensamiento positivo. En lugar de mandar mensajes negativos al aire del tipo «No voy a tardar mucho» o «No llores, no estés tristes»; es mucho mejor reforzar la parte buena de quedarse en la escuela. Por ejemplo: «Te lo vas a pasar genial» o «cuando vuelva me lo cuentas todo, ¿vale?». Esto hace que el pensamiento tome un rumbo positivo que le acompañará a lo largo del día.
- Crear una rutina de despedida. Durante la adaptación es importante crear una rutina lo más constante posible antes de separarse. Puede ser un beso especial, una oración o en nuestro caso personal UNA CANCIÓN ;). (Si estáis atentxs, este viernes la publicaré en la sección «La Canción de la Semana»). Se trata de anticipar el momento y despedirnos en condiciones óptimas, que nuestrxs hijxs sientan nuestro amor incondicional. Nada de irse a hurtadillas cuando están entretenidxs con cualquier cosa. A ninguno nos gustaría que nuestra pareja saliera de casa sin dirijirnos la palabra ¿me equivoco?
Las 8 ideas restantes os las guardo para la segunda entrega que publicaré el lunes que viene, para empezar la semana con recursos. Uff, está siendo duro, pero con información, apoyo y muuuuuuucho amor todo acabará normalizándose. Espero.
Un abrazo fuerte a todxs los que seguís el blog, en especial a las mamás que sufren ansiedad de separación como yo. Os entiendo.