¿Dónde está el Planeta Parto? ¡Y yo qué sé!

parto

He leído algunos libros que cayeron en mis manos durante mi embarazo y que seguro os suenan y muchxs de vosotrxs habréis leído también. Libros que «estaban de moda» en la red maternal donde me movía, escritos en muchos casos por expertos en ciertas áreas cercanas a la maternidad (ginecólogos, matronas, pediatras…), gurús en la materia en la que vivía inmersa día y noche: Iba a ser madre y necesitaba documentarme.

Seguro que a muchxs os pasa, ya seáis madres o padres primerizos, que de pronto sentís un abismo ante vosotros, «no tengo ni idea de lo que me espera», «No tengo ni idea de LO QUE SE ESPERA DE MI cuando me convierta en madre/padre». Y de esto trata este post.

Me centraré más en el papel de la mujer que dentro de poco se convertirá en mujer-madre y no tiene ni idea de lo que significa eso (obvio por otro lado, nunca ha sido madre antes) y se preocupa por «hacerlo bien». Entonces se lee todo libro sobre parto-maternidad-crianza-lactancia que cae en sus manos, o le recomienda su red maternal, o de pronto se convierte en best seller, o el cual se comenta y recomenta positivamente en redes sociales. Y de pronto comienza a familiarizarse con términos como «puerperio», «lactancia en tándem» o «planeta parto». Quiere hacerlo muy bien y visiona «partos orgásmicos» en Youtube y se empieza a dar masajes perineales con aceite esencial X y asiste a alguna sesión de hipnoparto. Además no se pierde su clase semanal de «yoga para embarazadas» y se apunta a un intensivo de canto prenatal porque ha oído que la cavidad vaginal está íntimamente relacionada con la cavidad bucal. Quiere estar preparada, quiere hacerlo muy muy muy bien.

Dejando claro que opino que la información es poder y que yo fui la primera que hizo, si no todo, buena parte de lo que cito arriba, quería añadir que muchas de las expectativas que yo misma me creé sobre mi parto-lactancia-puerperio-crianza dista mucho de lo que luego viví realmente. Y cuando lo viví me sentí en ocasiones juzgada. Juzgada por muchos a mi alrededor pero fundamentalmente juzgada por mí misma y todo lo que había leído-visionado-aprendido en los meses de embarazo. No sé si me explico. Pondré un ejemplo:

El Planeta Parto. ¿Dónde está? ¿Qué es? ¿Me fui mientras parí a mi hija? ¿hubo alguna interferencia durante el mismo para que no pudiera embarcarme en el viaje?….

Y digo yo: ¿qué más da? Parí a mi hija, me dejé llevar, tuve la suerte de decidir dónde parirla y quién me acompañaría en ese momento. Me sentí respetada en mis decisiones. ¡Pues ya está!

Con esto no pretendo dar lecciones a nadie, simplemente quería plasmar que hoy me doy cuenta de que cada mujer es única en el mundo y que no existen fórmulas universales para parir, ni para lactar y mucho menos para criar. Que si Michelle Odent dice que la presencia del padre entorpece el proceso de parto se equivoca, porque en mi caso eso no ocurrió. Que si Thomas Verny y John Kelly dicen que todo lo que nos sucede durante los nueve meses de gestación moldea nuestra personalidad, motivaciones y ambiciones significa que miles de mujeres embarazadas vivirán esta experiencia como un intento imposible de mantener un estado de equilibrio emocional constante (con la ansiedad que provoca eso, por otro lado). Que si Rosa Jové dice que no le gusta la palabra «límite» me niego a sentirme mal si en mi circunstancia personal no quiero borrarla de mi diccionario.

Y como estos, mil ejemplos más. No me arrepiento de haberme documentado, de hecho sigo leyendo sobre maternidad y crianza pero sí me queda un amargor de haberme dejado influenciar en exceso por estos gurús que en su día me señalaron con el dedo y me dijeron: «Yo conozco el secreto para hacerlo muy bien».

La maternidad es un arte

Quiero compartir con vosotrxs la obra de arte en la que ha convertido nuestra maternidad la artista Nancy Coste. Cuando mi hermana me comentó que una fotógrafa buscaba a madres lactantes que quisieran posar totalmente desnudas y de manera voluntaria dando el pecho a sus bebés y niñxs, no lo pensé mucho tiempo: quería tener ese recuerdo, quería congelar para siempre este momento, mi maternidad. Cuando luego indagué sobre la artista me quedé fascinada por su trabajo y ya no hubo ninguna duda: LO HARÍA. Y lo mejor de todo era que mi hermana vendría a Madrid para fotografiarnos juntas con nuestra prole. La foto formaría parte de una serie llamada Milk en la que la lactancia materna es la protagonista. Podéis ver el resto de las imágenes en su página de facebook.

El día de «las fotos» quedamos cerca del estudio de Nancy y estábamos un poco nerviosas, pero en cuanto nos abrió la puerta y entramos en ese maravilloso ático supimos que estábamos en manos de toda una profesional. En el estudio no había nadie más, sólo ella con su amplia sonrisa y mirada transparente.

Me sorprendió la naturaleza con la que se desnudaron mis sobrinas y entendí que lo que allí se respiraba era arte del bueno, donde el pudor no tiene cabida y cualquier cuerpo es bello tras la cámara de Nancy Coste.

Durante la sesión me sentí genial, amamantando a mi hija rodeada de esos tapices del siglo XVIII. Pensé que merecíamos estar ahí, que nuestra lactancia era digna de admirar, que nuestros cuerpos eran líneas perfectas para la composición del mejor de los cuadros. Y pensé en todas las mujeres, poderosas musas de innumerables obras de arte, fuente de inspiración para todas las demás madres que se sienten perdidas, confusas, al borde del abismo a veces… Mujeres que se sienten superar por ellas mismas porque nunca imaginaron el poder tan grande que las aguardaba.

En la imagen te miro serena, protectora, segura, tranquila, pero a la vez desafiante, inalterable, loba, poderosa… Mi niña mira al cielo o a ninguna parte, juega con mi pecho mientras mama y se aprecia la plenitud y seguridad que encuentra en mis brazos. No la soltaré nunca y lo sabe. Siempre estaré ahí, sosteniendo su alma cada vez que lo necesite.

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By Nancy Coste

Tras varios flases, risas y alguna que otra acertada indicación de Nancy, ésta levantó su rostro tras la cámara y dijo «tengo la foto, ¡la tengo!». Nunca imaginé que días más tarde recibiría esta maravilla. Todo mi agradecimiento a la artista.

La maternidad es sagrada y merece ser tratada, como menos, cual maravillosas obras de arte.

*IMPORTANTE: Esta foto es propiedad de la artista Nancy Coste y está protegida al aparecer menores de edad en ella. Por favor, no difundas su contenido por separado ni la descargues en tu PC. Si deseas compartirla envía el enlace a la entrada de este blog. Muchas gracias.

El deber de las madres

Parece que el decidir ser madre conlleva muchas veces (por no decir siempre) una serie de obligaciones socialmente impuestas de las que pocas podemos pasar por alto sin ser, como menos, juzgadas. Desde el momento en que te enteras que estás embarazada piensas «¿seré una buena madre?». Y esa pregunta se extrapola casi por arte de magia a cada movimiento, acto o cosa que se te ocurra expresar de cara al resto del mundo. Pero, ¿qué es una buena madre? ¿La que hace lo que debe, lo que espera de ella la sociedad? ¿La que está a la altura?

A ver si consigo explicarme: a continuación voy a escribir algunas frases, a ver si os sentís identificadas.

  • Tengo que hacer algo de deporte durante el embarazo (nadar, dar largos paseos, hacer ejercicios de Kegel, pilates, yoga…)
  • Tengo que comer de manera equilibrada.
  • No tengo que engordar más de X kg durante el embarazo.
  • Tengo que avisar a la familia cuando nazca el bebé para que lo conozcan.
  • Tengo que controlar mi estado de ánimo durante el puerperio, ¡no tengo que llorar todo el tiempo!
  • Tengo que dar el pecho / No tengo que dar el pecho.
  • Tengo que recuperar mi figura lo antes posible.
  • Tengo que empezar a destetar a mi hijo antes de incorporarme al trabajo.
  • Tengo que prestar más atención a mi pareja.
  • Tengo que ser paciente en cualquier circunstancia.
  • Tengo que aprovechar que el bebé duerme para limpiar la casa, hacer la comida, etc.
  • Tengo que empezar a establecer unos horarios de comidas y sueño en mi bebé.
  • Tengo que empezar a pensar en pasar a mi hijx a su habitación.
  • Tengo que aprender a poner límites.

Y así podría poner un sin fin más. Ahora os pido una cosa: volved a leer las frases pero cambiando el «tengo que» por la palabra «quiero» y decidme con cuantas os identificáis. Todas las frases que os chirríen borradlas de la lista y de vuestros deberes como madre y no volváis a sentir culpa por algo que verdaderamente, en lo más profundo de vosotras no queréis hacer.

Lo ideal es crear vuestra propia lista de deberes, obligaciones que os rondan una y otra vez la cabeza, frases que os dice vuestra vecina, vuestra madre o incluso alguna amiga. Y hacer el ejercicio de inversión de palabras para quedaros con la mujer que sois y no con la madre patriarcal estereotipada que nos venden las marcas de belleza. Porque además solo vosotras sabéis la maternidad que queréis vivir.

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Las mujeres, por lo general, somos juzgadas en cualquier ámbito de nuestra vida, y en concreto en el sexual-reproductivo cualquier persona puede opinar, «darnos consejos» e incluso directamente entrometerse y decidir por nosotras. Muchas veces sentimos tal presión social por lo que se espera de nosotras mismas que directamente nos anulamos y la palabra «quiero» desaparece de nuestra mente para ser (mal)sustituida por un «debo» o «tengo que».

Coge las riendas de tu vida, mujer, y experimenta tu maternidad como te de la real gana, porque ¿sabes una cosa?: ES TUYA Y DE NADIE MÁS.

Helado de «teto»

Estos días en que el calor sofocante parece haberse instalado sin permiso en nuestros hogares de una forma aplastante, Zoe demanda muchísimo pecho. Necesita hidratarse más que de costumbre y anda todo el día persiguiéndome por casa gritando «teto», «mamá, teto». Desde siempre hizo masculina a la teta y le colocó una «o» al final, solo ella sabrá por qué. El caso es que el otro día me puse a hacer helados caseros para los adultos de la casa con soja y chocolate ecológico, y al colgar una foto en instagram, mi amiga Mariadelmar de Siénteme Crianza me recordó la brillante idea que ya había escuchado y leído años atrás en diferentes blogs maternales: ¿Por qué no hacer un helado con mi propia leche y ofrecérselo a mi hija?

En casa no tengo sacaleches, así que me dispuse a ordeñarme de manera manual. Al verme hacerlo, Zoe en seguida señalando mi pecho dijo «tetoooooo», así que me la puse al pecho que me quedaba libre y de esta forma las dos contentas: ella mamando y yo ordeñándome el otro pecho del que fluía la leche mucho mejor con la estimulación del contrario.

Al cabo de los días este ha sido el resultado: Un rico helado de teto.

la foto 1 Y Zoe encantada con la leche de su madre en formato sólido, bien fresquita para aliviar el dolor de la dentición que ahora además está en pleno auge con el nacimiento de los incisivos laterales. Al principio daba besitos al helado, pero en cuanto ha reconocido el sabor lo ha lamido y relamido como los mayores mientras declamaba un «mmmmmmm» de puro placer.

No lo dudéis ni un minuto, si queréis refrescar a vuestrxs bebés de forma sana y natural ofrecerles helados de vuestra cosecha propia. Yo repetiré la experiencia seguro. ¡Les encanta!

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Semana Mundial del Parto y Nacimiento Respetados 2014

Hoy arranca la Semana Mundial del Parto y Nacimiento Respetados 2014, que este año se celebra bajo el lema Birth is Empowering (traducible como “Nacer es empoderar” aunque la versión española ha quedado en “Parir es poder“) propuesto por La ENCA (European Network of Childbirth Associations – Red Europea de Asociaciones sobre el Nacimiento).

CARTEL SMPR2014

En ella, como cada año, asociaciones pro parto respetado de todo el mundo propondrán a lo largo de la misma, actividades relacionadas con el respeto al parto y nacimiento.

En el caso de El Parto es Nuestro la actividad propuesta es la proyección del documental NEIXER de Ana Victoria Pérez, una mirada reflexiva sobre el parto en nuestro país donde se suceden testimonios de usuarias y profesionales de distinta índole, con una bella estética. Una película para cuestionarse el sistema y mejorar la atención y el respeto del parto. Tras el mísmo, se abrirá además una charla-coloquio con el lema «Parir es Poder», donde lxs asistentes debatirán sobre lo que han visto y sus propias experiencias.

Yo coordinaré una de las proyecciones (en Madrid-Vallecas). Será el viernes 23 de mayo a las 17h. Os dejo aquí el cartel con los datos por si os interesa asistir. El acto es completamente gratuito. claro.

cartel proyección

Paralelamente, desde la asociación, se está haciendo un llamamiento global para elaborar un vídeo viral que circule por la red en el que personas anónimas defiendan el parto respetado añadiendo un mensaje a la frase «Parir es poder…». Si quieres participar es muy fácil:

Descárgate el pdf Parir es poder, imprímelo y añade tu mensaje. Utiliza un rotulador grueso y letras mayúsculas para que sea lo más visible.

Hazte un foto con el cartel sobre tu pecho (puede ser con la cámara del móvil). Envíanos la foto al siguiente correo electrónico: asturias@elpartoesnuestro.es Descarga también los otros adjuntos. Hacen referencia a la cesión de la foto. Si en ella sale algún menor, necesitamos que descargues también el pdf «Cesión fotos niños»,  en caso contrario con el pdf «Cesión fotos adultos» nos vale. Fírmalo y envianos la foto o el escaneado del mismo junto con la fotografía que te hayas sacado con el pdf Parir es Poder.

Animaos a participar, recordad que el cambio comienza en nosotros mismos. Un fuerte abrazo a todxs y ¡feliz semana!

Facebook y la censura

Hace dos días Facebook censuró contenido de mi página de facebook. Se trata de esta imagen que compartí a través de World Protest Against Forced Cesareans, (una plataforma para denunciar la tremenda violencia obstétrica que sufrió la brasileña Adelir al ser sometida a una cesárea policial) en la que se aprecia un nacimiento en podálica.parto podálica

La imagen está sacada originalmente de la web birthinginstincts.com, concretamente aparece en su blog, ilustrando una entrada que habla de la perspectiva del padre en el parto. Las mujeres tenemos el privilegio de parir y los hombres de presenciar en primera linea el nacimiento de sus hijos, si lo desean. Esta imagen la quise compartir por varios motivos:

  1. Nos pone en el lugar del padre (o el acompañante) en ese momento único en la vida, dándonos otro punto de vista, para aprender y deleitarnos con su belleza.
  2. Me parece una foto que puede ayudar a empoderar a muchas mujeres que esperan bebés en podálica o de nalgas, a las que quizás desde el sistema sanitario las han condenado de antemano a una cesárea programada. De hecho, el comentario que acompañaba la foto era «Podemos parir», dando a entender el poder de las mujeres para parir bebés en podálica.
  3. La foto me parece preciosa, sin más.

Pero al parecer, unas piernas de bebé asomando por una vagina al nacer es contenido «poco apropiado» y por tanto censurable, en el canal social. Entiendo que no es una imagen habitual y puede resultar «chocante» de primeras, pero el contenido es totalmente apropiado, ya que se ha publicado en una página que cuida la maternidad consciente (¿qué mejor forma de consciencia que mostrar un nacimiento tal cual?) y desde luego nada violento. Por no haber no hay ni una gota de sangre en la imagen (y eso que es un parto real).

En fin, ya conocemos las polémicas Normas de Comunidad de Facebook y las innumerables fotos censuradas sobre maternidad y lactancia; pero a mí lo que me preocupa es que para que se eliminara la foto del facebook de Cantando a Mamá alguien ha tenido que denunciar la publicación. Es decir, me duele pensar que hay alguien a quien esta imagen le cause tal desagrado que es capaz de denunciarla para acelerar su censura. No se… toda la violencia subliminal que digerimos cada día con la publicidad sexista, los programas de televisión donde se insultan contertulios de manera descarada, los políticos y sus discursos totalitarios… todo eso está normalizado y aceptado; sin embargo un nacimiento sin violencia, respetado y consciente, donde los pies de un bebé asoman tímidamente por la vagina de su madre es algo inaceptable socialmente.

Creo que es importante que reflexionemos sobre este tema. El primer paso para cuidar la maternidad es entenderla como tal, normalizando sus procesos. El parto normal es esto, lo que aparece en la foto, una mujer abriéndose para dejar paso a la vida. Tan acostumbrados estamos al potro y el gorrito verde que cuando nos muestran un parto normal nos caemos de culo.

Sueño con el día en que, como ya sucedió con el cine americano en el que en una escena de sexo la chica se tapaba el pecho con la sábana, alucinemos al ver a una mujer pariendo boca arriba con los pies en los estribos.

Blessingway: Una ceremonia prenatal para mi hermana querida

Hace unos días tuve el honor de asistir al Blessingway de mi hermana, o lo que es lo mismo, su ceremonia de bendición para el parto. No tenía muy claro si compartir todo lo que allí se vivió públicamente y le pregunté directamente. Me dijo que sí, así que allá voy:

Un Blessingway no es más que una ceremonia prenatal en la que la mujer embarazada reúne a su círculo de mujeres más íntimo o con el que tiene mayor conexión y crear así un clima de energía positivo para el futuro parto. Tenéis mucha más información aquí.

En el caso de mi hermana, reunió a mujeres muy dispares, desde amigas de la infancia y mujeres de su familia hasta personas muy significativas para ella que compartieron breves momentos de su vida. Muchas de nosotras no nos conocíamos, pero todas sentimos que teníamos que estar allí y la conexión se creó desde el minuto uno. Tras recibir una preciosa invitación ilustrada por ella misma, supimos que la ceremonia sería un domingo por la mañana en su casa y se pidió expresamente que las asistentes vinieran sin hijxs, así que dejé a la pequeña Zoe con su abuelo que hizo un trabajo de niñero excelente (como era de esperar); y que trajera cada una, una cuenta de collar.

invitación blessingway

Mi hermana me pidió con antelación que hiciera las veces de «maestra de ceremonias» así que intenté unos días antes ordenar en mi cabeza todo lo que tenía mi hermana en la suya y que me supo transmitir muy bien. La ceremonia se dividiría en cinco partes o deseos para el pequeño Hari a punto de nacer y cada una tendría su ritual específico:

Hari, espero que:

  1. No tengas miedo de…
  2. Nunca olvides a…
  3. Aprendas…
  4. Respetes…
  5. Ames…

Para cada ritual necesitábamos materiales específicos, y la noche anterior ayudé a mi hermana para tenerlo todo a punto. Los colocamos en orden de intervención según la parte en la que nos encontráramos y el tenerlos todos a la vista quedó muy bonito y misterioso.

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En el suelo dibujamos con velas rojas un corazón del que brotaban en espiral velas de color blanco. (Más tarde descubriréis el significado de tanta vela junta). Rodeamos la espiral con cojines sobre esterillas en el suelo y encima de cada cojín elaboramos a mano unas preciosas coronas de hiedra para cada una de las mujeres que acompañarían a mi hermana ese día.
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Cuando llegaron todas las convocadas comenzamos la ceremonia. Nos sentamos en círculo y para entrar en materia hicimos la relajación del útero que propone Mónica Felipe-Larralde y tras ella, empezaron las presentaciones. Para ello utilizamos la cinta de color granate que aparece en la foto de los materiales y mientras nos presentábamos, cada una se enrollaba  en la muñeca la cinta y se colocaba la corona. Al terminar pasaba el ovillo a la siguiente y así sucesívamente de forma que al final habíamos tejido entre todas una red. Pasé unas tijeras para que cortáramos los enlaces y cada una se anudara su pulsera de unión.

Una tarde, pasado el evento, una de nosotras colgó una foto de su pulsera en el grupo de WhatsApp y todas respondimos con las nuestra. Fue emocionante. Aquí os dejo una muestra:

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Y comenzaron los rituales:

  1. El primer punto o deseo para el futuro nacido era «Espero que no tengas miedo de…». A mi hermana se le ocurrió que podríamos escribir cada una con rotulador plateado o dorado en una piedra oscura un miedo nuestro que querríamos evitar para Hari. Así que nos pusimos a ello. Al terminar, salimos a la parcela para enterrar las piedras bajo un olivo. La sensación fue liberadora porque enterramos (literalmente) nuestros miedos.piedras-miedos
  2. El segundo, bajo el deseo «Espero que no olvides…», fue elegido para recordar a los bebés no nacidos, a esos seres de luz que sabemos que nos acompañarán siempre. Para ello, Sira pensó en que cada una talláramos el nombre de un bebé no nacido con un punzón en un palito de madera. Mientras esto ocurría sonaba de fondo ese quejido de canción la muerte cuando esperas vida de Rosa Zaragoza. Os podéis imaginar la carga emocional del momento. Después, cada una ató al palito un cascabel y más tarde salimos para colgarlos de las ramas de un árbol; así, cuando el viento sople, se harán presentes cada uno de ellos con el sonido del cascabel.
  3. Con el tercer ritual se pretendía que Hari aprendiera algo que nos hubiera gustado aprender a nosotras o que con el tiempo hemos visto que es un aprendizaje útil y necesario. Así que, con el deseo «Espero que aprendas…», se escogió para cada una un pedazo de tela con un agujero en uno de los extremos. En ella escribimos un aprendizaje para nosotras vital y después salimos a colgarlo del mismo árbol que los palitos. El resultado final parecía una instalación de arte moderno. Quedó precioso.ÁrbolAprovechamos aquí para hacer un descanso, tomar unos zumos, ir al servicio y ¿por qué no? hablar un rato y conocernos mejor. (Yo aproveché para llamar a mi padre y conocer detalles de la pelirroja, que curiosamente estaba dormida desde prácticamente el inicio del Blessingway). Tras el parón, continuaron los rituales ceremoniales:
  4. El deseo número cuatro tenía como enunciado «Espero que respetes…». En esta ocasión se honró al cuerpo, “Hari, esperamos que respetes tu cuerpo, como templo que recoge tu alma.”. Extendimos una tela blanca de 3 X 3 en el suelo del porche y con la ayuda de ceras de colores dibujamos todas al tiempo sobre ella. Hizo un día soleado de invierno maravilloso para pintar al aire libre.
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    Mientras esto ocurría, mi hermana entró de nuevo en la casa y preparó el momento más emotivo (en mi opinión) del día. Cuando la tela quedó multicolor y tras hacer en ella un gran corte en el centro, pasamos todas de nuevo al salón y allí nos encontramos un recipiente lleno de agua en el que flotaban flores y una silla en frente. 88fa253177387c8cd65da71ee574d1bfMi hermana entonces, dijo en voz alta: “Hari, esperamos que respetes tu origen, tu sangre, de dónde vienes. Y para honrar tu linaje, lavaré los pies de la madre que me parió” y tras esa frase se dispuso a lavarle los pies a mi madre. Mientras esto sucedía, de fondo se escuchaba Mi Columpio de Marwan (toda una Oda a la figura de la madre). 921ff85423fc6b0922bb1445a3823405IMG_4888
  5. Tras la llorera colectiva llegó el último rito del día bajo el enunciado «Espero que ames…». Mi hermana se sentó sobre un taburete en el interior del corazón hecho con velas y habló con su bebé. Le dijo que a pesar de las circunstancias en las que se encuentran, él era un hijo del amor sin dudarlo; «Hari es uno de los nombres de Vishnu, el relativo al amor. Es mi hijo, le amo y espero que ame la belleza de la vida tanto como su madre”. Tras esta introducción, cada una de nosotras nos acercamos a ella y le ofrecimos nuestra cuenta de collar, que poco a poco ella fue engarzando en un cordón de cuero color marrón. Conforme llegábamos al interior de la espiral debíamos encender una de las velas blancas que la conformaban, darle la cuenta y recibir a cambio una de las velas rojas del corazón con el fin de, llegado el momento del parto, encenderla en casa para aunar energías. IMG_4887Al acabar, mi hermana se colgó el collar con todas las cuentas engarzadas al cuello y rodeamos entre todas la espiral. “Grabemos este momento en nuestras mentes y volvamos a él el día del parto de Hari, encendamos la velita y creemos de nuevo este círculo de protección con nuestra energía”.Yo tenía un último regalo para mi hermana y mi sobrino a punto de nacer: una canción para el momento. La compuse unos días antes sin dificultad, brotó de mí la melodía y la letra como si fuera algo que no se podía decir de otra manera más que cantando. Aquí os dejo la letra y la música:

CANCIÓN PARA EL NACIMIENTO DE HARI

Siente el fuego naraja.
Mira el cielo azul.
Surge el miedo violeta.
Sigue tu corazón.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari vive en ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Vas a poder parir.

Tiende una mano abierta
justo en frente de ti.
Cúbrela con la mía
y respira feliz.

El futuro no existe.
El pasado se fue.
El presente es la fuente
que hoy bendice tu ser.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari viene hacia ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
y tú ya sabes parir.

Y la luna en el cielo
llena todo de luz.
Silba suave la brisa.
Ahora es todo quietud.

El momento se acerca.
Aquí todo está bien.
Con los brazos abiertos
mami espera tu piel.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari vino a ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
En un parto feliz.

Feliz

Tras escuchar la canción salimos todas a la calle y atravesamos la tela pintada, que representaba el cuerpo. Todas renacimos de alguna manera esa mañana de domingo. Gracias, hermana.

Espero que este maravilloso encuentro os inspire como futuras mamás para vuestras ceremonias prenatales. ¿Alguna se anima a contarnos su experiencia?

El primer amor se llama «amor de leche»

Hay tantas historias de lactancia como historias de amor. Y cada una de ellas además están protagonizadas por una mujer y un bebé distintos a otros. En cada historia hay dudas, consuelo, lágrimas, sonrisas, miedo, amor, angustia, cansancio, fortaleza, ganas, deseo, sueños, milagros, tiempo, lucha, constancia, abandono, temeridad, confianza, superación, sorpresa… y mil cosas más.

Nuestra historia de amor, o de lactancia, o de las dos, fue muy dura al principio, pero una cosa estaba clara y era mi deseo de amamantar a mi hija. Ese deseo era tan fuerte, que ni el dolor, ni el cansancio, ni las lágrimas, ni los comentarios de la gente… pudieron con él. Sufrí una mastitis subclínica casi desde el momento uno y ahora lo recuerdo como un mal sueño porque aquel dolor no podía ser real. Sin embargo lo era y sufrí mucho. Me veo a mí misma botando de dolor en la cama, tensando el cuerpo al máximo, mordiéndome la boca hasta hacerme heridas. Cada grieta en mi pezón, cada movimiento de lengua de mi pequeña al succionar, cada roce de ropa… uf! dolía, claro que dolía. Pero dolía mucho más el ver que mi deseo se iba a quedar en eso, en un simple deseo sin cumplir.

No me iba a resignar, no después de haber parido a mi hija de la forma que la parí; no después de haber imaginado tantas veces ese momento de lactancia placentera. NO.

Así que empecé un tratamiento con probióticos a los 8 días de nacer mi hija, que aún continúo (aunque con menos dosis) 8 meses después. Me puse en manos de un veterinario, sí, por ser el mayor experto en mastitis humanas de España. Y gracias a su investigación a través de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, pude tratarme completamente gratis. Gracias Juan Miguel.

Mientras tanto el tiempo pasaba, y la boca de mi pequeña crecía. Ella empezó a aprender a mamar mejor, abriendo más la boca y yo por mi parte empecé a coger maña a la hora de colocarla al pecho. La miraba, la miraba constantemente: despierta, dormida, mamando… Y empecé a amarla como se merecía. Nunca olvidaré cómo me acarciaba el costado siempre que la ponía al pecho al principio; me daba ánimos con esa caricia, sentía como me decía «gracias mamá, lo estás haciendo fenomenal». Y el dolor se fue haciendo cada vez más liviano, más soportable. La resistencia dejó paso a la aceptación y la lactancia se instauró. No sustituí una sola toma por leche de fórmula. Mi deseo se hizo realidad.

El primer amor nos puede sobrepasar porque es demasiado nuevo, desconocido, torpe, inseguro… pero con el tiempo los amores maduran, crecen, se enraizan y crean sólidas estructuras, se hacen expertos y poderosos. Los amores de leche nada tienen que ver con los dientes de leche, aunque compartan apellido. No se sustituyen por nada. Son definitivos.

Dibujo de K.M. Berggren

Dibujo de K.M. Berggren

Esta canción es un canto a la lactancia y está dedicada a todas las mujeres que desean amamantar. ¡Leche para todxs! (Podéis escucharla pinchando sobre el enlace a BandCamp)

AMOR DE LECHE

Te rodeo con mi brazo. Te aseguras de que soy yo.
Hoy mi leche se abre paso desde el mismo corazón.

Visualizas cómo late, marca el ritmo de succión.
Y ya duermes mientras pienso: poderoso es este amor.

(Estribillo): Amor del bueno, amor sin miedo,
amor de leche. Poderoso es este amor.

No lo he visto, no lo he hecho, pero sé que mi interior
desenreda la cadena que heredamos con honor.

Tú me miras, yo te mimo. Tú respiras yo suspiro.
Y aprendemos cada paso de este baile a dos tranquilo.

(Estribillo)

Cuando la sombra te atrape: respira.
Deja a tu llanto brotar al compás.
Cuando la vida atraviesa derriba todo.
Toma conciencia y vuelta a empezar.

Me acaricias el costado.
Mi otro pecho goteando.
Vas creciendo, voy creando.
Todo fluye a tu lado.

(Estribillo)

Una rumba para ti, mamá

Hoy el post lleva canción. Una canción que me encanta y me la pongo siempre que estoy baja. Se trata de una rumba, con lo que ya el ritmo anima al personal; pero es que además la letra es tan bonita… Pertenece al disco «Nacer, Renacer / Néixer, Renéixer» de la maravillosa Rosa Zaragoza. Puedo decir que todo el disco es un canto a a vida, a la maternidad y a la crianza respetuosa y en línea con el continuum vital. Y esta canción en concreto está dedicada a las madres. A todas las madres. Y con esto quiero decir a todas aquellas mujeres que se sienten madres: las que tienen hijos, las que los buscan, las que son madres de niños no nacidos, las que no tienen hijos pero acogen a la gente con un amor maternal… Así que si eres madre, (con todo lo que el concepto «madre» significa) esta canción es para ti.

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Además esta rumba defiende el poder de libertad que tienen las mujeres para parir donde quieran, con quien quieran y como quieran. Apuesta por el parto respetado en casa, con lo que me siento muy identificada, ¡claro!

Las imágenes del vídeo muestran una crianza natural, sana y feliz: bebés mamando, familias compartiendo un bañito, amigas bailando con niños en brazos… A mí me parece un regalo para la vista y los oídos. Rosa es una persona con un potencial y sensibilidad tremendos, además de tener una voz preciosa.

Aquí os dejo la letra de LA RUMBA DE LAS MADRES y más abajo el vídeo con el tema. ¡A cantar y bailar se ha dicho!

Mi abuela parió a mi madre.
Mi madre me parió a mí.
Todas paren en mi casa,
yo también quiero parir.(bis)

Yo quiero parir tranquila,
que nadie me meta prisas,
que mi chico esté conmigo,
por si hay lágrimas o risas.

(Estribillo): Mi mamá me mima ma, mímame mamá, mamá.
Mi mamá me mima ma, mímame mamá.

Si pides, yo te doy teta;
si lloras te cojo en brazos;
qué gusto darte un abrazo
y llevarte en bicicleta.

María no tiene niños,
pero ella también es madre:
envuelve con su cariño
a quien tiene delante.

(Estribillo)

Tu quieres una mamá
y yo quiero tener hijitos;
muy pronto te iré a buscar
pa poder vivir juntitos.

Amatxik ama erditu zuen.
Amak ni erditu zuen.
Etxeko emakumeek erditzen dute,
nik ere erditu nahi.

(Estribillo)

Miña avoa pariu a miña nai.
Miña nai pariume a min.
Todas paren na miña a casa,
eu tamen quero parir.

L’àvia va parir ma mare.
Ma mare em va parir a mi.
Totes pareixen a casa,
Jo també vull parir.

(Estribillo)