Nuestra exclusividad llega a su fin

Ando un poco desconectada últimamente, como habéis podido comprobar. De hecho, se han borrado los widgets laterales donde aparecían las insignias de mi blog y no he tenido un momento para restaurarlos.

Esta apatía se debe a que mi periodo de excedencia termina en septiembre y ando buscando un lugar donde cuiden a Zoe las horas que yo perderé metida en una oficina. Igual alguna de las lectoras se encuentra en la misma situación. He de decir que he pasado un mes lleno de ansiedad por este tema: He dormido fatal, he estado súper susceptible y casi no he sonreído ni un instante. Mi hija ha notado todo esto y ha empezado a morderme el pecho al mamar, lo cual se ha traducido en más ansiedad por mi parte.

¿Por qué me tengo que separar 7 horas al día de mi hija, cuando ésta no tiene ni 2 años? ¿Por qué he tenido que elegir entre criar a mi hija hasta ahora o recibir un dinero para sustentar a mi familia? ¿Por qué hemos tenido, mi pareja y yo que hacer malabarismos para poder subsistir hasta ahora, perdiéndose él gran parte de la infancia de su criatura?

En este país no existe una conciliación real entre la vida familiar y laboral, y miles de familias sufren día a día por ello. Otros países como Noruega o Finlandia gozan de una ley de conciliación de calidad y eso se traduce en familias felices y trabajadores motivados ofreciendo un alto rendimiento a las empresas.

He visitado todas las escuelas infantiles públicas de 0 a 3 años de la zona en la que vivo y dos escuelas privadas también. Una jornada de puertas abiertas en una escuela infantil pública (en la Comunidad de Madrid) se puede resumir en lo siguiente:

  • Unas 40 familias metidas en un aula (en el mejor de los casos. En más de una nos hemos visto en el rellano de la escuela, quedándonos la mitad fuera) donde nos encontramos madres y padres, bebés de 0 a 3 años en carritos o portabebés y mujeres embarazadas. Todos de pie.
  • La directora del centro (o en su defecto alguna educadora) haciendo de portavoz, donde lo principal es dejar claro los plazos y documentos a presentar para ser admitido.
  • Tras quedar claras estas dudas y alguna que propongan los padres y madres, se procede a visitar la escuela.
  • Al terminar se reparten solicitudes a las familias.

A la primera jornada a la que asistí, salí casi llorando. Me imaginaba a Zoe en un lugar extraño, con una desconocida como «cuidadora» y con 13 bebés como ella llorando de terror en la misma situación y se me encogió en corazón. Pensé: me cojo otro año de excedencia como sea. En las siguientes intenté relajarme y observé a mi hija (me la llevé a todas) explorando las aulas y los patios en las visitas. Me di cuenta que le encantaba que todo estuviera a su alcance y fuera novedoso. Cuando encontraba un espejo o un juguete que le llamaba la atención me miraba y gritaba sonriendo «¡Ma-má!». Supe entonces que mi hija podría pasárselo bien en aquellos lugares pero siempre y cuando su madre estuviera cerca para compartirlo. Así que a cada reunión pregunté por el periodo de adaptación. Yo preguntaba: «¿Permitís el acceso a la madre al aula los primeros días?» y siempre me respondían de la misma inhumana manera: «No, no, no, de ninguna manera. Haceos a la idea de que van a llorar el primer día, el segundo… a veces la semana entera. Pero luego se adaptan estupendamente. Lo vais a pasar peor vosotros que ellos.» Como podéis imaginar, me quedaba muy tranquila con la respuesta…

También hice otro tipo de preguntas y estas fueron las respuestas generales que recibí:

  • Si después de la siesta algún niño se despierta llorando, ¿lo cogéis en brazos? Se intenta que no, para que no se acostumbren. ¿Y para dormirles, tampoco? No, no, aquí se les enseña a dormir solitos.
  • ¿A qué hora comen? de 11.30 a 12.30h. Si algún niño no tiene hambre a esas horas pero luego sí ¿le ofrecéis comida en otro horario? No. Todos los niños se sientan a comer al mismo tiempo y si no comen un día, ya comerán al siguiente. Enseguida cogen el ritmo, no os preocupéis.
  • Mi hija no toma leche de vaca ¿se la podéis suprimir de la dieta? Me lo tienes que justificar de forma médica. No hay ninguna cuestión médica, simplemente toma leche de su madre y no de otros animales. Yo tengo que darle leche de continuación, si no estás de acuerdo me lo tienes que justificar como te digo.

Y de este estilo, otras más. Me sorprendió muchísimo la resignación de las familias ante ciertos temas. Con el horario de recogida, por ejemplo: ¿sabíais que no puedes sacar de la escuela a tu hijx cuando te venga en gana? El horario por norma es de 9 a 16h; sí hay opción de ampliarlo (pagando 15€ más por cada media hora que pase tu hijx en el centro) pero no de reducirlo. ¡Me parece indignante! No estamos hablando ni siquiera de educación «obligatoria», sino de Escuela Infantil: un lugar donde cuidan (no «crían») a tu hijx mientras tú trabajas.

Otro dato que me pareció como menos triste es ver a mujeres embarazadas en las jornadas. La portavoz de la escuela hablaba de los casos de «no nacidos» a la hora de presentar documentación. Como no son bebés registrados, los padres deben presentar un papel del hospital acreditando la fecha probable de parto para incluirlos como solicitantes de plaza en 0-1. Y estos solicitante deben quedar escolarizados al cumplir 4 meses.

Parece que a lxs ciudadanxs nos quieran amaestrar desde el nacimiento para convertirnos rápidamente en seres maleables, sumisos, cortándonos rápidamente las muestras de afecto y apego, separándonos del placer y sometiéndonos a duras pruebas donde la dureza de corazón sea la meta a alcanzar.

A pesar de haber presentado solicitud en 2 de estas escuelas públicas, finalmente he pagado ya matrícula en una privada, donde, según especifican en sus objetivos, «acompañan el crecimiento y desarrollo integral del niño/a, respetando su evolución y recorrido, proporcionando los recursos necesarios para preservar su unidad en el proceso de su camino.» y entre otras cosas mantienen «el equilibrio y el desarrollo armónico de la personalidad en el campo afectivo-social, cognitivo y psicomotor». Porque al fin y al cabo, lo que busco en una escuela infantil es:

  1. RESPETO: a mi hija, en sus procesos de desarrollo y crecimiento, de relación con el mundo y los demás. Y a nuestra familia, en nuestra manera de criar a nuestra hija donde, según mi opinión, nadie tiene derecho a opinar y mucho menos entrometerse.
  2. AMOR: en el cuidado que transmitan a mi hija, porque su desarrollo emocional marcará en el futuro a la mujer en la que se convertirá.

Con la decisión tomada ya ando más tranquila y centrada. Ahora toca aprovechar al máximo estos últimos meses de apego exclusivo. Os dejo, ¡que me lo pierdo! 😉

Facebook y la censura

Hace dos días Facebook censuró contenido de mi página de facebook. Se trata de esta imagen que compartí a través de World Protest Against Forced Cesareans, (una plataforma para denunciar la tremenda violencia obstétrica que sufrió la brasileña Adelir al ser sometida a una cesárea policial) en la que se aprecia un nacimiento en podálica.parto podálica

La imagen está sacada originalmente de la web birthinginstincts.com, concretamente aparece en su blog, ilustrando una entrada que habla de la perspectiva del padre en el parto. Las mujeres tenemos el privilegio de parir y los hombres de presenciar en primera linea el nacimiento de sus hijos, si lo desean. Esta imagen la quise compartir por varios motivos:

  1. Nos pone en el lugar del padre (o el acompañante) en ese momento único en la vida, dándonos otro punto de vista, para aprender y deleitarnos con su belleza.
  2. Me parece una foto que puede ayudar a empoderar a muchas mujeres que esperan bebés en podálica o de nalgas, a las que quizás desde el sistema sanitario las han condenado de antemano a una cesárea programada. De hecho, el comentario que acompañaba la foto era «Podemos parir», dando a entender el poder de las mujeres para parir bebés en podálica.
  3. La foto me parece preciosa, sin más.

Pero al parecer, unas piernas de bebé asomando por una vagina al nacer es contenido «poco apropiado» y por tanto censurable, en el canal social. Entiendo que no es una imagen habitual y puede resultar «chocante» de primeras, pero el contenido es totalmente apropiado, ya que se ha publicado en una página que cuida la maternidad consciente (¿qué mejor forma de consciencia que mostrar un nacimiento tal cual?) y desde luego nada violento. Por no haber no hay ni una gota de sangre en la imagen (y eso que es un parto real).

En fin, ya conocemos las polémicas Normas de Comunidad de Facebook y las innumerables fotos censuradas sobre maternidad y lactancia; pero a mí lo que me preocupa es que para que se eliminara la foto del facebook de Cantando a Mamá alguien ha tenido que denunciar la publicación. Es decir, me duele pensar que hay alguien a quien esta imagen le cause tal desagrado que es capaz de denunciarla para acelerar su censura. No se… toda la violencia subliminal que digerimos cada día con la publicidad sexista, los programas de televisión donde se insultan contertulios de manera descarada, los políticos y sus discursos totalitarios… todo eso está normalizado y aceptado; sin embargo un nacimiento sin violencia, respetado y consciente, donde los pies de un bebé asoman tímidamente por la vagina de su madre es algo inaceptable socialmente.

Creo que es importante que reflexionemos sobre este tema. El primer paso para cuidar la maternidad es entenderla como tal, normalizando sus procesos. El parto normal es esto, lo que aparece en la foto, una mujer abriéndose para dejar paso a la vida. Tan acostumbrados estamos al potro y el gorrito verde que cuando nos muestran un parto normal nos caemos de culo.

Sueño con el día en que, como ya sucedió con el cine americano en el que en una escena de sexo la chica se tapaba el pecho con la sábana, alucinemos al ver a una mujer pariendo boca arriba con los pies en los estribos.

Un año de amor

¿Quién me hubiera dicho que hace un año decidirías nacer? ¿Cómo imaginar que a estas horas estaría inmersa en el «planeta parto», llamándote sin hablar, bailando todo mi cuerpo para honrar tu llegada? ¿Quién hubiera adivinado que tu pelo, al nacer, asomaría de color naranja?… Hoy es tu primer cumpleaños y este tiempo compartido a tu lado ha sido lo más intenso que he vivido hasta ahora, hija.

Parto en casa

Hace justo un año te estaba pariendo en la cama de mi habitación, en nuestro hogar, mientras el primer sol de primavera asomaba con fuerza entre los pliegues de las cortinas naranjas. Hace justo un año encontraste el camino hasta mis brazos y no he dejado de abrazarte hasta el día de hoy. Es cierto que en algún momento a tu lado parecía que el tiempo no acababa de pasar, momentos duros, sí; pero hoy me parece todo fugaz, un suspiro y tiemblo al pensar que me perderé cosas de tu vida, que en el momento menos pensado me sentiré menos importante para ti de lo que soy ahora. Pero es «ley de vida», tu eres un ser independiente y valioso que debe caminar su senda. Hoy lo siento así. Lo veo claro. Ya eres «alguien». Se empieza a esbozar tu carácter, tus rasgos, tu temperamento… Espero haber sembrado en ti, aunque sea, una ínfima parte de lo que tú has sembrado en mí. Desde que naciste soy mejor persona, Zoe. Ojalá que este tiempo haya marcado en positivo tu mente para enfrentarte al mundo con ilusión y entereza.

¿Cómo medir un año contigo? Quizás en…

  • 4 estaciones de color naranja.
  • 12 meses de conocimiento y reconocimiento mutuos.
  • 52 semanas de miradas profundas que atraviesan el alma.
  • 365 noches de colecho, durmiendo una junto a la otra, compartiendo nuestros sueños.
  • 8.760 horas en las que se han entrelazado el dolor y el amor hasta el punto de confundirlos.
  • 525.600 minutos de lactancia a demanda, con sus luces y sombras, hasta establecer nuestro idioma, nuestra danza perfecta.
  • 1.892.160.000 segundos de aprendizaje continuo y constante por ambas partes.

¿Quizás en amor? Eso es, amor del bueno, del puro. Un año entero donde el amor ha regido sobre toda fuerza extraña, sobre toda emoción y pensamiento. Ahora no puedo creer que hayamos recorrido juntas un año entero, me parece un sueño. Pero es real, soy madre.

Soy tu madre. Y tu eres mi hija. ¡Qué suerte!

Para ti esta canción, mi niña. «Seasons of Love» del musical Rent. Porque quizás este año se puede medir con canciones de amor como esta. Te quiero.

Miércoles Mudo #9: a los buenos padres

GRACIAS

Escultura de Ramón Conde

Escultura de Ramón Conde

“Miércoles Mudo” es un carnaval de blogs o blog hop iniciado por Maybelline de Naturalmente Mamá y participar es muy fácil, solo debes publicar los miércoles una foto (s) sin escribir nada para explicarla (s) (de ahí viene lo mudo). Luego no olvides enlazar en el linky que está debajo y dejar un comentario en cada uno de los blogs que decidas visitar. Para conocer como nació el Miércoles mudo y sus reglas, puedes hacer click aquí.

¡Feliz Miércoles!

Felicidades papá

Se acerca el Día del Padre, y obviando que como el de la madre o el de san valentín se trata de una fecha absorvida por el sistema consumista donde las grandes marcas aprovechan para hacer su agosto, he de decir que, a mí, es un día que me encanta.

Me trae muchos recuerdos y sobre todo me ayuda a recordar que tengo un padre, que para mí ha sido un pilar importantísimo en la estabilidad de nuestra familia. En mi casa siempre fuimos mayoría femenina, él era el único hombre y la energía que transmite se traduce en paz a raudales. No sé qué persona sería yo si él no hubiera existido, pero sí sé la mujer en la que me he convertido y siento que en gran parte ha sido gracias a esos momentos con él: las miradas cómplices, los silencios compartidos, los juegos de aventuras y escaladas, la bici, las horas de coche hacia el conservatorio, las películas, las canciones, el amor por la música, todas las respuestas y muchas más preguntas, las conversaciones a la hora de la cena todos juntos y cuando estábamos los dos solos también, los abrazos y los besos y las lágrimas que siempre han encontrado empatía, los sabios consejos cuando más los necesitaba, el espacio que siempre me respetó…

Eres un padre ejemplar, papá. O por lo menos lo eres para mí, que al final es lo que importa ¿no?

papáAhora que veo la implicación de mi pareja como padre, me doy cuenta de que el vínculo se gana. Con el tiempo y las acciones, con la voluntad de estar ahí, de ser partícipe, de desearlo y ponerle ganas. Siento que en el caso de mi padre así ha sido y me enorgullezco de ello. Me imagino a mi padre acunándome en su regazo cuando apenas era un bebé y me reconozco sin esfuerzo, no importa no recordar ese momento porque simplemente sé que estuve allí, al abrigo de cualquier peligro.

Gracias papá.

Y como no se me ocurre otra manera mejor para agradecertelo, te dedico la letra de Salm i paràbola de la memòria pòdiga, Poema de Maria Cabrera i Callís, y más abajo te dejo un vídeo donde la maravillosa voz de Silvia Pérez Cruz lo convierte en música. (el vídeo incluye otra canción más después). Realmente no tiene mucho que ver con nuestra historia, pero es taaaan bonito. Jejejeje. Espero que te guste.

Pare meu que ja no ets al poble,
pare meu que potser algun dia jo distretament estimava,
pare meu que te’n vas anar pel carrer sense ganes, 
pare meu que potser algun dia molt discret m’estimaves,
per la sang que ens corria tan brava per les venes,
per les faccions de la teva cara que se m’esborren,
com el crit que ofega el meu pit,
pare meu!,
per la cicatriu que et partia sencera el ventre,
pare meu!,
pels tels secrets de la ceba als dits de la mare,
per les tardes tan pàl·lides a la cuina de casa,
pare meu!,
per les veus tan confuses del vespre,
pels crits i pels plors i les terrasses en ràtzia,
pare meu!,
per l’olor de gasoil de la teva roba en tornant de la feina, pare meu,
pels somnis que devien ser teus escolant-se per la pica, pare meu,
pels germans meus escolant-se per la pica,
oh pare meu!,
que retrobi la memòria, la memòria del pare i del fill,
la memòria, la gata vella,
la memòria, oh pare meu!,
el fil que em lliga als teus noms, a les teves mans, al teu crani rotund,
al teu riure que no m’agradava,
al teu ventre partit per la cicatriu del destí,
pare meu!,
que no hagi de cremar mai més la meva memòria, pare meu,
i que no me l’hagi de trobar d’improvís mai més,
disfressada de dona despentinada en gavardina i plors
en una cantonada ventosa de Manhattan
quan jo només volia anar a collir fonoll passat el pont dels vermells,
oh pare meu!

Pare meu, que trobi tota la memòria, pare meu!,
que trobi intactes les meves condemnes de nena de set anys,
que trobi intactes el fonoll i els gallarets vermells
—gall, gallina o poll, pare meu?—,
que trobi intactes la teva història i la meva, juntes, volent-se, pare meu,
com mai no van poder ser,
com mai no podran ser, ara,
oh pare meu,
pare meu que ja no ets al poble.

 

Otra insignia para Cantando A Mamá

Hace unos días recibí de la mano de la bloguera Virginia, autora de Sofie y su mundo, una insignia muy especial. Se trata de la iniciativa ¡Yo soy una súper mamá!, que Ainara, la mamá primeriza del blog Piezecitos puso en marcha en un momento creativo de esos millones que aporta la maternidad.

Cuando a un/a niñx se le pregunta ¿quién es tu mama? puede responder cosas asombrosas, y precisamente a raíz de esas respuestas nace esta iniciativa. Hago un copia-pega de lo que aparece en su blog.

¿QUIÉN ES TU MAMA?

Mama es un señora que lleva en el bolso un pañuelo con mis mocos, un paquete de toallitas y un pañal de emergencia.

Mama es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes al mismo tiempo.

Mama es esa malabarista que pone lavadoras con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y apartándome de la basura con el pie.

Mama es ea maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso.

Mama es esa forzuda capaz de coger  en un solo brazo mis 15Kg mientras con el otro entra el carro lleno de compra.

Mama es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de 0 a 100 para evitar que me descuerne por las escaleras.

Mama es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia.

Mama es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto tengo otro huequito, solo otro, va a la pelu.

Mama es esa cuenta cuentos que lee e inventa histórias más divertidas sólo para mi.

Mama es esa chef que es capaz de hacerme una cena ríquisima con dos tonterías que quedaban en la nevera porque se olvidó comprar, aunque se quede ella sin cena.

Mama es ese médico que sabe con solo mirarme si tengo fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer.

Mama es esa economista capaz de ponerse la ropa de hace cientos de años para que yo vaya bien guapo!

Mama es esa cantante que todas las noches canta la canción más dulce mientras me acuna un ratito.

Mama es esa payasa que hace que me tronche de risa con solo mover la cara.

Mama es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana, mirar si me he hecho pis, cambiarme el pañal, darme jarabe para la tos, un poco de agua y ponerme el chupete, todo a oscuras y sin despertarse.

¿Te sientes identificada? Si te has dado por aludida en al menos 3 de estas afirmaciones, tienes el don de ser UNA SUPER MAMA! ¿Es eso que veo una sonrisilla? Ese es exactamente el objetivo de esta iniciativa! Hacerte sonreir y animar a todas las mamas para que sigan haciendo el gran trabajo que hacemos día a día!

Por ello, te regalo esta insignia para que la copies en tu blog y te muestres como lo que eres!

super-mama

La verdad es que estas cosas le levantan a una la moral. En mi caso, he de decir que me identifico con más de tres de las definiciones aunque hay otras en las que no me veo reflejada para nada. Supongo que esto tiene que ver con que no existe una madre igual a otra ni la maternidad se vive siempre de la misma manera. Lo que para mí, como madre, me parece un gesto heroico, para otra puede ser algo cotidianamente insignificante. Hay tantas súper mamás como súper bebés en el mundo y la maternidad se puede vivir de infinitas maneras diferentes.

Lo que está claro es que ser madre se merece un premio y yo no seré la primera que lo rechace, ni mucho menos. ¡Me encanta!

Ahora debo entregar el premio a otras mamás blogueras que por las definiciones anteriores y por otras millones más son sin duda unas súper mamás. Así que ahí van mis elegidas:

Claudia de Papá conejo, mamá piojo, por su generosidad y apoyo constante e incansable a la maternidad consciente.

Beltzane de El blog de bel belart, por acercarnos el mundo online de la manera que lo hace al resto de mamás.

Candy de De profesión, mami; por todo lo que piensa y no duda en contar sobre la maternidad y la crianza.

Adriana de Adriana Doula, por ser madre de cuatro preciosos hijos y co-madre en la lucha por un parto respetado.

Virginia de Mamíferas al borde de un ataque de nervios, por contar la maternidad de la forma en que lo hace y por permitirnos con su blog formar parte del cambio.

 

Si las elegidas queréis continuar la cadena debéis seguir estos pasos:

  1. Coge la insignia, copiala y pega en tu blog.
  2. Explica la iniciativa (puedes hacer un copia y pega), incluye las definiciones de mama.
  3. Regálale la insignia a 5 blogers que creas que se lo merecen.

 

No quiero despedirme sin dar las gracias a Virginia por otorgarme la insignia y a Ainara por la iniciativa. ¡Sois geniales, chicas!

Ala, a seguir con nuestra súper tarea. 😉

 

…Y el Amor nació

Ayer a las 7.25h nació mi tercer sobrino; el primer varón de la familia.

Fue un parto respetado, en el hogar de sus hermanas y donde la madre se sintió acogida por los acompañantes y el equipo profesional que eligió. Un parto rápido, intenso, doloroso y placentero, duro e imparable según palabras de mi hermana.

El pequeño Hari (que así es como se llama) nació mirando al pubis de su madre (al cielo, como decía la matrona) y él sólo rotó entero al sacar la cabeza para salir. Un chico bien listo, sí señor.

Mi hermana parió de pie, apoyando los brazos en la cama de su dormitorio y ella misma lo acogió entre sus brazos para sacarlo y ponerlo piel con piel sobre su pecho.

Hari nació bajo la atenta mirada de su hermana mayor que no quiso perderse ese momento mágico y más tarde fue ella quien cortó el cordón que lo unía a su madre. La hermana mediana festejó con su risa infinita la llegada de su hermano.

¡Qué alegría poder contarlo! ¡Qué feliz me hace escribir esta entrada! No os lo podéis imaginar. Este niño viene a sanar una etapa difícil, viene a poner paz al hogar y sobre todo está lleno de amor, como su nombre…

…y como el amor impregna el aire, os dejo aquí esta canción kundalini para que cantéis conmigo en nombre de mi sobrino Hari.

Un mar de dudas al final del embarazo

En la recta final del embarazo las mujeres solemos inundarnos de dudas e inseguridades. Por muy informadas que estemos y por mucho trabajo de empoderamiento que hayamos realizado previamente, parece que al final, una neblina se alojara entre nuestra frente y el mundo que impidiera ver con claridad y fortaleza. Las dudas más frecuentes suelen ser:

Imagen de www.mamamimame.com

Imagen de www.mamamimame.com

¿Podré parir?
Estamos tan desconectadas de nuestra sexualidad y nuestros cuerpos que muchas veces no confiamos en nuestra propia capacidad para parir como mamíferas que somos. Cuando surja esta pregunta, quizás te ayude hacerte otra: ¿por qué desconfío de mi poder para parir, si las mujeres llevan pariendo al rededor de 800.000 años?

¿Y si algo sale mal?
Lo primero cuando surja esta duda es pararse y concretar. «Algo» es demasiado amplio. ¿A qué es a lo que tienes miedo? Haz una lista de todo lo que se te ocurra que «podría salir mal» y no dudes en preguntarle a tu matrona. Páginas de asociaciones con información fidedigna basada en la última evidencia científica como la de El Parto es Nuestro también pueden serte de gran ayuda. Te propongo otra pregunta: ¿por qué pienso que algo puede ir mal?

¿Cuándo sabré que el parto ha empezado?
Lo sabrás, no te quepa duda. Se puede hablar de parto propiamente dicho cuando la mujer siente contracciones rítmicas (a veces regulares) que se mantienen durante dos horas y no desaparecen cuando se relaja. Se considera parto a partir de tres centímetros de dilatación del cuello del útero. En cualquier caso: si el parto comienza y no me doy cuenta ¿por qué he de preocuparme?

¿Y si me paso de fecha?
La fecha probable de parto (FPP) es justo eso: probable. De hecho debería llamarse más bien «fecha IMPROBABLE de parto» ya que sólo el 4-5% de las mujeres paren el día asignado en las revisiones. También es importante tener en cuenta que desde la semana 37 y hasta la semana 42 se considera un parto normal, y eso son 5 semanas de margen, que no es poco. Según mi experiencia te propongo que cuando te pregunten, digas que estás de tres semanas menos de las reales, de esta forma evitarás la presión de tu entorno en lo que a FPP se refiere. Con la presión que se ejerce una misma ya tenemos más que suficiente. Cuando te surja esta duda, dale la vuelta a la pregunta y piensa: ¿Qué día elegirá mi bebé para nacer? ¿Soy capaz de abandonarme a la sorpresa?

¿Podré aguantar el dolor?
El dolor en el parto es algo en lo que pensamos las mujeres embarazadas, sobre todo al final del mismo. Si además somos primerizas, la incertidumbre es todavía mayor. En el imaginario colectivo reside la idea de que no hay nada más doloroso que un parto. Una idea equivocada desde el principio si entendemos el dolor como algo subjetivo ya que cada persona tiene una percepción distinta del mismo. Pero es que además, durante el parto hay otras muchas sensaciones (algunas muy placenteras) de las que nunca hemos oído hablar. A mí me ayudó muchísimo la lectura «El Dolor del Parto» de Verena Schmid. El dolor por un lado nos induce al cambio (de postura, de respiración…) y por otro nos conecta con nosotras mismas haciéndonos mirar hacia adentro. Es una herramienta necesaria para la transformación y forma parte de la dualidad de la vida. Te sugiero que te plantees la pregunta de esta manera: ¿Qué sensaciones acompañadas al dolor experimentaré en mi parto? O también ¿Qué se transformará en mí, si dejo pasear por mi cuerpo libremente el dolor? 

¿Y si me sucede lo mismo que la otra vez?
Una mujer que ha sufrido un parto traumático previo, o simplemente que algo se complicó en el último momento, suele tener aquello que sucedió muy presente en sus siguientes embarazos. El miedo es necesario, para mantenernos alerta y reaccionar con previsión pero no podemos dejar que se apodere de nosotras. Que te ocurra LO MISMO que la otra vez es estadísticamente imposible, así que olvida esa idea que solo te hace sufrir. Piensa que es un embarazo diferente, una criatura diferente, y sobre todo TÚ eres una mujer diferente a la que eras antes de este embarazo. También te aconsejo ir sin espectativas. Esto no quiere decir ir a ciegas, es necesario elaborar un plan de parto donde queden reflejadas tus preferencias, por supuesto; pero no te obceques en una idea porque el día del parto puedes pensar algo completamente diferente, y está bien. ¿Y si sucede todo lo contrario a lo de la otra vez? ¿Cómo nacerá estx hijx?

Como éstas, hay tantas dudas como embarazadas en el mundo y a cada una nos preocupan unas cosas diferentes. Yo recuerdo sentirme idiota, me decía a mí misma «pero toda esta mierda, ahora, ¿por qué? Si yo siempre he confiado en mi parto…». Qué difícil es abandonarse a la sorpresa, intentar dejar de controlar por un momento, y si el parto se caracteriza por algo, es que es incontrolable. Para empezar, las contracciones van y vienen sin tú poder hacer nada para impedirlo y cuando empiezan las ganas de empujar ya ni te cuento. El cuerpo tiene su lenguaje propio, va por libre y yo te recomiendo que lo dejes bailar a su manera. Su sabiduría es infinita. ¡Vas a flipar!

Cambia las preguntas en negrita por las preguntas en cursiva. No hace falta responder a ninguna de las nuevas preguntas. Sí es necesario hacértelas y la reflexión viene a continuación sin necesidad de responder.

Espero que te haya sido de ayuda este post. ¿Alguna duda que compartir?

Blessingway: Una ceremonia prenatal para mi hermana querida

Hace unos días tuve el honor de asistir al Blessingway de mi hermana, o lo que es lo mismo, su ceremonia de bendición para el parto. No tenía muy claro si compartir todo lo que allí se vivió públicamente y le pregunté directamente. Me dijo que sí, así que allá voy:

Un Blessingway no es más que una ceremonia prenatal en la que la mujer embarazada reúne a su círculo de mujeres más íntimo o con el que tiene mayor conexión y crear así un clima de energía positivo para el futuro parto. Tenéis mucha más información aquí.

En el caso de mi hermana, reunió a mujeres muy dispares, desde amigas de la infancia y mujeres de su familia hasta personas muy significativas para ella que compartieron breves momentos de su vida. Muchas de nosotras no nos conocíamos, pero todas sentimos que teníamos que estar allí y la conexión se creó desde el minuto uno. Tras recibir una preciosa invitación ilustrada por ella misma, supimos que la ceremonia sería un domingo por la mañana en su casa y se pidió expresamente que las asistentes vinieran sin hijxs, así que dejé a la pequeña Zoe con su abuelo que hizo un trabajo de niñero excelente (como era de esperar); y que trajera cada una, una cuenta de collar.

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Mi hermana me pidió con antelación que hiciera las veces de «maestra de ceremonias» así que intenté unos días antes ordenar en mi cabeza todo lo que tenía mi hermana en la suya y que me supo transmitir muy bien. La ceremonia se dividiría en cinco partes o deseos para el pequeño Hari a punto de nacer y cada una tendría su ritual específico:

Hari, espero que:

  1. No tengas miedo de…
  2. Nunca olvides a…
  3. Aprendas…
  4. Respetes…
  5. Ames…

Para cada ritual necesitábamos materiales específicos, y la noche anterior ayudé a mi hermana para tenerlo todo a punto. Los colocamos en orden de intervención según la parte en la que nos encontráramos y el tenerlos todos a la vista quedó muy bonito y misterioso.

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En el suelo dibujamos con velas rojas un corazón del que brotaban en espiral velas de color blanco. (Más tarde descubriréis el significado de tanta vela junta). Rodeamos la espiral con cojines sobre esterillas en el suelo y encima de cada cojín elaboramos a mano unas preciosas coronas de hiedra para cada una de las mujeres que acompañarían a mi hermana ese día.
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Cuando llegaron todas las convocadas comenzamos la ceremonia. Nos sentamos en círculo y para entrar en materia hicimos la relajación del útero que propone Mónica Felipe-Larralde y tras ella, empezaron las presentaciones. Para ello utilizamos la cinta de color granate que aparece en la foto de los materiales y mientras nos presentábamos, cada una se enrollaba  en la muñeca la cinta y se colocaba la corona. Al terminar pasaba el ovillo a la siguiente y así sucesívamente de forma que al final habíamos tejido entre todas una red. Pasé unas tijeras para que cortáramos los enlaces y cada una se anudara su pulsera de unión.

Una tarde, pasado el evento, una de nosotras colgó una foto de su pulsera en el grupo de WhatsApp y todas respondimos con las nuestra. Fue emocionante. Aquí os dejo una muestra:

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Y comenzaron los rituales:

  1. El primer punto o deseo para el futuro nacido era «Espero que no tengas miedo de…». A mi hermana se le ocurrió que podríamos escribir cada una con rotulador plateado o dorado en una piedra oscura un miedo nuestro que querríamos evitar para Hari. Así que nos pusimos a ello. Al terminar, salimos a la parcela para enterrar las piedras bajo un olivo. La sensación fue liberadora porque enterramos (literalmente) nuestros miedos.piedras-miedos
  2. El segundo, bajo el deseo «Espero que no olvides…», fue elegido para recordar a los bebés no nacidos, a esos seres de luz que sabemos que nos acompañarán siempre. Para ello, Sira pensó en que cada una talláramos el nombre de un bebé no nacido con un punzón en un palito de madera. Mientras esto ocurría sonaba de fondo ese quejido de canción la muerte cuando esperas vida de Rosa Zaragoza. Os podéis imaginar la carga emocional del momento. Después, cada una ató al palito un cascabel y más tarde salimos para colgarlos de las ramas de un árbol; así, cuando el viento sople, se harán presentes cada uno de ellos con el sonido del cascabel.
  3. Con el tercer ritual se pretendía que Hari aprendiera algo que nos hubiera gustado aprender a nosotras o que con el tiempo hemos visto que es un aprendizaje útil y necesario. Así que, con el deseo «Espero que aprendas…», se escogió para cada una un pedazo de tela con un agujero en uno de los extremos. En ella escribimos un aprendizaje para nosotras vital y después salimos a colgarlo del mismo árbol que los palitos. El resultado final parecía una instalación de arte moderno. Quedó precioso.ÁrbolAprovechamos aquí para hacer un descanso, tomar unos zumos, ir al servicio y ¿por qué no? hablar un rato y conocernos mejor. (Yo aproveché para llamar a mi padre y conocer detalles de la pelirroja, que curiosamente estaba dormida desde prácticamente el inicio del Blessingway). Tras el parón, continuaron los rituales ceremoniales:
  4. El deseo número cuatro tenía como enunciado «Espero que respetes…». En esta ocasión se honró al cuerpo, “Hari, esperamos que respetes tu cuerpo, como templo que recoge tu alma.”. Extendimos una tela blanca de 3 X 3 en el suelo del porche y con la ayuda de ceras de colores dibujamos todas al tiempo sobre ella. Hizo un día soleado de invierno maravilloso para pintar al aire libre.
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    Mientras esto ocurría, mi hermana entró de nuevo en la casa y preparó el momento más emotivo (en mi opinión) del día. Cuando la tela quedó multicolor y tras hacer en ella un gran corte en el centro, pasamos todas de nuevo al salón y allí nos encontramos un recipiente lleno de agua en el que flotaban flores y una silla en frente. 88fa253177387c8cd65da71ee574d1bfMi hermana entonces, dijo en voz alta: “Hari, esperamos que respetes tu origen, tu sangre, de dónde vienes. Y para honrar tu linaje, lavaré los pies de la madre que me parió” y tras esa frase se dispuso a lavarle los pies a mi madre. Mientras esto sucedía, de fondo se escuchaba Mi Columpio de Marwan (toda una Oda a la figura de la madre). 921ff85423fc6b0922bb1445a3823405IMG_4888
  5. Tras la llorera colectiva llegó el último rito del día bajo el enunciado «Espero que ames…». Mi hermana se sentó sobre un taburete en el interior del corazón hecho con velas y habló con su bebé. Le dijo que a pesar de las circunstancias en las que se encuentran, él era un hijo del amor sin dudarlo; «Hari es uno de los nombres de Vishnu, el relativo al amor. Es mi hijo, le amo y espero que ame la belleza de la vida tanto como su madre”. Tras esta introducción, cada una de nosotras nos acercamos a ella y le ofrecimos nuestra cuenta de collar, que poco a poco ella fue engarzando en un cordón de cuero color marrón. Conforme llegábamos al interior de la espiral debíamos encender una de las velas blancas que la conformaban, darle la cuenta y recibir a cambio una de las velas rojas del corazón con el fin de, llegado el momento del parto, encenderla en casa para aunar energías. IMG_4887Al acabar, mi hermana se colgó el collar con todas las cuentas engarzadas al cuello y rodeamos entre todas la espiral. “Grabemos este momento en nuestras mentes y volvamos a él el día del parto de Hari, encendamos la velita y creemos de nuevo este círculo de protección con nuestra energía”.Yo tenía un último regalo para mi hermana y mi sobrino a punto de nacer: una canción para el momento. La compuse unos días antes sin dificultad, brotó de mí la melodía y la letra como si fuera algo que no se podía decir de otra manera más que cantando. Aquí os dejo la letra y la música:

CANCIÓN PARA EL NACIMIENTO DE HARI

Siente el fuego naraja.
Mira el cielo azul.
Surge el miedo violeta.
Sigue tu corazón.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari vive en ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Vas a poder parir.

Tiende una mano abierta
justo en frente de ti.
Cúbrela con la mía
y respira feliz.

El futuro no existe.
El pasado se fue.
El presente es la fuente
que hoy bendice tu ser.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari viene hacia ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
y tú ya sabes parir.

Y la luna en el cielo
llena todo de luz.
Silba suave la brisa.
Ahora es todo quietud.

El momento se acerca.
Aquí todo está bien.
Con los brazos abiertos
mami espera tu piel.

Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
Hari vino a ti.
Rom-ba, rom-ba, rom-ba, rom-ba
En un parto feliz.

Feliz

Tras escuchar la canción salimos todas a la calle y atravesamos la tela pintada, que representaba el cuerpo. Todas renacimos de alguna manera esa mañana de domingo. Gracias, hermana.

Espero que este maravilloso encuentro os inspire como futuras mamás para vuestras ceremonias prenatales. ¿Alguna se anima a contarnos su experiencia?