Desde que soy madre no veo las noticias, ni ningún programa de televisión. No enciendo la tele. No voy a manifestaciones ni hablo de política. Desde que soy madre no me maquillo ni me pongo tacones. Tampoco he ido al cine en este tiempo. No salgo de noche y he dejado de beber alcohol. No fumo, no me drogo, no me interesa. No leo novelas, ni revistas, ni abro el periódico. No me he enganchado a ninguna serie bajada de internet. Desde que soy madre no voy «de compras» ni me importa «estar guapa». No soporto ningún sujetador con aros o relleno. No hago deporte. Tampoco me he dado ningún baño relajante. No recuerdo lo que significa «tiempo libre». No hago planes ni tengo una rutina fijada para cada día. Desde que soy madre no he experimentado en la cocina con una nueva receta. No sé lo que es dormir del tirón. Ya no escucho música por la calle ni voy a conciertos. No he viajado fuera de la península. No he cogido ningún avión ni ningún tren. No me he separado mas de dos horas de Zoe. No sé lo que es estar sola.
Desde que soy madre me río más veces al día. siento que la vida es más simple y sencilla. Me deleito con la brisa de la mañana y tu pelo naranja ondeando al compás. Me he hecho experta en cambiar pañales a buen ritmo. Tengo sueños extraños que comunican muchas cosas. Valoro los buenos gestos y las buenas palabras más que nunca y detesto a la gente de negro corazón. He entendido a mi madre. Escucho más y hablo menos. Siento que he conectado con la crianza más básica: porteo a mi bebé, duermo con ella, atiendo sus llamadas… Desde que soy madre aprendo cada día contigo. Improviso con facilidad. Me emociono con más facilidad. Me he dado cuenta de la función real de partes de mi cuerpo como es el pecho o mi vagina. Observo el paso del tiempo con cada estación, me encanta ver caer las hojas en otoño o el brillo del sol sobre el agua del mar en verano. Soy más creativa. Descubro la fuerza que tengo, el aguante y la resistencia día a día. Leo más blogs que nunca. Me siento en red. Soy más generosa. Desde que soy madre siento un cierto cariño hacia mis ojeras. He dejado de ser escrupulosa y perdido el pudor por lo escatológico. Me ducho a velocidad del rayo y no me dejo ningún rincón del cuerpo por enjuagar. He conocido a gente interesante, a mujeres sabias y a madres maravillosas. Creo que los detalles aportan realidad a la vida y veo en lo pequeño la grandeza del Mundo. He notado que tengo más paciencia, muuuuucha más paciencia. Como más sano. He vuelto a experimentar la capacidad de asombrarme, se sorprenderme. Vivo cada momento más consciente. Me he enamorado otra vez de una forma que no he experimentado nunca. Desde qué soy madre siento que puedo cambiar el Mundo.
¿Qué ha cambiado la maternidad en tu vida?